En Venezuela, la inflación ha sido un fenómeno recurrente que ha afectado la economía y el poder adquisitivo de los ciudadanos. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas, durante el mes de junio, se registró una inflación del 8,5 %, casi un 1 % más que en mayo
Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano
(07-07-2023) La inflación ha sido una constante en la vida económica de Venezuela, y no es un tema que pase desapercibido para la ciudadanía.
Este ha sido un tema de gran preocupación durante los últimos años. La economía del país ha experimentado un crecimiento desmesurado de los precios, lo que ha afectado la calidad de vida de los ciudadanos y ha llevado a que derechos tan básicos como la salud, la educación y la alimentación, se vean vulnerados.
En el más reciente informe del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), correspondiente al mes de junio, se registró un incremento del 8,5 % en los precios, casi un 1 % más que durante mayo, cuando la inflación reportada alcanzó el 7,6 %.
El OVF además destaca que, la inflación interanual se ubicó en 429 %, mientras que, la acumulada durante el 2023, ya llega a 100,8 %.
Aunque estos números se distancian mucho del 2616 % que el Fondo Monetario Internacional (FMI) registró en 2017 o del alarmante 130.000 % de 2018, estas cifras siguen reflejando una realidad que afecta de manera directa los bolsillos de los venezolanos y se han convertido en un desafío cotidiano.
De acuerdo al OVF, un venezolano que cobre un sueldo mínimo (130 bolívares o 4,62 dólares a la tasa BCV del 6 de julio), solo podrá cubrir el 10,7 % de la canasta básica alimentaria.
Pero, ¿qué es exactamente la inflación y por qué tiene un impacto tan significativo en nuestras vidas?
En términos sencillos, la inflación se refiere al aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país durante un período de tiempo. Esto significa que, con el paso del tiempo, necesitamos más dinero para adquirir los mismos productos y servicios que antes.
Las causas de la inflación en Venezuela son diversas y complejas, y van desde la emisión excesiva de dinero por parte del gobierno hasta los desequilibrios en la oferta y demanda de bienes y servicios.
Estos factores se suman a una economía marcada por la inestabilidad y la falta de confianza, lo que agrava aún más la situación.
Las consecuencias de la inflación son notables en la vida diaria de los venezolanos.
El poder adquisitivo se ve reducido, ya que los salarios y los ingresos no se ajustan a la misma velocidad que los precios. Esto lleva a una disminución en la calidad de vida y a dificultades para cubrir las necesidades básicas de alimentación, salud o educación.
Los altos niveles de inflación han erosionado el poder adquisitivo de los ciudadanos y han generado una crisis económica y social sin precedentes en la historia reciente del país.
Los niveles inflacionarios del país, como respuesta a la poca voluntad del gobierno por encontrar salidas a la crisis, sigue profundizando la pobreza y las desigualdades; transformándose en una pobreza estructural y generalizada que lleva a que ningún derecho, ni económico, ni social, cultural o ambiental, sea garantizado en el país.