14/11/2023- Crónica.Uno – Andrés, un estudiante de un liceo ubicado en el estado Apure, contó a Crónica.Uno que la hora de entrada al plantel es un caos debido a que los estudiantes corren para llegar antes que sus compañeros y así, conseguir mesas y sillas disponibles.
Caracas. “Si sales y te quedas en el receso, cuando regresas, ya no tienes asiento. No importa que ese día hayas llegado lo más temprano posible. Por eso cuando tengo que comprar, voy y regreso lo más rápido que puedo”, cuenta Andrés (*), un estudiante de primer año de bachillerato de la Unidad Educativa Liceo Bolivariano Alirio Goitia Araujo, en el municipio San Fernando, estado Apure.
Andrés solo disfruta de sus 10 minutos de recreo cuando llega tarde y no consigue mesas, ni sillas vacías en su salón.
En el centro educativo, la hora de entrada es una carrera que los estudiantes intentan ganar para poder conseguir un lugar para sentarse y escritorios de apoyo.
Todas las mañanas, los alumnos se apresuran para llegar a la fila del patio, en la que, a diferencia de otros planteles, se hace por orden de llegada y no de tamaño.
“Yo sé que si llego tarde a clases, tengo un puesto asegurado: el piso”, cuenta el estudiante de 12 años.
Agrega que de aproximadamente 40 alumnos por salón, solo unos 20 logran sentarse. Los que no consiguen hacerlo, ven sus clases y hacen sus actividades en el suelo.
Contrario a lo prometido por la ministra de Educación, Yelitze Santaella, quien garantizó que la totalidad de las escuelas estarían aptas para recibir a los estudiantes, 60 % de las escuelas públicas del país no están en condiciones para comenzar clases el próximo año escolar 2023 – 2024, según advirtió la Federación Venezolana de Maestros (FVM).
Entre las distintas problemáticas denunciadas por la FVM figuran los problemas por servicios básicos como electricidad, agua, así como deficiencias de infraestructura y falta de mobiliario en los planteles educativos.
Caos matutino
“Los niños se vuelan por las rejas. Uno que otro pasa por la puerta, pero esos son los que quedan parados”, describe Andrés, en referencia a la hora de entrada en la Unidad Educativa Liceo Bolivariano Alirio Goitia Araujo.
Por esa razón, el estudiante dice que la institución optó por poner policías en la puerta de entrada, para intentar que la comunidad académica entren de forma ordenada.
“Igual si usted va, eso es puro muchachito volándose por todos lados”, expone.
UELB Alirio Goitia Araujo. Foto referencial.
Oscar Iván Rosé, subdirector de Con La Escuela, aseguró que las condiciones de infraestructura de los planteles en Venezuela distan mucho de ser las ideales.
El reporte de la última quincena de octubre de la Red de Observadores Escolares, asociación que monitorea el estado de los derechos educativos y la situación de las escuelas, alumnos y docentes de siete estados del país; arrojó que, en el caso de los pupitres, 53,16 % de los planteles educativos de la muestra indicó tenerlos en mal estado.
Ni los docentes se sientan
Los educadores del centro educativo apureño no se salvan de la falta de asientos. “No hay mesas ni sillas. Ellos también se quedan parados. ¿Qué van a decir?”, sostiene Andrés.
Oscar Iván Rosé, subdirector de Con La Escuela, sostuvo que en Venezuela se educa con muchas limitaciones y dificultades.
“Los docentes deben sortear toda clase de limitaciones para concretar un día de clases y, a pesar de esto, hacen su mejor esfuerzo para estar presentes en las escuelas y brindar a sus estudiantes la mejor educación posible”, dijo.
Andrés subraya que nadie hace reclamos: ni estudiantes, ni docentes, ni representantes.
Otra de las alternativas que usan los estudiantes es la de ir a otros salones para llevarse mesas y asientos. “Cuando eso pasa, los de otros salones quedan bravos porque se quedan sin sus mesas y sillas, entonces se quedan parados, o en el piso”, dice.
(*) Se modificó el nombre por medidas de seguridad