El 10 de febrero 72 venezolanos fueron expulsados de Chile. Habían entrado por pasos no habilitados en búsqueda de un mejor futuro. El proceso de expulsión fue catalogado como “exprés” por la Asociación de Venezolanos en Chile, organización que aseguró acudirá ante organismos internacionales alegando que se está violando la oportunidad de solicitar alguna medida de protección
Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano
Foto: Tuitazo #SoyRefugiado
Maleta en mano, unas pocas prendas de ropa y la esperanza de conseguir refugio en un lugar donde les sea más fácil llevar el pan a su mesa. Ese es el sueño de la mayoría de los venezolanos que, en medio de la Emergencia Humanitaria Compleja, deciden salir de casa. La desesperanza que reina en el otrora país más próspero de la región, los obliga a comenzar una travesía incierta.
El cierre de las fronteras, generado por la pandemia por la Covid19, no ha impedido la migración forzada producto de la crisis de derechos humanos en el país. En las últimas semanas han llegado a Chile más de 4000 migrantes por pasos irregulares. En su mayoría son venezolanos.
La pequeña población de Colchane -en el norte de Chile-, ha sido testigo del drama de los migrantes que ven en el país austral la esperanza de un mejor porvenir. Este pueblo aimara está ubicado a más de 3650 metros sobre el nivel del mar, y constituye el punto fronterizo entre Chile y Bolivia.
Los migrantes llegan a este lugar luego de caminar a través del desierto de Atacama -el más árido del mundo-, y dormir a la intemperie en temperaturas nocturnas que pueden llegar a los 0 grados.
El 3 de febrero un migrante venezolano de 69 años identificado como Ricardo Godefroy Araujo y una mujer colombiana fallecieron producto de un cuadro respiratorio. Autoridades no descartaron que los decesos hayan sido por Covid19. Un día después, 48 personas fueron evacuadas de Colchane por ser contactos estrechos.
Según el más reciente informe de testeo y trazabilidad publicado por el Ministerio de Salud de Chile el 11 de febrero pasado, la positividad por Covid19 en la comuna de Colchane llegó a 66.7 %. hace 14 días este valor era de 27.3 % y a 36.4 % hace 7 días.
Fronteras impenetrables
El 4 de febrero el gobierno de Chile anunció el despliegue de sus fuerzas armadas en la frontera norte del país para evitar el ingreso no autorizado de migrantes. En ese momento, el ministro de interior de Chile, Rodrigo Delgado, afirmó que todo migrante que ingrese al país por pasos irregulares “será expulsado”.
La militarización de la frontera entre Chile y Bolivia disminuyó el ingreso de migrantes por pasos no autorizados a la vez que, muchos de quienes ya habían ingresado a territorio chileno, eran trasladados a la ciudad de Iquique en la región de Tarapacá. Ahí deben cumplir una cuarentena obligatoria en refugios habilitados por las autoridades.
En ese lugar, y de acuerdo con los mismos migrantes; se les indica que deben realizar una “auto denuncia” que abriría la posibilidad de legalización o regularización, sin embargo, el miércoles 10 de febrero fueron expulsados más de 100 migrantes que habían ingresado por Colchane el 30 de enero.
La medida de expulsión tomó por sorpresa a los migrantes, quienes antes de abordar el avión de la Fuerza Armada de Chile (FACH) denunciaron que habían sido engañados. “Nos dijeron que al realizar la auto denuncia en Carabineros nos permitirían quedarnos en territorio chileno. Nos engañaron. Hoy nos expulsan”, dijo un venezolano que ingresó el 30 de enero por Colchane con la intención de reunirse con su hijo a quien no ve desde hace más de tres años.
“La desesperación por ver a mi hijo, me llevó a ingresar por Colchane. Mi hijo está legal en Chile y yo sólo quería reunirme con él”, dijo.
La sorpresiva expulsión de migrantes también dejó familias separadas. “A mi esposa la dejaron en el albergue. Ella está embarazada. Por lo menos deberían dejarnos viajar juntos”, dijo entre lágrimas un joven venezolano que entró a Chile con la esperanza de darle un mejor futuro a su hijo que está por nacer.
En el avión de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) que salió de la ciudad de Iquique, en la región de Tarapacá el miércoles 10 de febrero, iban 86 extranjeros -72 venezolanos- con destino a Colombia y Venezuela en un vuelo que, de acuerdo con el canciller chileno Andrés Allamand, fue coordinado con autoridades de la embajada de Colombia y el consulado venezolano.
“Esto permitió que la expulsión se realizara de manera expedita”, aseguró el diplomático; agregando que la política del Estado chileno frente al ingreso ilegal será “una política persistente de expulsión administrativa». Ese día también fueron expulsados 52 peruanos y bolivianos por vía terrestre.
SJM: “Los venezolanos están obligados a migrar”
«La llegada de migrantes a Colchane no es un problema migratorio, es una crisis humanitaria. Los venezolanos están migrando obligados por la crisis de su país», aseguró Waleska Ureta, directora nacional del Servicio Jesuita Migrante en Chile, quien pidió a las autoridades la protección de los migrantes que han huido de la crisis venezolana.
«Se hace necesario que el Estado chileno adopte medidas desde una perspectiva humanitaria y de protección respecto de las personas venezolanas llegadas a la zona fronteriza de la región de Tarapacá», dijo Ureta.
A esta petición se sumó el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile, asegurando que «hay un deber por parte del Estado de asistencia y de protección a estos migrantes. Ni los migrantes irregulares ni la comunidad aimara que vive allá (en Colchane) son responsables de la situación que se vive en la frontera».
Por su parte la Asociación de Venezolanos en Chile manifestó preocupación por lo que calificó como “expulsiones exprés”, indicando que estudiarán medidas para ir a organismos internacionales “ya que, a quienes huyen de la crisis humanitaria de Venezuela, se les está negando la oportunidad de acudir a tribunales para solicitar cualquier medida de protección”.
Según datos del Gobierno y la Dirección de Extranjería, cerca de 500 mil venezolanos viven en Chile.
Los datos aportados por las autoridades indican que la ola migratoria hacía el país austral comenzó a aumentar a partir del año 2016. En ese momento vivían en Chile 67.587 venezolanos.
Se estima que, durante el año 2020, cerca de 16 mil personas ingresaron al país por pasos no habilitados, el 80% eran venezolanos, situación que se agravó en medio de la crisis sanitaria por la Covid19.