Migrantes

Niños, niñas y adolescentes migrantes, la otra cara de éxodo venezolano

La pobreza generalizada, la falta de oportunidades, el deterioro de los servicios públicos y el declive del sistema educativo, son algunas de las razones que impulsan la migración forzada desde Venezuela

Nataly Carvajal

(26-11-2023) Millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo se movilizan de un lado a otro, ya sea dentro o fuera de sus países, muchos de ellos lo hacen en compañía de sus padres o familiares, mientras que otros lo hacen solos, lo que implica mayores vulnerabilidades.

Conviene destacar que, dentro de la niñez migrante, existen también grupos altamente vulnerables, aquellos niños, niñas y adolescentes con discapacidad, quienes pertenecen a comunidades indígenas, y los que se identifican como LGTBIQ+.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el movimiento migratorio de menores es elevado, por un lado se encuentran quienes cruzan la ruta migratoria del Mediterráneo Central.  

Se calcula que 11.600 niños y niñas realizaron esta peligrosa travesía durante el 2023. La mayoría de ellos iban solos o estaban separados de sus progenitores. 

Por otro lado, esta misma agencia de las Naciones Unidas mencionó  la ruta migratoria del Darién, evidenciando una cantidad récord de 40.000 niños atravesando la selva entre Colombia y Panamá durante la primera mitad del 2023.

Esto sin mencionar la cantidad de pasos fronterizos a lo largo del planeta y la cantidad de niños, niñas y adolescentes que por allí se desplazan.

Contextos de incertidumbre

Las guerras, así como las crisis políticas y sociales, hacen cada vez menos sostenible la vida en algunas sociedades y los más pequeños viven de forma diferenciada los distintos conflictos, incrementando los movimientos migratorios de los menores de edad en el mundo.

La cantidad de riesgos a los que se enfrentan los niños migrantes, van desde su lugar de origen, durante las rutas migratorias, -muchas de ellas por pasos irregulares, bajo el dominio de grupos criminales-, por lo que son más propensos a sufrir diversos tipos de violencia y, cuando llegan a sus lugares de destino, no existe plena garantía de sus derechos por parte de los Estados receptores.

Unicef estima que solo en América Latina y el Caribe los niños, niñas y adolescentes representan el 13 % de la población migrante, igualmente, destaca que el número ha venido aumentando en los últimos tres años. 

Una de cada cuatro personas en situación de movilidad humana es un niño.

Estas cifras de migración de menores en la región, es equiparable con los niveles de movilidad que se presentan en el África subsahariana, donde niños, niñas y adolescentes también forman parte de un vasto grupo de la población migrante.

Esta situación plantea grandes desafíos políticos, frente a una realidad que lejos de desaparecer se va a ir incrementando, debido a diversos factores económicos, sociales, culturales, religiosos y ambientales —este último relacionado con el cambio climático — que profundizan la pobreza, el hambre  y la inseguridad a la que se enfrentan distintos países. 

Migración de niños, niñas y adolescentes venezolanos

La pobreza generalizada, la falta de oportunidades, el deterioro de los servicios públicos y el declive del sistema educativo, son algunas de las razones que impulsan la migración forzada desde Venezuela.

Los niños, niñas y adolescentes migrantes se enfrentan a diversos obstáculos no solo dentro del tránsito migratorio, sino, además, cuando se establecen en las sociedades de acogida.

Uno de los primeros obstáculos que pueden presentar los niños, niñas y adolescentes migrantes es para acceder a servicios básicos como salud y educación.

Uno de los casos se presenta en Colombia, país que alberga el mayor número de migrantes venezolanos y, aunque se han logrado avances significativos para la inclusión de los niños, niñas y adolescentes migrantes venezolanos, aún hay alrededor de 135 mil por fuera del sistema educativo de ese país.

Solo en los departamentos fronterizos de Arauca, Guajira y Norte de Santander, durante 2022 se registró que -al menos- unos 1357 niños, niñas y adolescentes migrantes venezolanos, estaban sin escolarizar.

Estos niños recibieron educación con el apoyo de organizaciones no gubernamentales, como Save the Children, quienes dispusieron de aulas de clase para este objetivo.

Por otra parte, UNICEF indica que, debido al contexto migratorio en Colombia, un niño, niña y adolescente migrante venezolano ha perdido en promedio dos años de su proceso educativo, esto debido a factores como las diferencias que existen en el contenido o pensum de estudio, además de otros elementos de discriminación y xenofobia dentro de las aulas de clase lo que limita e impide la permanencia de las menores de edad en el sistema educativo.

Niños, niñas y adolescentes migrantes venezolanos, vulnerables al trabajo infantil 

Un informe realizado por distintas agencias de las Naciones Unidas sobre la situación de niños, niñas y adolescentes refugiados y migrantes de Venezuela y su vínculo con el trabajo infantil en América Latina, indicó qué el trabajo infantil más visible es producto del subempleo que afrontan las personas migrantes y refugiadas venezolanas, donde la madre y/o el padre salen a trabajar en la economía informal en compañía de niñas y niños, lo cual les expone a los menores de edad a integrarse al trabajo infantil.

Otra de las situaciones a las que se encuentran expuestos los niños, niñas y adolescentes migrantes es la mendicidad. Las autoridades han denunciado el alquiler de niños migrantes, para ser explotados laboralmente en la venta de dulces en las calles y transporte público. 

Asimismo, son captados por grupos al margen de la ley, para involucrarlos directamente en actividades delictivas relacionadas al narcotráfico o someterlos, en otros casos, como víctimas de explotación sexual.

Es necesario que los Estados garanticen servicios básicos de calidad a los niños, niñas y adolescentes migrantes, uno de ellos es el la educacion, para que se puedan insertar sin mayores obstáculos a los sistemas educativos de las sociedades de acogida, con un acompañamiento integral que hable de la diversidad cultural para erradicar episodios de discriminación y xenofobia que puedan conllevar al abandono escolar.

Los niños migrantes han vivido, a su corta edad, momentos traumáticos, situaciones a la que nunca debieron estar expuestos si sus países de origen  les hubiesen garantizado a plenitud sus derechos.

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