Tanto el Estado venezolano, como los países receptores, deben abordar la crisis migratoria con una manera más humana, garantizando los derechos humanos y la necesidad de protección con la que llegan los migrantes
Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano
(11-06-2023) La Emergencia Humanitaria Compleja, que afecta a Venezuela desde el año 2015, no solo ha llevado a que más de 7 millones de personas hayan buscado nuevas oportunidades fuera de nuestras fronteras. También ha obligado a que, los menos favorecidos, busquen rutas, muchas veces mortales, para huir de la devastadora realidad venezolana.
Son cientos los migrantes venezolanos que han desaparecido en búsqueda de las oportunidades que se les han negado en el país. El Mar caribe ha sido testigo de muchas de estas desapariciones cuando venezolanos, en embarcaciones improvisadas o en malas condiciones, intentaban llegar a Aruba, Curazao o Trinidad y Tobago.
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Familiares de los migrantes desaparecidos han hecho de todo para intentar obtener alguna respuesta por parte de las autoridades venezolanas. Sin embargo, esta lucha ha sido en vano.
El pasado 8 de junio, muchos de estos familiares manifestaron su angustia en el centro de Caracas, donde, con pancartas en mano, exigían alguna respuesta que les dé la tranquilidad que un día se fue en las turbulentas aguas del caribe.
Norelis Mata, familiar de Wilmer José Marcano, señaló que «Hemos ido a todas partes y no nos dan respuesta de nada, queremos respuestas, queremos justicia, ellos están desaparecidos».
Por su parte, Florangel Amaya, madre Jesús Alberto Ramos Amaya, quien salió el 22 de julio de 2015 desde Tucacas, estado Falcón, en busca de una mejor calidad de vida a bordo de un yate llamado “La realenga”; su destino era Curazao.
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“No supimos más nada de él ni de los otros 5 pasajeros que iban a bordo de la embarcación”, denunció.
Los familiares de las personas desaparecidas en altamar aseguraron que no descansarán hasta encontrar una respuesta. Además, esperan que la fiscalía inicie las investigaciones correspondientes, pues, aseguran que hasta ahora el Estado venezolano se ha mostrado indiferente ante el dolor de cientos de familias que hoy viven en medio de la incertidumbre y la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos.
Estos naufragios son una consecuencia de la desesperación, la precariedad y la falta de opciones seguras para emigrar debido a la crisis de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) que enfrenta Venezuela de los venezolanos y que ha llevado a millones de personas a tomar decisiones en su búsqueda de una vida mejor.
Es importante resaltar que el Estado venezolano, así como los países receptores, debe abordar esta problemática desde una perspectiva humanitaria y buscar soluciones que garanticen la seguridad y el bienestar de las personas migrantes y más, cuando su salida se produce en un contexto humanitario como es el caso del éxodo venezolano.
