Gioconda López y el arte de existir como activismo

09/08/2023. OVVLGBTIQ+ – El Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ conmemora el Mes del Orgullo LGBTIQ+ destacando las historias de quienes suelen ser invisibilizades. Celebramos la diversidad y alzamos la voz: “¡Existimos y resistimos!”. Conoce el testimonio de Gioconda López, quien se ha convertido en uno de los rostros visibles de la población no binarie en Venezuela


“Se me acercan y me dicen: ‘gracias por el trabajo que haces todos los días’. Mi existencia y el solo hecho de salir a la calle es activismo. Que mi apariencia sea disruptiva, que la gente me reconozca y le choque o cause incomodidad es un un tipo de activismo. Formarme me ayudó a fortalecer todo eso y querer ayudar a otras personas a ir más allá. Yo era un poco cerrade en esos temas, pero cuando comienzas a conocer otras realidades te das cuenta que no estás solo. Además de llevar la bandera como personas no binaries, acompañas a las persona trans y a la comunidad LGBTIQ+ en general”, destaca Gioconda López.

Al hablar sobre su historia, se le hace inevitable mencionar el trabajo de introspección que ha realizado en terapia. Y es que la salud mental en el activismo es gasolina necesaria para seguir adelante en un ambiente hostil como el venezolano. Con 23 años de edad, Gioconda López, además de ser activista junto a la organización Okay,no., es chef. Se pasea entre la cocina y el asfalto. En todo momento le acompaña una maleta llena de anécdotas con vivencias que le llevaron a ser lo que es hoy en día. Señala que hacer activismo es una responsabilidad en la que hay que ser cuidadoso, ya que el mínimo error puede dar como resultado una “cancelación” colectiva.

“Llevo dos años y medio fuera del closet como persona no binarie. Tenía mucho miedo de salir. Lo tienes que hacer para darte cuenta si de verdad tienes gente que te va a apreciar a pesar de lo que tú eres realmente. Efectivamente pasó, salí del closet y me quedé sin amigos, porque no estaban dispuestos a tratarme como yo me sentía, como yo soy. Fue un proceso doloroso, pero gracias a que me formé tuve otra familia y un lugar de acogida”, menciona Gioconda López, quien agradece a varios espacios de formación por haberle brindado nuevas amistades y por haber expandido su visión sobre lo que implica ser LGBTIQ+.

Gioconda se define como divertide, persistente, gamer, “comelón” y empático. Disfruta de apoyar a los demás y escucharles. Además de ser activista y chef, también hace drag king y en ese arte le conocen como Franchesco, una especie de alterego que llama la atención del público con su típico color negro y ojos brillantes.

“Gioconda, ¿no has pensado que pudieras ser una persona no binarie?”

López se detiene y abre su maleta de experiencias para hablar sobre sus primeros años de vida. Desde su infancia tuvo una mezcla de sentimientos. No tenía claro quién era, ni cómo expresarlo. Pujade por la sociedad, era presionade para vestirse de una forma en específico, siendo socialmente aceptade como mujer, hasta que decidió dar un “salto de fe” y dijo: “es ahora o nunca”. Tras una operación bariátrica a los 16 años de edad, que se realizó por sobrepeso, empezó a verse de una forma que se acoplaba a como verdaderamente se sentía. Ya era inevitable. Deseaba tener una expresión de género andrógina, tener el cabello largo, pero se seguía sintiendo frenade por la sociedad. 

En ese entorno de limitaciones rondaban las obligaciones sociales. Si no tienes novio, quedas desplazado, si no te vistes de cierta forma, eres “la burla”, comenta. Tras operarse, “salió del closet” como lesbiana, pero seguía sin sentirse cómode. Luego de vivir varias relaciones turbulentas que le dejaron un trago amargo en su vida fue descubriéndose más. En un momento de su vida halló variaciones genéticas que también le llevaron a  formar parte de la población intersex. Además de vestirse como adrógino, se sentía incómodo con la relación pasivo-activo o masculino-feminimo. Eso estuvo presente hasta que empezó a salir con una mujer que le cambió la vida. Fue entonces cuando nació Gioconda López.

“Yo estaba saliendo con una chama en ese momento y me dice: ‘Gioconda, ¿no has pensado que pudieses ser una persona no binarie’. ‘¿De qué estás hablando?’, le respondí. Cuando me puse a investigar sobre este tema, algo despertó  en mí, algo que desde niñe venía arrastrando, que estaba comprimide. Mi mamá es muy abierta con estos temas y me decía: ‘sé libre’. Ella es aliada de la comunidad LGBTIQ+. Me protegía, a ella no le importaba quien me gustara o cómo me veía, pero decía que el mundo quizás no estaba preparado para verme a mí. Fue un proceso duro, tuve que cerrarme completamente, fingir ser otra persona, tuve mi momento hetero”, añade.

El proceso fue algo progresivo, “por debajo de la mesa”, como dice Gioconda López. Luego de que su entonces novia le hiciera esa pregunta empezó a indagar más al respecto y entendió finalmente que pertenecía a “algo”, que era no binarie. “Así soy, así me quedo”, se dijo. No le gusta encasillarse con ninguna orientación sexual ni ninguna identidad o expresión de género, aunque a veces se incline por alguna en específico.

“En parte, decides ser lo que eres porque tú le das la oportunidad a la gente de que te vea. Yo me decía: ‘puedes vivir en un closet y la gente no se va a enterar de eso. Era morir en vida o suicidarme. Era vivir afligide, cerrade, sin saber quién era o poder manifestar quién era. Estaba entre la espada y la pared, estaba en juego mi felicidad. Ahora me siento más tranquile, pero sabemos que vivir en Venezuela no ayuda mucho”, narra Gioconda.

La realidad de las personas no binarie en Venezuela

Liberade de sus miedos y parte de sus prejuicios, Gioconda López superó algunas barreras de vida que enfrenta una persona LGBTIQ+, como salir del closet o empezar un proceso de autoexploración. A diferencia de países como México, donde existe el reconocimiento de las personas no binarie a través del marcador de género neutro en el documento de identidad, en Venezuela el tema continúa estando limitado por los prejuicios de la sociedad dentro de un sistema binario que cataloga el nobinarismo como una “etapa” de “confusión” pasajera. Las personas que pertenecen a esta población, al igual que el resto de personas LGBTIQ+, no cuentan con protección legal ni de ningún tipo, a pesar de que organismos internacionales de derechos humanos exigen al Estado hacerlo.

“Las personas trans, no binaries e intersex somos como solitarios, porque a veces sucede que las personas se enfrascan en su dolor y su experiencia y no permiten conectar con otras personas. No permites contarme tu historia, ayudarte. Date cuenta que ambos tenemos una historia complicada y vamos a conectar, hacer algo, aunque eso es muy complicado y lo comprendo por el miedo que existe”, narra Gioconda López, quien indica que se debe respetar si alguien no desea formar parte de los movimientos no binaries o LGBTIQ+.

Gioconda menciona un caso en específico que refleja la situación de vulnerabilidad de las personas no binaries en el país en un contexto de violación a los derechos humanos. A principios de 2023 la Corte Penal Internacional (CPI) recopiló en un informe al menos 8.900 testimonios de víctimas en crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado venezolano. Uno de ellos era el caso de una persona no binarie, quien fue torturade y violentade sexualmente. En el testimonio se deja ver que esa persona fue sometida a tratos inhumanos donde, tras ser detenide arbitrariamente, funcionarios de seguridad del Estado le arrancaron las uñas de las manos y los pies, le torturaron en los genitales, le asfixiaron y le efectuaron descargas eléctricas en distintas partes del cuerpo, entre otros.

“Todas estas cosas dan miedo. Cuando pasa esto es horrible y piensas: ‘me puede pasar a mí solo por el hecho de existir salir y andar en la calle’”, sentencia. Si bien es cierto que algunas leyes se sientan precedentes contra la disciminación, en la práctica son pocos los espacios que aplican las normas y, en su lugar, se da paso a la discriminación y a que ocurran otra serie de hechos, como ese. A elle le da miedo pasar al lado de policías o una alcabala por temor a ser detenide arbitrariamente, como ha ocurrido en otros casos.

La actitud de la sociedad y el Estado hacia las personas no bianaries también puede trasladarse hacia lo privado e incurrir en microviolencias, como por ejemplo usar el deadname (nombre asignado al nacer) o hacer misgendering (asignar una identidad de género incorrecta). La apariencia o expresión de género de las personas no binaries, en varios casos fluida, puede chocar con la visión binaria de distintas personas. En su ámbito, Gioconda menciona que el mundo de la cocina no está sensibilizado en temas LGBTIQ+. Tras sufrir una serie de acosos y violencia sexual, elle se mantiene haciendo lo que le gusta, pero ahora desde espacios seguros y rodeade de gente que le hace feliz. Pero, al igual que las personas trans, les cuesta conseguir trabajo o alquiler, llevándolos a vivir al límite en muchos casos.

No todo está perdido para Gioconda López

En el contexto de violencia venezolano, lationamericano o global hacia las personas LGBTIQ+, el tener espacios seguros, promovidos por las propias personas LGBTIQ+ se convierte en un refugio para quienes se sienten desprotegidos por el Estado y la sociedad. En el caso de Gioconda López, formarse y educarse en distintos programas de liderazgo y derechos humanos, así como su trabajo junto a organizaciones de la sociedad civil le han permitido crear comunidad y tener más redes de apoyo. Para elle, en medio del panorama preelectoral venezolano de cara a las presidenciales de 2024, no tiene muchas esperanzas de que los políticos se sumen a las peticiones históricas como el matrimonio igualitario o una ley integral trans.

Igualmente, comenta que aunque se aplique el artículo 146 de la Ley Orgánica de Registro Civil, para las personas no binaries, ese sistema continúa siendo binario y puede no respaldar su identidad de género. “¿Cómo hago si me identifico como género neutro? No puedo hacer nada”, se cuestiona Gioconda. A pesar de las limitaciones, ve que algunas personas, empresas y organizaciones están más dispuestas a formarse en materia de género y diversidad. “Los espacios seguros son cada vez más grandes”, dice. 

Caminando por la calle de la vida, en donde se topa con momentos, olores y sabores de distinto tipo, Gioconda López se inspira en íconos pop LGBTIQ+ como los cantantes Sam Smith o Kim Petras. También toma inspiración para seguir su activismo diario en otros ámbitos. Por ejemplo, se inspira del magistrado no binarie mexicano Ociel Baena, quien con su “¡y la que legisle!” que se volvió viral en redes sociales como Tik Tok, se convirtió en el primer magistrado electoral de Latinoamérica.

“Abran la mente y que no se enfrasquen en solo en LGB. Las demás personas de esta población pueden ser muchísimo más violentades. Cualquier decisión que se vaya desde el Estado debe pensarse para generar un cambio o un progreso real dentro de la población LGBTIQ+”, destaca López, quien no imaginó que el activismo le llevaría a ser una “cara reconocida” y participar en campañas.

Al contar anécdotas sobre su pasado y analizar su presente, Gioconda López recuerda con nostalgia su infancia. Si pudiera devolver el tiempo, abrazaría a ese niñe que fue solitario debido a que sus padres debían trabajar para llevar el sustento al hogar. “Pase lo que pase, va a estar bien. No importa cómo te veas, no está mal, la gente a veces es muy cruel, pero que eso no te quite tu norte, tú luz y que no te quite lo que tienes para ofrecerte a tí mismo y al mundo”, se diría.

Ahora, con más apoyo y amor propio, Gioconda López sigue su camino haciendo de su existencia un arte disruptivo que se planta contra la discriminación. En un futuro se ve estudiando Estudios Liberales y fundando una tienda de comida con su novia actual. Exhorta a las personas que invitan a gente no binarie a eventos a hacerlos partícipe de los diálogos que se formen en distintos espacios y que no queden como relleno. Uno de sus sueños es crear un movimiento enfocado en personas no binaries, para poder darles apoyo en varios ámbitos. Recomienda a quienes están empezando su proceso de autoexploración a asistir a grupos de apoyo y confiar en las redes que se han formado desde la población LGBTIQ+.

“Es necesario explorar, pero todo a su tiempo. No permitas que las personas te saquen del clóset a la fuerza. Tampoco trates de encajar en un espacio. Puedes esforzarte por verte andrógino y al final no eres tú. Si sientes que la autoexploración, tu espacio de trabajo o donde vive tu familia es violento para salir del closet y expresarte, te recomiendo que en ese momento no lo hagas porque puedes quedar sin casa o sin trabajo. Sin embargo, yo siempre digo: ‘agarra toda esa fuerza e impotencia para poder salir de estos espacios y poder ser quien eres’. Trata de acercarte a otras personas a preguntar desde el respeto pues, después de todo, aquí hay una familia y siempre vamos a querer ayudarles”, concluye Gioconda López.

Diseño de portada: Joseph Peñaloza.

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