Las personas mayores, en medio de la crisis humanitaria compleja y la migración forzada, resultan en una de las poblaciones más vulnerables
María Alejandra Silva/Caleidoscopio Humano
(26-07-2022) La crisis migratoria por la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa Venezuela ha causado que más de seis millones de venezolanos salieran del país en busca de mejores oportunidades y huyendo de las constantes violaciones a sus derechos humanos. Pero esto también ocasionó que las personas mayores quedarán en completo abandono dentro de nuestras fronteras.
Un informe de la Organización No Gubernamental Convite publicado en 2021, detalló que tres de cada cinco personas mayores en Venezuela no se alimentaban tres veces al día y en algunos casos solo consumían alimentos una vez al día.
Venezuela, según un informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), es el segundo país con mayor prevalencia de hambre en América Latina, con 22,9 % de su población subalimentada. Solamente Haití tiene números por arriba con 47,2 % de sus habitantes en estas condiciones.
Convite recalcó que 86 % de la población mayor en el país recibe la pensión por vejez o jubilación, pero que el monto en bolívares equivale a tan solo 23 dólares estadounidenses por mes, mientras que la canasta alimentaria se ubicó en el mes de junio en más de 400 dólares; cifra que la mayoría de los ciudadanos venezolanos está lejos de alcanzar.
Las personas mayores en Venezuela no pueden comer proteínas, y algunos deben decidir entre comprar alimentos o medicinas debido a que viven en condiciones de precariedad. Aunado a esto, Convite expone que el 74 % son económicamente inactivos.
“Tan solo 1 de 4 personas mayores de 60 años está en el mercado laboral y más de un 85 % de ese grupo son amas de casa, jubilados o pensionados”, se lee en el informe de la ONG.
La problemática no es algo del momento, ya para finales de 2017, Convite determinó que las personas mayores perdían en promedio hasta 1,3 kilos de peso por mes, mientras la Encuesta de Condiciones de Vida 2018 indicaba que la esperanza de vida en el país se redujo 3,5 años.
En 2015, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los venezolanos mayores de 65 años correspondían al 9,7 % de la población (8,9). En 2018, datos del Banco Mundial contabilizaban 2.097.993 personas (7 % de la población total) en este grupo etario (10), esta misma fuente en 2019 reportó una proporción de personas mayores equivalente al 8 %, es decir 2.170.337 (1.210.591 eran mujeres) en un país que para ese entonces registraba un total de 28.515.829 de habitantes. En 2020 la población de la tercera edad se mantuvo en, aproximadamente, 2 millones de personas. Sin embargo, cifras de Convite aseguran que son cerca de 4 millones.
Una investigación de Anales Venezolanos de Nutrición explicó que la población de personas mayores está muy expuesta a situaciones que pueden terminar en muertes violentas.
“Para el primer semestre del año 2021, se registró un total de ciento dos (102) muertes violentas de personas mayores; de estas, el 44 %, fue atribuible al crimen, siendo el principal móvil el robo. El número de las muertes violentas se concentró, en el grupo de 60 a 80 años, en este rango de edad se reportaron 61 hombres y 29 mujeres que perdieron la vida”, detalló el estudio publicado en 2021.
Aparte, esta población también es impactada fuertemente por la escasez de medicamentos y el empobrecimiento, que según Convite afecta a ocho de cada 10 adultos mayores de 60 años.
El Estado ha vulnerado el derecho a gozar de un envejecimiento saludable y activo establecido en la Constitución Nacional a más de 4 millones de venezolanos, causando que estos vivan en extrema pobreza debido a los altos índices de inflación y la falta de voluntad política. Por lo que la principal exigencia es la creación de políticas públicas que permitan crear espacios seguros para las personas mayores en donde puedan gozar de una calidad de vida y sistema de salud adecuado para sus necesidades.