Venezuela enfrenta graves problemas ambientales que están deteriorando ecosistemas y vulnerando los derechos humanos de su población
Por Nataly Carvajal/Caleidoscopio Humano
(30-07-2023) El impacto que la huella humana ejerce sobre el planeta trae consecuencias devastadoras para la preservación del mismo. Las actividades que producen mayores repercusiones ambientales son la producción de energía, el uso de combustibles fósiles, además de la agricultura y la ganadería extensiva.
Todas estas actividades van de la mano de la deforestación, la contaminación, el deterioro de los suelos y la degradación de fuentes de agua potable.
La crisis ambiental que se presenta en el planeta amenaza la vida de los ecosistemas y, por ende, de millones de personas. Esta situación compromete seriamente sus estilos de vida y los obliga a desplazarse, en la búsqueda de mejores condiciones.
El desarrollo sostenible es vital para la preservación de la vida en todas sus formas, esto implica la capacidad de las generaciones actuales de satisfacer sus necesidades, sin arriesgar dichos recursos para las generaciones futuras.
Dentro de las metas globales, se encuentra el compromiso de los Estados en la disminución de los gases de efecto invernadero, los mayores agentes contaminantes, cuyas consecuencias son, entre otras, el deshielo de los glaciares, la desertificación de zonas fértiles y la proliferación de eventos naturales y devastadores.
Graves daños ambientales en Venezuela
Venezuela enfrenta graves problemas ambientales que están deteriorando ecosistemas y causando vulneraciones a los derechos humanos de su población, algunos de esos daños al medio ambiente son los derrames de petróleo, la deforestación de selvas protegidas producto de la minería, además de la degradación de cuencas hidrográficas que suministran agua potable.
En cuanto a la contaminación de los cuerpos de agua, se encuentran los que proceden de las industrias y del uso doméstico debido a la falta de tratamiento, igualmente, una de las mayores problemáticas, son las relacionadas con el vertimiento de los desechos de la industria petrolera y petroquímica en el país.
La organización de la sociedad civil venezolana Cima 21 ha registrado, solo en lo que va del 2023, un total de 44 derrames de hidrocarburos en siete estados del país. Es importante destacar, que no existen datos oficiales sobre este tema.
Todos estos eventos atentan con el derecho humano que tenemos todos a gozar de un ambiente limpio, saludable y sostenible, pues la degradación ambiental amenaza con el futuro de comunidades, dejándolas en extrema vulnerabilidad.
Contaminación del Lago de Maracaibo
El Lago de Maracaibo es uno de los depósitos de agua dulce más grandes de Suramérica.
Este lago, desde hace más de un siglo, ha sufrido las consecuencias de las actividades extractivistas, vertimiento de metales pesados, aguas residuales, desechos sólidos y otros agentes contaminantes, situación que ha llevado a su deterioro, dejando en riesgo la biodiversidad que allí alberga y los modos de vida de las personas de las comunidades aledañas.
Esto debido a que las familias dependen -de forma directa- de la pesca, tanto para alimentarse, vender, hacer trueque y generar ingresos para los hogares; convirtiendo el lago en su fuente principal de subsistencia y, si la contaminación continúa, verán comprometidas sus vidas.
En los últimos años, se han evidenciado factores que ponen en peligro el Lago de Maracaibo. Ya para agosto del 2022, la Asociación Civil para la Conservación del Lago de Maracaibo (Aclama), manifestaba que en este lugar es donde ocurren los mayores derrames de petróleo en Venezuela, debido a la falta de mantenimiento y supervisión de las instalaciones petroleras.
Otro de los factores de contaminación es el verdín. Ambientalistas destacan que se debe a la presencia de Mycrocistis, que es la proliferación y crecimiento de algas cianobacterias, las cuales producen una toxina llamada Microcistina, peligrosa para la salud de las personas y de la flora y fauna del lago.
Asimismo, los expertos mencionan que estas bacterias aparecen por las altas concentraciones de fósforo y nitrógeno presentes en el estuario debido a las descargas de aguas residuales, por lo que estiman que -al menos- el 70 % del lago está lleno de la cianobacteria.
Estado y medio ambiente
Los Estados se encuentran en la obligación de planificar y desarrollar políticas públicas para el manejo adecuado y el aprovechamiento de los recursos naturales, garantizando a su vez el desarrollo sostenible, con la prevención de factores que conlleven al deterioro ambiental.
Vale destacar que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 127, estipula que “es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos, de conformidad con la ley”.
Ahora bien, si el Estado se encuentra en la obligación de garantizar un ambiente sano, de disminuir el impacto derivado de la explotación de recursos naturales, porque no se han desarrollado e impulsado planes de acción que mitiguen las causas por las que hoy el Lago de Maracaibo se encuentra en agonía.
Desde Caleidoscopio Humano, exhortamos al Estado venezolano a que, más allá de realizar labores de saneamiento, también apoye con un financiamiento real a los grupos de investigación científica, para que estos puedan generar propuestas que mitiguen esta problemática.
Igualmente, exigimos mecanismos de transparencia en la gestión ambiental, acceso a la información pública en el manejo de los recursos de las instituciones del Estado, además de la implementación de políticas públicas para disminuir todos los factores de contaminación, no solo del lago de Maracaibo, sino de todas las reservas naturales del país.