En Venezuela, el deterioro de los salarios de los trabajadores ha impactado significativamente en la vida de muchos trabajadores, en especial en los del sector educación
Nataly Carvajal / Caleidoscopio Humano
(03-07-2023) Las labores que realiza un docente son demandantes, es por ello que tomarse un tiempo de descanso es necesario para lograr un equilibrio, este se verá reflejado en su forma de enfrentar los retos y desafíos del próximo año escolar.
En Venezuela, era común que una vez terminado el periodo escolar, y los tiempos para procesos administrativos, los docentes también se iban de receso, como sus alumnos. Sin embargo, en los últimos años este tiempo, que debería ser destinado al disfrute, descanso y tiempo en familia, es la oportunidad para que los profesores trabajen en otras actividades y generen mayores ingresos que les permitan sobrevivir, en un país seriamente golpeado por la inflación.
El deterioro de los salarios de los trabajadores ha impactado de manera significativa el nivel de vida de millones de personas en el país y los profesionales de la educación no escapan de ello, estos forman parte del sector con mayores vulneraciones a sus derechos laborales y económicos por parte del Estado venezolano.
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Aunque el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela estipula que “todo trabajador y trabajadora tienen derecho a un salario suficiente que les permita vivir en dignidad, para cubrir con las necesidades básicas, materiales, sociales e intelectuales”, esto se aleja de la realidad y no se cumple en el país.
Todo lo contrario, algunos docentes se han ideado las formas de sobrevivir, ante salarios precarios, combinando sus actividades escolares con otras que permitan adquirir ingresos económicos adicionales, sin dejar de ir a las aulas y acompañando a los estudiantes, porque saben el compromiso que tienen con el futuro del país.
Mientras que otros profesores se han visto obligados a renunciar para trabajar de tiempo completo en una actividad más rentable fuera de la docencia o porque han decidido emigrar, lo que ha generado un déficit de profesionales de la educación en Venezuela, esto afecta directamente la calidad de la educación en el país.
Sin docentes no hay garantía del derecho a la educación
En enero del 2023, Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), manifestó su preocupación sobre el futuro del sistema educativo en el país, igualmente resaltó que los alumnos, tanto de escuelas públicas como de privadas, carecen de competencias mínimas en áreas claves como matemáticas y comprensión lectora.
Situación que se debe, en gran medida, a que los especialistas de estas materias en particular, han abandonado las aulas ya sea para irse a otro país o buscar otro trabajo para garantizar así el sustento de sus hogares.
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De acuerdo con datos de Diagnóstico Educativo Venezolano del 2021, el número de docentes para ese año solo alcanzó los 502.700, siendo 166.000 profesores menos que los 699.000 que laboraban en las escuelas y liceos para el 2018. Estas cifras muestran la disminución de educadores en las aulas de clase.
Si este panorama sigue su curso, y disminuye aún más el número de docentes en el país, menos niños tendrán acceso a la educación de calidad.
Además, a esta realidad se le suma el estado precario de las infraestructuras de los planteles en el país, la mayoría no están aptas ni en la capacidad de recibir mayor número de alumnos.
Sin contar las dificultades de movilidad a las que se enfrentan muchos jóvenes y niños para desplazarse a liceos y escuelas muy alejados de su domicilio, debido al deterioro del sistema de transporte público en el país y el bajo poder adquisitivo de las familias.
Muchos jóvenes no cuentan con el dinero para trasladarse porque ya no se está cumpliendo a cabalidad el subsidio de transporte estudiantil, además de los problemas de transporte y combustible que padecen los venezolanos en varios estados del país.
Inflación en aumento
Los índices de inflación siguen pulverizando el salario de los maestros, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura, se ha registrado un alto nivel de inflación en algunos países de América Latina, y Venezuela lidera con una inflación interanual de alimentos del 110,4%.
Por su parte, el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas- FVM), indicó que en el mes de abril la canasta básica alimentaria para una familia promedio de cinco personas, alcanzó el valor los 526 dólares americanos, destacando además que con un salario mínimo mensual para esa fecha, los hogares solo podrían adquirir 1 de los 60 productos que conforman la cesta básica.
Lo que significa que un hogar venezolano requiere de al menos 101,7 salarios mínimos para poder acceder a los productos de primera necesidad y cubrir satisfactoriamente los gastos familiares.
Desde Caleidoscopio Humano, se ha monitoreado esta situación, y documentado cómo la hiperinflación ha incidido en el deterioro y calidad de vida con la vulneración de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) de la población; impactando de forma diferenciada en grupos específicos como mujeres, niños, personas mayores y comunidad LGTBIQ+.
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¿Qué alternativas tienen los docentes ante la crisis?
María es educadora de una de las zonas rurales del estado Mérida, su sueldo como docente no le permite cubrir los gastos de ella y sus dos hijos, optó por trabajar medio tiempo en la agricultura para complementar sus ingresos, aun así en dinero no es suficiente.
La historia de María es la realidad de la mayoría de los maestros en el país, en este caso, para ella la agricultura fue su alternativa, pero para otros docentes es la inserción en la economía informal, las remesas familiares, o el sin fin de actividades que se han planteado para seguir adelante.
Lo que sí es común en todos, son las exigencias que hacen al Estado para mejorar las condiciones laborales y salariales. Los docentes han levantado su voz mediante movilizaciones pacíficas, pero no ha sido suficiente porque el Estado venezolano sigue sin reivindicar a los trabajadores venezolanos y vulnerando de forma sistemática los derechos DESCA.