Servicios Públicos

Servicios públicos, el dolor de cabeza de los venezolanos

En una encuesta hecha por Caleidoscopio Humano a través de la red social X, el 55,4 % de los usuarios que respondieron, aseguraron que la electricidad es el servicio público más deficiente

Emmanuel Rivas

(12-05-2024) Los servicios públicos siguen siendo el dolor de cabeza de los venezolanos. Solo en los primeros tres meses del 2024, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) documentó 1243 protestas, equivalente a 14 diarias en todo el territorio nacional.

El 74 % de estas protestas (914), estuvo relacionado de forma directa a los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (Desca).

Esto, como una exigencia al derecho que tienen todas las personas a una vida digna y a contar con las condiciones necesarias y apropiadas para desarrollarse de manera integral en lo económico, social, cultural y, por supuesto, en un ambiente sano, tal y como lo establece el artículo 82 de la Constitución de Venezuela.

“Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que incluyan un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias. La satisfacción progresiva de este derecho es obligación compartida entre los ciudadanos y ciudadanas y el Estado en todos sus ámbitos. El Estado dará prioridad a las familias y garantizará los medios para que éstas, y especialmente las de escasos recursos, puedan acceder a las políticas sociales y al crédito para la construcción, adquisición o ampliación de viviendas”.

Estos derechos están establecidos también en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ratificado por Venezuela en 1977, y donde se reconoce el derecho al agua potable y al saneamiento (artículo 11), a un nivel de vida adecuado (artículo 11), a la salud más alta posible (artículo 12), a la educación (artículo 13) y a una vivienda adecuada (artículo 11) o en la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA), en su artículo 23, de la cual Venezuela es miembro fundador, que establece que «los Estados Partes se comprometen a promover el desarrollo económico y social que conduzca al bienestar de todos sus habitantes«.

A pesar de todo este marco legal, los servicios públicos en Venezuela no están garantizados y la electricidad sigue siendo una de las principales exigencias de los venezolanos que deciden levantar su voz en medio del ambiente electoral y de las continuas restricciones del espacio cívico y democrático que se vive en el país.

Entre enero y marzo, el OVCS registró 219 manifestaciones para exigir mejoras en el suministro eléctrico, de igual forma, en una encuesta hecha por Caleidoscopio Humano a través de la red social X, (antes Twitter) y en la que participaron 112 personas, donde se le preguntó ¿Cuál servicio presenta más fallas en tu comunidad?, el 55,4 % aseguró que es la el servicio eléctrico el más deficiente

De igual forma, el 35,7 % de los usuarios que respondieron la encuesta, señalaron que el servicio menos óptimo del sector donde viven, es el acceso a agua potable y, finalmente, 8,9 % se decantaron por denunciar las continúas fallas de internet y conectividad.

Algunos de los encuestados dejaron sus testimonios.

Es el caso de Eucari Saavedra, quien señaló que por su sector “los cortes eléctricos se producen a diario, hasta dos veces al día, igualmente se producen fluctuaciones que dañan los aparatos domésticos”, o el de Lander Altuve quien aseguró que “por el sector El Espejo (de la ciudad de Mérida) falla mucho el agua, si se va la luz y si llueve, el servicio del agua es pésimo; seguido los cortes de la luz”.

Norberto Santos denunció que el 2 de mayo la electricidad se fue cuatro veces por su sector y agregó que, en su lugar de residencia, tanto la electricidad, el agua y el internet, son servicios que fallan de manera continua.

No contar con servicios públicos de calidad es responsabilidad directa del Estado quien, de acuerdo con la Constitución y las leyes, es el garante de que todas las personas tengan acceso continuo de servicios tan básicos y necesarios para la dignidad humana como lo son el agua, la electricidad, el acceso a internet, la recolección de desechos sólidos, entre otros.

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