Venezuela y su política de discriminación que limita el acceso a los DESCA

Día de la Cero Discriminación

Gabriela Buada Blondell / Caleidoscopio Humano

01.03.22. / Las Naciones Unidas advierten que la discriminación no únicamente afecta a individuos o a los grupos de personas discriminados, sino a todos. Por ejemplo, limitar el acceso a la educación de las niñas y las mujeres no solo les perjudica a ellas, sino que además evita que las sociedades se beneficien de distintos tipos de talentos. En el caso venezolano, la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), la crisis de derechos humanos y la evidente ausencia de disposición y capacidad por falta del Estado para lograr atender las necesidades básicas de las personas en mayor situación de vulnerabilidad muestra como las desigualdades se profundizan día tras día y con ellas la discriminación.

La discriminación perpetúa la desigualdad, es un acto de agresión, en el que se excluye a una persona, bien sea por sus características físicas, porque presente algún tipo de enfermedad o lesión notoria, o porque no cumpla con lo establecido dentro de la ética del grupo mayoritario. Los actos discriminatorios afectan a la sociedad de una manera negativa, contraen a personas y debilitan su autoestima. Es por ello, que se debe hablar para dar a conocer patrones o políticas sistemáticas de discriminación que surgen justamente, cuando los Estados crean leyes o normativas que profundizan las desigualdades.

La conmemoración del Día de la Cero Discriminación nos debe recordar la importancia de la posibilidad del disfrute pleno de los derechos humanos que tienen todas las personas sin ninguna distinción, independientemente de su aspecto, sexo, edad, religión, raza, orientación sexual o cualquier otro motivo. Cada año esta fecha impulsa un tema y luego de una pandemia mundial que pareciera que se ha aprendido a no discriminar por temas de salud, el lema de 2022 es “Eliminemos las leyes que perjudican, creemos leyes que empoderan”. Según se resalta en el sitio web de ONUSIDA.

Ahora bien, es obvio que con este lema se busca subrayar la imperiosa necesidad de emprender medidas contras las leyes discriminatorias. Pero, en un país como Venezuela no podemos dejar de pensar en cómo a las personas se les excluye de servicios esenciales o se les restringe, de manera injusta, el modo en que pueden seguir sus vidas por el hecho de ser quienes son. Venezolanos con menos o mas derechos otros. No todos tenemos derecho a abrir el grifo del agua y bañarnos cuando queramos, tener la seguridad de que tendremos energía eléctrica durante todo un día, o simplemente saber que si vamos a un lugar a distraernos no nos sacarán por nuestra orientación sexual o expresión de género.

Sin duda, hoy es un día preciso para recordar como la política de discriminación ha sido recurrente. Con el desabastecimiento de antirretrovirales para personas con VIH, la falta de acceso al derecho a la salud, alimentación, educación por no tener el Carnet de la Patria. O simplemente la ausencia de derecho a la identidad como el caso de las personas trans que hacen que su posibilidad de una vida digna sea cada vez más inalcanzable.

Discriminar es dañar los derechos de las personas

Aunque en Venezuela existe una ley encargada de controlar estos actos, aún existen focos dentro del propio Estado que discrimina y excluye. Esos actos tan posibles de identificar como discursos machistas, homofóbicos, xenofóbicos y hasta violentos contra quienes sencillamente no tienen la misma postura política de quienes tienen el poder. Es común escuchar testimonios de personas que afirman que se les niega algún beneficio social, servicio público o simplemente la posibilidad de ocupar algún espacio en la sociedad solo porque es lesbiana, gay, transexual, de piel oscura, con alguna condición de salud crónica o pensamiento político contrario a quienes gobiernan.

Pero también, es importante tener claro que la discriminación no siempre se expresa tan explícitamente, ni tampoco significa que solo opera contra ciertos grupos de personas. Hay muchas formas sutiles de discriminar. Es por eso que la no discriminación se considera un derecho universal y una condición indispensable para hacer de la igualdad una realidad cotidiana.

Urge no normalizar ningún tipo de discriminación. Urge entender que la diversidad no es una amenaza para la realización de los derechos humanos de todas las personas, sino el desarrollo de sociedades sólidas donde todas las personas se sientan seguras de estar, vivir y construir.

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