El periodo escolar 2023-2024 finalizó con familias que debían meses de cuota a los colegios. La incapacidad para saldar las deudas y cubrir la inscripción ha obligado a los padres a matricular a sus hijos en planteles públicos sin condiciones de calidad educativa y otra parte de los estudiantes de educación básica se ha quedado sin estudiar
(19-11-2024) Era la comida o la mensualidad, no me da para cubrir todos los gastos. Mi niño empezó el año escolar en un colegio privado, pero, aunque no era una cuota muy alta, tomé la decisión de cambiarlo en noviembre a uno público porque por ahora es lo que puedo pagar», cuenta Valeria Utrera, madre de un niño de 4 años.
Valeria se hace cargo de la manutención de su hogar en donde viven su madre y sus hermanas. Aunque el padre de su hijo le envía dinero desde el exterior, se le hace imposible cubrir con una cuota escolar de 60 dólares y debe pagar en divisas.
Tenemos varias familias con dos o tres hermanos que han inscrito al mayor y retirado a los pequeños, que los han llevado a escuelas públicas
Madre Consolación, directora de plantel
El impacto económico en la educación básica se refleja claramente en la deserción estudiantil en colegios privados. Muchas familias han dejado de inscribir a sus hijos en el nuevo período escolar debido a la incapacidad de pagar la deuda del año anterior y la cuota de inscripción, o porque necesitan que sus hijos aporten dinero al hogar para poder comer. Las cifras son alarmantes: alrededor de 3 millones de estudiantes en el país no están escolarizados, según denuncia la Federación Venezolana de Maestros (FVM).
De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep) en el mes de julio no se había inscrito el 45 % de los alumnos, cifra que bajó en septiembre al 20 % de la población estudiantil.
«Al mes de noviembre aún no se ha inscrito un 5 % del alumnado», contó a El Pitazo la madre Consolación, directora de un colegio en el municipio Baruta que, según la religiosa, es de los más accesibles de la zona, con una cuota mensual de 170 dólares. «Son 16 alumnos que no se han inscrito y de los cuales no sabemos aún nada, porque no han venido a pedir la boleta. Yo presumo que esos niños están en la casa sin hacer nada, no están escolarizados».
Además, el 6 % pidió el retiro formal a finales del periodo anterior por motivos económicos. «Todos se han ido porque no tenían posibilidad de pago. Tenemos varias familias de dos o tres hermanos que han inscrito al mayor y retirado a los pequeños. A los pequeños los han llevado a escuelas públicas, incluso tenemos el caso de una familia en donde han inscrito a la grande y no inscribieron a la pequeña; todavía están esperando un dinero».
Era la comida o la mensualidad, no me da para cubrir todos los gastos
Valeria Utrera
Según la directora de este plantel, las familias priorizan la educación del hijo mayor, con la esperanza de que al menos uno de los hermanos logre terminar sus estudios.
Las secciones de primaria en este colegio se han reducido a una por año, en primer grado hay solo 34 alumnos. La directora explica que actualmente tienen más matrícula en bachillerato que en primaria, y declaró que algunos colegios de la zona se han quedado con 4 y 5 alumnos por sección.
En el mes de julio solo se inscribió el 40 %, por lo que tuvieron que habilitar una nueva fecha en septiembre en la que se inscribió el 48 % del restante.
«Para inscribirse necesitan tener todas las mensualidades pagadas. Las personas que no se inscribieron en julio fue porque no podían pagar la deuda del año anterior ni la cuota de inscripción. Por ello, esperaron hasta septiembre para reunir el dinero necesario».
Este retraso refleja la realidad económica de aproximadamente el 50 % de las familias del colegio, quienes enfrentan serios problemas financieros. «El colegio no tiene posibilidad de absorber tantas personas que no pueden pagar, porque cobramos poco, somos el colegio más barato de la zona. Pero todas las personas que se han retirado por problemas de pago han estado luchando hasta el final».
Hay un 10 % de la población estudiantil que no está escolarizada
Fausto Romeo
Bárbara, madre de una niña de 4 años, contó que no ha podido inscribir a su hija en un colegio para que empiece escolaridad por no poder costear los útiles junto con la inscripción: «No me alcanzó para costear la cantidad de cosas que piden al inicio del periodo escolar. Para padres que tienen dos o tres niños debe ser sumamente complicado, porque no es solamente cubrir el gasto del colegio, sino también el costo del hogar. Sobre todo porque no son cuotas que se mantienen en el tiempo, sino que van aumentando».
Fausto Romeo, director general de Consenso Educativo, aseguró a El Pitazo que en este momento hay un 10 % de la población estudiantil que no está escolarizada. Explicó que la situación económica familiar contribuye significativamente a la deserción escolar, ya que muchos jóvenes sienten la presión de trabajar para apoyar en sus hogares.
Pocas oportunidades y necesidad de trabajar
Según los investigadores de Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi) 2023 que realiza la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), las principales razones por las que adolescentes y jóvenes en Venezuela abandonan sus estudios son la irrelevancia de la oferta educativa y la necesidad de trabajar. Este estudio además reveló que un 31 % de los adolescentes de entre 12 y 17 años dejó la escuela por tener que trabajar.
El director general de Consenso Educativo explica que muchos jóvenes optan por emprender o trabajar para ayudar económicamente a sus familias, ya que no ven utilidad en obtener un título de bachiller debido a la falta de enfoque vocacional y atractivo en el currículum educativo de Venezuela.
El currículum escolar de bachillerato no se actualiza desde hace 27 años. Romeo ve con preocupación este hecho ya que un programa está diseñado para mantenerse a los largo de 10-12 años y se estructura con base en el plan del país.
La situación económica familiar es una de las principales causas de la deserción escolar, con los jóvenes sintiéndose obligados a trabajar.
Si la congregación por medio de la fundación no se encargara de los maestros en las sedes subvencionadas, a estos no les llegaría ni para el transporte
Asegura la madre Consolación
La directora y religiosa madre Consolación comentó que hay alumnos del plantel en los últimos años de bachillerato que estudian y trabajan para ayudar a sus familias, y en la sede subvencionada de La Morán, al oeste de Caracas, tienen casos de niños que, cuando terminan el preescolar, sus familias los mandan a trabajar porque no tienen para comer.
Fausto Romeo explica que el desarrollo de la economía es primordial para el sector educativo y propone a la industria y al empresariado que entiendan que necesitan mano de obra calificada, por eso considera que estos sectores deben involucrarse en la educación, siempre y cuando el currículum se vea adaptado a las necesidades empresariales actuales.
En Venezuela, la educación privada sigue siendo la opción que buscan los padres para que sus hijos estudien y puedan culminar su ciclo escolar porque hay clases regulares. Pero en este momento de crisis económica en el país y de salarios que no llegan a 5 dólares al mes, no todos pueden pagar las cuotas para escolarizar a sus hijos porque los ingresos son insuficientes.