La IA es ya el pan nuestro de cada día en el trabajo (pero la mitad de la gente la usa mal)

El uso generalizado de la IA en el trabajo no está exento en modo alguno de peligros y está irremisiblemente unido a toda una miríada de riesgos.

Fuente original. – Marketingdirecto: La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido como un elefante en una cacharrería en el universo laboral. Y a día de hoy muy poca gente se resiste al arrollador influjo de la IA en el desempeño de las tareas solapadas a su trabajo. Sin embargo, la ubicuidad de esta tecnología en los entornos laborales no significa necesariamente que se haga un buen uso de ella en el trabajo. De hecho, el empleo de la IA en el universo laboral está a merced de múltiples y preocupantes deficiencias.

De acuerdo con un reciente estudio global emprendido por la Universidad de Melbourne en el que tomaron parte más de 32.000 trabajadores procedentes de 47 países diferentes, el 58% de los consultados hace uso de esta tecnología en el trabajo. Y aproximadamente una tercera parte de los trabajadores emplea incluso la IA con periodicidad semanal o diaria.

La mayor parte de los empleados que se han arrojado ya en los brazos de la IA se ufanan de haber ganado en productividad con esta tecnología a su vera. El 67% de los trabajadores dice ser más eficiente gracias a la IA, el 61% cree que su acceso a la información es también sustancialmente mejor, el 59% habla de una mejora específica en lo que a la innovación se refiere y el 58% considera que su trabajo gana en calidad gracias a esta tecnología.

Cuando usa la IA en el trabajo, la mayoría de los empleados (el 70%) confía en herramientas públicas y de naturaleza gratuita, mientras que el 42% utiliza soluciones de IA facilitadas ad hoc por las empresas en las que están en nómina.

Sin embargo, el uso generalizado de la IA en el trabajo no está exento en modo alguno de peligros y está irremisiblemente unido a toda una miríada de riesgos (como la subida de información sensible a plataformas de naturaleza pública o la confianza en las respuestas emanadas de la IA sin contrastarlas adecuadamente).

El 47% de los trabajadores admite utilizar la IA de manera inapropiada y el 63% asegura asimismo haber sido testigo de cómo otros colegas usan inadecuadamente esta tecnología.

Casi la mitad de los empleados consultados por la Universidad de Melbourne en su investigación (el 48%) confiesan haber compartido en alguna ocasión información sensible sobre la compañía o datos sobre sobre sus clientes con herramientas de IA de naturaleza pública. Y esta misma línea, el 44% reconoce haber empleado la IA en el trabajo de formas que atentan claramente contra las políticas de la compañía a cuya plantilla pertenecen.

El uso de la IA en el trabajo está a merced de toda una plétora de riesgos potenciales

Por otra parte, en el trabajo la gente parece pecar de autocomplaciente a la hora de evaluar la calidad de las respuestas puestas sobre la mesa por la IA. El 66% asegura que confía en las respuestas arrojadas por la IA sin tomarse la molestia de contrastarlas adecuadamente. Y en línea con este dato, el 56% admite haber cometido errores en el desempeño de su trabajo por culpa de la IA.

Los trabajadores más jóvenes (aquellos con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años) están en términos generales más prestos a incurrir en un uso inapropiado y autocomplaciente de la IA que los empleados mayores de 35 años.

Conviene asimismo hacer notar que los trabajadores son totalmente conscientes de los riesgos a los que se exponen con un uso inadecuado de la IA y el 35% reconoce que el empleo de esta tecnología ha dado alas a riesgos directamente emparentados con la privacidad y el cumplimiento de determinadas normas en el seno de las empresas.

Cuando los trabajadores no son suficientemente transparentes sobre la manera en la que emplean la IA, los eventuales riesgos que brotan del uso de esta tecnología se trocan además en aún más difíciles de gestionar.

El 61% de los empleados confiesa no haber revelado en alguna ocasión el empleo de la IA con fines profesionales, el 55% ha presentado a veces como propio contenido generado con la inestimable ayuda de la IA y el 66% ha empleado herramientas de IA sin saber a ciencia cierta si estaba permitido o no su uso.

En el hecho de que en muchas empresas se haga un uso inadecuado de la IA influye de manera determinante la ausencia de políticas ad hoc para el empleo de esta tecnología. Solo el 34% de los empleados asegura que las empresas en las que están en nómina tienen normas específicas para el uso de IA. Y la IA está vetada a día de hoy en el 6% de las organizaciones.

Muchos empleados parecen sentirse asimismo presionados a la hora de abrazar la IA y la mitad de los trabajadores teme quedarse atrás en el desempeño de su trabajo si no se sube al carro de esta tecnología (aunque ello implique a veces hacer un mal uso de ella).

Sin embargo, a día de hoy muy pocos empleados reciben programas específicos de formación por parte de las empresas para utilizar adecuadamente la IA. Apenas el 47% de los trabajadores dice haberse beneficiado de este tipo de formación.

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