Migrantes

¿A qué retos y desafíos se enfrentan los jóvenes migrantes venezolanos?

Cerca de 7.72 millones de venezolanos han migrado. La mayoría tenía entre 15 y 29 años al momento de salir del país

Emmanuel Rivas

(19-12-2023) La migración venezolana es un fenómeno sin precedentes en América Latina. Nunca antes se había visto un éxodo como el que, producto de la Emergencia Humanitaria Compleja, tuvo su origen en Venezuela.

Ni siquiera durante el conflicto armado, de más de 5 décadas, que vivió Colombia.

Factores como la escasez de alimentos, la falta de servicios básicos, la inestabilidad política y la violación de derechos humanos, han llevado a millones de venezolanos a buscar refugio en otros países.

La mayoría de estos migrantes, con edades entre 15 y 29 años.

La falta de oportunidades, la poca garantía del derecho a la educación y la necesidad de contribuir con los gastos del hogar, además de la violencia e inseguridad, obligó a que millones de jóvenes cambiaran sus aulas de clases en liceos y universidades, para buscar la calidad de vida que el Estado venezolano les niega.

Muchos se han despedido de sus familias sobre la «Cromointerferencia de color aditivo« de Carlos Cruz-Diez, que adorna el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, otros desde los terminales terrestres del país y, los menos favorecidos, pero más vulnerables, emprenden su viaje caminando por las difíciles -y peligrosas- fronteras con Colombia, Brasil y Guyana o en improvisadas embarcaciones que zarpan sin rumbo seguro a través de la frontera marítima del Caribe.

En conmemoración del Día Internacional del Migrante, Caleidoscopio Humano realizó un conversatorio en la Plaza de Los Museos de Bellas Artes, en Caracas, para disertar sobre los retos a los que se enfrentan los jóvenes que, en busca de calidad de vida, han abandonado el país.

En la actividad, además de Stefanny Aguirre y Francisco González, líderes emergentes del proyecto MonitorDescaVe e investigadores de Caleidoscopio Humano, participaron Sofía Marquina, de la Alianza Koyobo y Fátima Farinhas, embajadora de la coexistencia Espacio Anna Frank.

«Desde Caleidoscopio Humano y MonitorDescaVe, queremos es visibilizar y denunciar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los venezolanos que han tenido que migrar; pues no resulta nada sencillo adaptarse a un nuevo país. Menos, cuando en este país de acogida, está tan marcada la discriminación y la xenofobia. Este es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los venezolanos migrantes», aseguró Stefanny Aguirre.

Por su parte, Francisco González señaló que las personas LGBTIQ+ y las mujeres resultan mucho más vulnerables a la hora de migrar.

«Venezuela es uno de los países del mundo con mayor presencia de redes de trata de mujeres, niñas, niños y personas de la comunidad LGBTIQ+. Hay redes de explotación sexual que salen hacia Europa y Asia y esto sucede ante la total falta de oportunidades de crecimiento para nuestros jóvenes lo que las hace mucho más vulnerables y ‘atractivas’ para estas redes», aseguró González.

Añadió el activista que, en la actualidad «hay dos principales rutas migratorias; la primera es el tapón del Darién, en donde hemos conocido historias terribles y se han registrado centenares de muertes de venezolanos y la ruta del sur de Venezuela, utilizada por nuestras comunidades indígenas, zonas que están tomadas por grupos irregulares».

En su intervención, Sofía Marquina destacó que para el año 2021, cuando había una diáspora cercana a los 5 millones de migrantes, más del 50 % eran jóvenes; de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Juventud de ese año.

«Venezuela ya no es un país joven, perdimos a los jóvenes y hoy tenemos cifras de migración que debimos tener en 2045», señaló.

Marquina aseguró que, debido a los retos de la migración, «hemos conocido niños que cumplen roles de jóvenes de 17 y 18 años y adolescentes que ahora deben cumplir funciones de hombres de 24 y 25, y esto se debe a la migración forzada».

No es fácil migrar, y de eso los venezolanos tienen un master y un doctorado.

«El mayor reto al que se enfrentan los jóvenes venezolanos al salir del país, es el miedo. Ese miedo a no saber qué va a pasar luego de irse, a sentirse desprotegidos, solos (…) esto, sin duda alguna, limita aún más el acceso a nuevas oportunidades y a poder encontrar la tranquilidad que no se logra en Venezuela», afirmó Fátima Farinhas, embajadora de la coexistencia Espacio Anna Frank.

Para Farinhas, una forma de frenar este éxodo de jóvenes, es la de crear oportunidades reales, donde «algo muy valioso y clave es el acceso a la educación, es importante que los jóvenes puedan formarse y educarse en el país», dijo.

Caleidoscopio Humano ha seguido de cerca el proceso migratorio venezolano, muestra de ello, es la presentación del informe temático Migración Venezolana: En busca de refugio más allá de sus fronteras, un documento que deja en evidencia como la migración venezolana pasó de ser una casualidad a convertirse en una necesidad.

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