Fuente original: Efeminista. – Las mujeres rurales alzan la voz para reclamar igualdad de oportunidades, empleo digno y servicios básicos que les permitan vivir y trabajar en sus pueblos. Su papel resulta esencial para frenar la despoblación y mantener vivos los entornos rurales.
La ONU instauró hace 18 años el día internacional de la Mujer Rural para destacar su papel «crucial» y poner en el foco a estas mujeres que mantienen vivos los pueblos, no solo en España, si no en todo el mundo.
Un mundo rural justo y equilibrado
Desde la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agro-Alimentarias de España (Amcae) han puesto en valor el esfuerzo y la implicación de las mujeres agricultoras y ganaderas cooperativistas que «trabajan cada día por el desarrollo de los territorios».
Este año, su compromiso «no solo se centra en acercar productos de calidad a la mesa del consumidor, sino también en construir un modelo social en el que la mujer cooperativista tenga una mayor visibilidad y una presencia activa en los espacio de toma de decisiones», han explicado a EFE.
Por su parte, como desde hace años, la Federación de la Mujer Rural (Femur) ha recordado que continúan trabajando y haciendo frente a la falta de transporte y comunicaciones en los pueblos, la brecha salarial, la falta de empleo femenino, la escasez de vivienda y la carencia de servicios básicos y oportunidades para los jóvenes.
En este sentido, la presidenta de la Federación, Juana Borrego, ha recordado que ellas «son las verdaderas cuidadoras, encargadas de transmitir y mantener vivas las tradiciones de los pueblos, la seguridad alimentaria y los trabajos artesanos».
De nuevo un 15 de octubre, la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer) recuerda que «la igualdad de oportunidades para las mujeres rurales sigue siendo una asignatura pendiente» e insta en la necesidad de reconocer el «papel esencial que desempeñan estas mujeres en la sostenibilidad económica, social y demográfica de los pueblos.
La mujer rural es clave para el desarrollo sostenible
Por ello, la presidenta de Afammer, Carmen Quintanilla, ha señalado que han pasado de «ser invisibles a convertirse en agentes clave del desarrollo sostenible, porque cada mujer que emprende, que se queda, que lidera en su pueblo, está cambiando la historia del medio rural».
Desde la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (Amfar) han asegurado que «no buscan aplausos sino una apuesta decidida por la igualdad de las mujeres los 365 días del año».
Entre sus reivindicaciones, han apostado por la incorporación de las mujeres al campo, trabajar para que la PAC, los fondos europeos y los plantes estratégicos nacionales incorporen de «manera real» la perspectiva de género y la igualdad, posibilitar el acceso a la formación y la digitalización, apostar por el emprendimiento femenino rural e invertir en servicios públicos.
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) ha ubicado la resiliencia, la fuerza y el conocimiento de las mujeres rurales como el epicentro de sus demandas, pues «las mujeres sostienen la vida en los pueblos» porque «sin mujeres rurales no hay futuro posible».
Las políticas rurales con enfoque de género
Fademur ha pedido también «políticas que reconozcan el papel de la mujer imprescindible en la adaptación climática, la resiliencia ante las catástrofes y la sostenibilidad del medio rural».
Además, la Confederación de Asociaciones de Mujeres del Medio Rural (Ceres) ha señalado que debe haber «igualdad real de oportunidades en el acceso a la tierra, la financiación y el crédito«, del mismo modo que se tiene que reconocer «el trabajo de cuidados como parte esencial del desarrollo rural».
A juicio de la presidenta de la confederación, Inmaculada Idáñez, «esta sociedad, y sobre todo el sector agrario, está compuesto por hombres y mujeres, de mayor o menor edad. Y lo que queremos es incluir a toda clase de personas: a los mayores por sabios, a los jóvenes por su juventud y sus ganas; mujeres y hombres trabajando, luchando, de la mano«.
Las mujeres rurales siguen alzando la voz en días tan señalados como este, pero sin dejar de trabajar durante los 365 días del año, porque la desigualdad se combate a diario con la puesta en marcha de emprendimientos femeninos, con el apoyo de las mujeres en los pueblos y el reto de acercarse a la quimera de la igualdad real.