Maltrato Infantil

La sombra persistente: Normalización de la violencia en la crianza en Venezuela

En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, la sombra de la normalización de la violencia en la crianza se cierne sobre Venezuela

Duvraska Matos

(25-04-2024) En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, la sombra de la normalización de la violencia en la crianza se cierne sobre Venezuela.

Si bien los avances legales y las campañas de concienciación han logrado importantes avances en la lucha contra el maltrato infantil, aún queda un largo camino por recorrer para erradicar la profunda aceptación social de métodos violentos de crianza.

Un problema arraigado:

Las raíces de la normalización de la violencia en la crianza en Venezuela se hunden en un complejo entramado de factores históricos, culturales y socioeconómicos.

La violencia ha permeado la sociedad venezolana durante décadas, manifestándose en diversos ámbitos, desde la esfera familiar hasta la pública.

En este contexto, la violencia como método de disciplina infantil se ha visto naturalizada, transmitiéndose de generación en generación.

Frases como «una palmada a tiempo te ahorra cien palabras» o «la letra con sangre entra» reflejan la arraigada creencia de que la violencia es un instrumento legítimo para corregir el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes en muchos hogares venezolanos.

Lamentablemente, la violencia en la crianza está profundamente arraigada en la cultura venezolana. Existen diversos factores que inciden a esta normalización, entre ellas:

  • Creencias erróneas: La idea de que «un buen golpe a tiempo» o «la letra con sangre entra» son ejemplos de creencias que justifican el uso de la violencia como método de enseñanza.
  • Falta de educación: Muchos padres y madres no cuentan con las herramientas o conocimientos necesarios para criar a sus hijos e hijas sin recurrir a la violencia.
  • Ciclo intergeneracional de violencia: Muchos adultos que fueron víctimas de violencia en su infancia repiten estos patrones con sus propios hijos e hijas.
  • Debilidad de las instituciones: La falta de políticas públicas efectivas y de mecanismos adecuados para la denuncia y atención de casos de violencia infantil también contribuye a la normalización de esta problemática.

Las consecuencias de la violencia en la crianza son devastadoras para el desarrollo físico, psicológico y emocional de los niños, niñas y adolescentes.

Los niños expuestos a violencia en el hogar tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud física como:  lesiones, enfermedades, problemas del sueño, etc.

Trastornos de salud mental como:  ansiedad, depresión, baja autoestima, estrés postraumático, etc. Problemas de conducta como: agresividad, delincuencia, abuso de sustancias, etc.

Dificultades en el aprendizaje: problemas de atención, concentración y memoria o problemas en las relaciones sociales: dificultad para formar y mantener relaciones sanas.

Ahora bien, es preciso mencionar que las consecuencias de la violencia como método de crianza no se limitan a la etapa infantil, sino que dejan cicatrices profundas que se extienden hasta la adultez; pues las personas que son criadas de esta manera cargan con todas esas dificultades en la adultez, puesto que, la crianza tiene un impacto directamente proporcional en la vida adulta de las personas.

Erradicar la normalización de la violencia en la crianza en Venezuela requiere un esfuerzo conjunto y sostenido por parte de todos los sectores de la sociedad.

Es necesario implementar programas de prevención y atención del maltrato infantil, así como campañas de sensibilización y educación para padres.

Así mismo, se debe brindar formación a profesionales de la salud, la educación y el trabajo social sobre la detección y atención del maltrato infantil.

Estos pequeños pasos en la sociedad lograrán generar conciencia social para lograr que en la mayoría de los hogares venezolanos se eduque con una crianza positiva.

El Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra los Niños, Niñas y Adolescentes nos recuerda que la construcción de un futuro libre de violencia comienza en la infancia.

Al desafiar la normalización de la violencia en la crianza, podemos abrir paso a una sociedad donde todos los niños puedan crecer y desarrollarse en un entorno seguro, amoroso y respetuoso.

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