Vecinos del sector V de Caña de Azúcar tienen ocho meses con los excrementos dentro de las viviendas

Crónica.Uno

El colapso del sistema de aguas residuales ha ocasionado que los inodoros se desborden y las aguas servidas circulen libremente dentro de las casas. Algunos vecinos tienen que hacer sus necesidades en bolsas plásticas y a otros se les han aparecido culebras en el interior de las viviendas.


(31-05-05). «Las pocetas devuelven el agua, mi vecina ha tenido que hacer sus necesidades en bolsas plásticas y a mi se me metió una culebra dentro de la casa». Este es el calvario que padecen más de 50 familias ubicadas en el sector 5 de la populosa urbanización Caña de Azúcar, en el municipio Iragorry del estado Aragua, desde hace aproximadamente ocho meses, tras la invasión las aguas residuales a sus hogares.

El colapso del sistema de aguas servidas en esta urbanización con más de 50 años de fundada y, una de las más extensas del país, ha obligado a sus residentes a convivir con los excrementos dentro de sus viviendas.

Como la casa de María Teresa Carrasquel, quien ha tenido que costear los trabajos para desviar las aguas residuales que circulan dentro de su vivienda.

«Desde hace ocho meses se rompieron los tubos de las aguas servidas en la avenida y desde ese momento tengo los excrementos en la casa», dice.

Carrasquel asegura que en diciembre de 2021 hablaron con el alcalde de Mario Briceño Iragorry, Brullerby Suárez y lo pusieron al tanto de la situación.

Me dijo- cuenta María Teresa- que antes de que culminara el año arreglaría eso.

Los afectados ya no saben a qué organismo recurrir. De hecho, cuentan que han llevado comunicaciones a la alcaldía y a la gobernación de Aragua. La respuesta que nos dan– cuenta Vilma Bolívar- es que no se puede porque no hay los tubos.

Los propios residentes deben realizar trabajos para el drenaje de las aguas negras de la comunidad. Foto: Gregoria Díaz.

En medio de este panorama, las afecciones respiratorias y en la piel, se hacen más comunes entre los niños y ancianos de la comunidad, además del insoportable hedor que se expande por las casas y las veredas del sector.

Vecinos aseguran que han acudido a la alcaldía de Mario Briceño Iragorry y a la gobernación, pero nadie responde al llamado de los afectados.

Al colapso del sistema cloacal, se suma el desabastecimiento de agua potable por tubería. En la comunidad, el servicio es distribuido solo los fines de semana y cuando cuentan con agua potable en las tuberías, las veredas y calles se inundan de aguas residuales.

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