“En las familias matricentradas son las mujeres racializadas las que ejercen el rol de jefa de familia y están sobrecargadas con el trabajo“, aseveró Luzgermary Moreno en entrevista para Caleidoscopio Humano.
María Alejandra Silva / Caleidoscopio Humano
Cada 25 de julio se conmemora el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, también se conoce como Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. Esto con el objetivo de visibilizar a las mujeres afrodescendientes y promover políticas públicas que ayuden a mejorar su calidad de vida y a erradicar el racismo y la discriminación.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), asegura que en el siglo XXI persisten múltiples formas de discriminación contra las niñas y mujeres, y estas con frecuencia se agravan cuando las miramos desde la perspectiva étnica; ya es tiempo de acabar contra la violencia racial y la exclusión hacia la mujer afrodescendiente, combatir la intolerancia y los estereotipos.
En Venezuela esta situación se acentúa más debido a la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa el país y la constante vulneración de los derechos de la mujer por parte del Estado, causando que las mujeres afrovenezolanas deban enfrentarse a una brecha de desigualdad más grande.
Razones por la que el equipo de investigación de Caleidoscopio Humano, entrevistó a la licenciada en Estudios Internacionales, activista afrofeminista y defensora de derechos humanos, Luzgermary Moreno, para conocer la realidad que enfrentan las mujeres afrovenezolanas en el país.
1. ¿En Venezuela existe la exclusión de las mujeres afrodescendientes por el parte del Estado?
“La exclusión de las mujeres afrovenezolanas es generalizada en todos los espacios y no escapa de la estructura estatal y gubernamental del país. Si bien, últimamente se debate más en la sociedad civil sobre el racismo en Venezuela y esto es positivo para impulsar la discusión pública colectiva y encontrar soluciones reales al problema, aún Venezuela es de los países de la región latinoamericana y del caribe más atrasados en el ejercicio público de este debate.
Aunque el Estado venezolano ha hecho el intento de lavar su cara racista y patriarcal y eso se puede notar, por ejemplo, en sus discursos, en la propaganda política, en la relación creada de las personas racializadas con el chavismo, en la supuesta “inclusión” de las personas afro en la participación política (a mi juicio, una política vacía y de apariencias) y en las intervenciones que hacen en los pueblos con imágenes de personajes afro vinculados al gobierno; una realidad es que las mujeres radicalizadas en su diversidad somos las más afectadas por la migración forzada, por la crisis humanitaria y por el clasismo que ha tomado fuerza en los últimos años como consecuencia de la crisis socioeconómica. Entonces, claro que existe la exclusión por parte del Estado, ese intento de lavar su cara racista es solo eso, un lavado de imagen”.
2. ¿Crees que existe el racismo en Venezuela?
“El racismo en Venezuela es histórico, es estructural y está arraigado en la base de nuestra sociedad. Muchas personas afirman y están convencidas de que “en Venezuela no hay racismo y todos somos iguales” pero esa aseveración además de que no es cierta, es bastante peligrosa porque normaliza el racismo y fortalece la invisibilización de la discriminación, la exclusión y la violencia diferenciada que vivimos las personas afrodescendientes. El racismo está invisibilizado y forma parte de nuestra cotidianidad, por esa razón las personas no reaccionan ante la violencia racista porque algunas no saben que es racismo e incluso piensan que es normal.
Un ejemplo de ello es la idea automática de que las personas negras están relacionadas con el hecho de delinquir y eso es muy común en Venezuela, otro ejemplo es la violencia estética que viven las mujeres racializadas; y por otro lado, también se puede ejemplificar con el hecho de que generalmente en las familias matricentradas son las mujeres racializadas las que ejercen el rol de jefa de familia y están sobrecargadas con el trabajo, con la carga de agua y de comida, con el trabajo doméstico no remunerado, con los cuidados de la familia y del hogar y con la búsqueda de soluciones en medio de una crisis humanitaria”.
3. Las mujeres enfrentan una brecha social y económica muy notable, ¿cómo afecta esta desigualdad tan marcada a las afrovenezolanas?
“Las mujeres afrovenezolanas en su mayoría viven en sectores populares y marginados de las ciudades, en los pueblos y caseríos a lo largo del territorio venezolano, ello aunado a la crisis socioeconómica que atraviesa el país y al sistema clasista, racista y patriarcal, hace que nuestras vidas se vean afectadas de forma diferenciada. Es decir, para una mujer afro es más difícil acceder a espacios académicos valiosos, donde se debaten temas de la vida en sociedad y se ejerce la toma decisiones, así como a espacios laborales, financieros y políticos; y esto tiene como consecuencia que haya ausencia de la participación las mujeres afro en lo público, que tengamos que enfrentarnos a los retos de la desigualdad, que la representación y las referencias de mujeres”.
4. ¿Cómo crees que el Estado venezolano y la sociedad civil pueden combatir los estereotipos y los prejuicios que pesan sobre las mujeres afrodescendientes?
“Hay múltiples acciones que se pueden realizar y promover desde el Estado y desde los diferentes tipos de actores que conforman la sociedad civil para combatir los estereotipos y los prejuicios sobre la mujer afrovenezolana. En primer lugar, implementar políticas públicas que promuevan y garanticen la inclusión, la representación y la no discriminación racial, étnica, por orientación sexual e identidad de género, neurodivergencia, movilidad reducida o personas con discapacidad. En segundo lugar, apoyar a las organizaciones, colectivos, espacios, campañas y activistas que trabajan en pro de los Derechos Humanos de las mujeres afrodescendientes. Y por último, desde lo individual también las personas pueden interesarse por el tema de la discriminación racial y de género, investigar, cuestionar y deconstruir el racismo para eliminar los prejuicios, los estereotipos y cualquier acción racista hacía las mujeres afro”.
5. ¿Se puede promover la participación de las mujeres afrodescendientes en la vida pública y en la toma de decisiones en distintos ámbitos de la comunidad y cómo?
“Es importantísimo y fundamental promover la participación de las mujeres afrodescendientes en la vida pública no solo para combatir el racismo y fomentar la representación de la diversidad, sino también para comprender las realidades, las formas de vida, las necesidades y las demandas de las mujeres racializadas, y en base a eso accionar la inclusión, el acceso a los espacios, la no discriminación y la garantía de oportunidades para todas“.
6. ¿Cómo se puede enfrentar el machismo étnico-racial que existe en Venezuela?
“El machismo etnico-racial en Venezuela está muy marcado en las formas de vida que tienen las familias afrodescendientes porque se reproducen comportamientos culturales supremacistas del hombre negro hacía la mujer negra y eso tiene su origen en la cultura africana, de hecho, que un hombre negro sufra de racismo no lo exime de replicar conductas discriminatorias hacia las mujeres. Por eso, para enfrentar el machismo étnico-racial es importante implementar iniciativas y estrategias educativas en la que participen todos los actores que conforman la sociedad, incluyendo el Estado, que garanticen la disminución y posterior erradicación de este tipo de machismo, entendiendo que es un problema cultural muy complejo y que para generar cambios significativos y transformadores tomará mucho tiempo.
Algunas acciones educativas que podemos tomar son: 1) deconstruir la masculinidad preconcebida para los hombres negros e informar tanto a hombres como a mujeres para trabajar en la disminución de la violencia machista, 2) promover la participación de las mujeres afrodescendientes en los espacios y prácticas concebidas como exclusivas para hombres negros, por ejemplo, en el ejercicio de la pesca en nuestra costa caribeña, en el repique de los tambores, en la siembra y cosecha de alimentos, entre otros, y por último, 3) dejar de violentar los cuerpos de las mujeres afrodescendientes con la hipersexualización“.
7. ¿Existe la invisibilidad de las mujeres afrodescendientes en Venezuela? Y ¿cómo se denota?
“Las voces de las mujeres negras no están en los espacios de referencia pública. Solo hay que preguntarse ¿Cuántas misses, actrices, cantantes, artistas, cirujanas, políticas, académicas racializadas conocemos en Venezuela? La representatividad de las mujeres negras es escasa en todos los espacios y esferas públicas. Para comprender la invisivilización es necesario mencionar que las mujeres nos enfrentamos a la violencia basada en género desde que nacemos y esa doloridad es compartida entre la diversidad de mujeres pero, esa violencia se agrava cuando las mujeres sufrimos también otros tipos de discriminación. Por ejemplo, una mujer negra, que ha tomado independencia de su cuerpo y lleva su cabello afro, además es bisexual y de clase social baja o popular se encuentra en una situación de vulnerabilidad más alta, es propensa a recibir mayor discriminación y a tener menos acceso a espacios de referencia pública que una mujer blanca, delgada y de clase social media-alta que cumple con los estándares sociales de belleza aceptados y esto se debe a que la primera tiene una serie de intersecciones (características fenotípicas y socioeconómicas) que la ubican en un contexto de mayor exposición a la violencia, de difícil acceso a recursos y espacios económicos y educativos, y por ende de invisibilizacion en la sociedad.
Como activista afrofeminista y defensora de Derechos Humanos, me gustaría ver más mujeres racializadas participando en la vida pública y siendo imagen de referencia para todas las niñas afrodescendientes que serán parte de la generación futura”.