Las mujeres en la política han ido ocupando más espacios, sin embargo, no es igualitario. La lucha incesante de las mujeres en lograr representaciones equitativas en los órganos políticos de decisión continúa.
Nataly Carvajal / Caleidoscopio Humano
La participación igualitaria entre mujeres y hombres es uno de los principios fundamentales en la consolidación de un Estado de derecho, pues en virtud del mismo, es necesaria la inclusión de todos los beneficiados u afectados dentro de la sociedad.
Lograr espacios para que la mujer participe y trabaje en la construcción de mejores sociedades no han sido nada fácil, teniendo que sortear obstáculos y barreras de acceso.
Las actuales cuotas de género para incrementar la participación política de la mujer han ayudado a que más de ellas tengan acceso a cargos de todo nivel, pero no han sido suficientes para lograr una real inclusión de las mismas.
Participación política de la mujer en los ODS
Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se plantea la participación plena de las mujeres, incluyendo su rol activo en el liderazgo en todos los espacios del poder político, además de la igualdad de oportunidades, pues ello promueve sociedades más inclusivas e igualitarias, ayudando al fortalecimiento de las democracias, ya que sin la participación efectiva de las mujeres, no se llevara a cabalidad el Estado de derecho y continuará la marginación de un grupo de la sociedad históricamente excluido.
América Latina y las mujeres en la política
América Latina ha mostrado avances respecto a la participación de las mujeres en cargos políticos, ya sea en parlamentos o jefaturas de Estado. A pesar de ello, resulta ser una de las zonas más hostiles para que ejerzan la política de manera eficaz.
El factor socioeconómico o el sistema de los partidos políticos, han inviabilizado el rol de las mujeres en la política activa. Frente a este panorama, organizaciones como la Organización de Naciones Unidas (ONU), desde la Asamblea General han adoptado la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres, patrocinando el derecho que tienen las mismas en participar en la vida pública de sus sociedades.
Es importante destacar las brechas aún existentes entre hombres y mujeres con relación a la política, pues aún es concebido su ejercicio como una actividad netamente masculina.
En el continente americano se puede observar que los primeros países en respetar la participación femenina fueron de las sociedades más desarrolladas (EEUU y Canadá) y las más rezagadas en el proceso la de aquellos países en vía de desarrollo como América Latina.
¿Se encuentran barreras y desafíos para una efectiva democracia de género?
Las mujeres representan la mitad de la población mundial, por tanto, deben tener igualdad de representación en los espacios de todos los niveles de la política. No es suficiente con que se otorguen los mismos derechos, también es necesario construir los mecanismos que permitan optar y acceder a las esferas de poder.
La participación política se analiza como derecho y ejercicio de la ciudadanía, pero para las mujeres uno de los obstáculos ha radicado en el hecho que política ha sido una actividad históricamente atribuida al ejercicio masculino, y relegadas al ámbito privado en el cuidado del hogar, barrera que limita el empoderamiento de mujeres y niñas como lideresas.
El difícil acceso a la educación y el ámbito laboral, no han sido realmente suficientes para que las mujeres se posicionen en el espacio público y en el proceso de toma de decisiones, limitando las oportunidades, además de profundizar la pobreza e inequidades que acentúan cada vez más las brechas entre hombres y mujeres.
Las cuotas de género, ¿solución?
Con la reivindicación de las mujeres y la ampliación de oportunidades, muchos países han experimentado un crecimiento significativo en la representación femenina dentro de la esfera política y el desarrollo sostenido de sus sociedades; sin embargo, los partidos políticos son quienes controlan el acceso y avance de estas, convirtiéndose en un obstáculo para lograr el desarrollo y satisfactorio desenvolvimiento de las capacidades de las mujeres en el poder político.
Las cuotas de género o también llamadas cuotas de participación por sexo, son consideradas una forma de acción positiva, que tienen como objetivo garantizar la efectiva integración de las mujeres en cargos electivos de poder y toma de decisiones en el Estado, si bien, con estas medidas se han logrado cambios, no han resultado ser suficientes para generar una paridad y equidad real, pues muchas de las que son electas, presentan obstáculos haciéndose difícil ejercer autoridad.
Sobre este tema, es oportuno aclarar que no es suficiente con la presencia física de mujeres en cargos de poder político, pues no resulta ser garantía que surjan cambios significativos. Muchas de las mujeres que logran acceder a cargos de toma de decisión, han tenido que adquirir roles masculinos, para lograr sobrevivir en el mundo de la política.
Para finalizar es importante analizar quiénes son las mujeres que están accediendo al poder, y si realmente están trabajando sin influencia masculina, en políticas públicas de inclusión para el resto de las mujeres, y aún más, para aquellas que se encuentran en condición vulnerable.