Violencia de género

La violencia venezolana como consecuencia de la crisis DESCA

“(La violencia es el) uso intencional de la fuerza física o el poder real o como amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o comunidad que tiene como resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones, la muerte, privación o mal desarrollo”

Organización Panamericana de la Salud

Por Francisco González/Caleidoscopio Humano

(26-04-2023) La violencia es un fenómeno que está presente en casi todos los seres vivos.

En el reino animal, por ejemplo, la violencia es aplicada por diversas especies como mecanismo de supervivencia, defensa territorial o como parte de sus estrategias de caza.

Los seres humanos experimentan la violencia desde las primeras etapas de la niñez, cuando la misma se manifiesta de manera natural como expresión de sentimientos como la ira o el rencor.

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Claro está, la evolución de la humanidad ha podido superar la idea de la violencia como un mecanismo viable y, acto seguido, se le ha sustituido por otros mecanismos pacíficos de canalización de las molestias y resolución de controversias.

El desconocimiento de la ley, la ausencia de justicia y el precario acceso a la educación son variables que influyen directamente sobre el aumento de la violencia en la sociedad. Por ello, países que atraviesan conflictos bélicos con frecuencia presentan altos índices de violencia.

El caso venezolano, sin embargo, pareciera ser una excepción a esta norma, ya que no existe, al menos no de manera legal, una “guerra” en curso.

Sin embargo, Venezuela está presente a la cabeza de todos los rankings internacionales de violencia que estudian Latinoamérica.

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Por ejemplo, el país ocupa el segundo lugar en el ranking de homicidios, (con 40,9 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022), solo superado por Jamaica.

Además, tres de las veinte ciudades más peligrosas del mundo para el año 2022, son venezolanas (Caracas, Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar).

A diferencia del resto de países que encabeza en los rankings mencionados, Venezuela atraviesa una situación que no es producto de un conflicto bélico, sino de la aplicación de una serie de medidas políticas que han desencadenado la peor crisis económica, social, política y cultural de la historia de la República.

Aspectos claves para entender la crisis venezolana son, por ejemplo, la precariedad en que se encuentran grandes sectores de la población en materia de acceso a sus derechos humanos.

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El no poder acceder a un sueldo que satisfaga las necesidades básicas es, con frecuencia, la razón que argumentan algunas personas para dedicarse a delinquir en lugar de a empleos tradicionales. La crisis de derechos económicos desencadena espirales de violencia difíciles de contener.

Además, retomando que la ignorancia e intolerancia son pilares de la violencia, conviene recordar que el derecho a la educación en Venezuela se ha visto gravemente afectado ante la fuga de docentes y la deserción escolar, hechos que también se enmarcan en la insuficiente remuneración económica ofrecida por el Estado.

La violencia en Venezuela no solo proviene de actores como ladrones, homicidas o secuestradores, sino que se ha vuelto frecuente su aplicación en instituciones y organismos del Estado venezolano, donde se usa para amedrentar ciudadanos, reprimir protestas y coaccionar voluntades.

Algunos sectores de la población venezolana son más vulnerables a la violencia que otros. La comunidad LGBQTI+, por ejemplo, se ve constantemente expuesta a maltratos institucionales, discriminación y crímenes de odio.

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Para Yendri Velásquez, del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTQI+, en el país se documentó un total de 172 agresiones contra la población LGBTQI+ venezolana. Dentro de esta alarmante cifra, destacan veintidós discursos de odio, once asesinatos y doce crímenes –y presuntos crímenes- de odio.

La población indígena, en particular la de la etnia warao y la de la etnia guajira, ha sido víctima de constantes ataques y represiones violentas por parte del Estado venezolano cuando intentan defender sus derechos humanos en medio de la crisis DESCA que viven. Sin duda alguna, la violencia que a diario se vive en Venezuela es, por un lado, la consecuencia de casi una década de crisis de derechos humanos en el país y, por el otro, una estrategia diseñada por el Estado para mantenerse en la cima del poder.

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