Somos una campaña regional que surge de una preocupación profunda por el creciente uso de la prisión política y la tortura en América Latina y el Caribe, con especial crudeza y longevidad en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Es hora de alzar la voz en conjunto y condenar enérgicamente estas situaciones. Creemos que todas las personas, sin distinción de género, edad, filiación política o religiosa, tienen el derecho fundamental de vivir una vida digna, sin temor a ser perseguidas y encarceladas por sus convicciones políticas o por expresar lo que piensan.
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