Asistencia humanitaria

La ayuda humanitaria en Venezuela tiene que continuar

Mientras la idea de la recuperación retumba en un país lleno de conciertos internacionales y nuevas empresas, «siguen existiendo necesidades» y «es más importante que nunca que la comunidad internacional continúe mostrando solidaridad con el pueblo venezolano», así lo advirtió este mes el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, tras una visita a Venezuela

El Nacional

(21-08-2022) Irianny y su pequeño hijo están desnutridos. Ella, docente en ejercicio, es incapaz de proveer una alimentación balanceada a su familia, pues percibe un sueldo mensual de menos de 100 dólares y por eso acude a un comedor gratuito, donde las necesidades abundan y la recuperación económica está lejos de sentirse, una muestra de la necesidad de que la ayuda humanitaria en Venezuela tiene que continuar.

El niño aún no llega a los dos años de edad y desde hace meses forma parte de un programa de ayuda humanitaria de la ONG Cáritas, al que ingresó presentando signos de desnutrición, los mismos que identificaron luego en la madre, que también es lactante de otra niña de seis meses.

La mujer, de 36 años de edad, no escatima en agradecer la ayuda que recibe, la que ve como una parte imprescindible de su vida. Pide que comedores como al que ella acude en una barriada caraqueña se multipliquen porque hay muchos que necesitan este apoyo.

Necesidad de ayuda humanitaria

Como Irianny, al menos 5,2 millones de venezolanos tienen necesidades urgentes, según el plan de respuesta humanitaria publicado esta semana por Naciones Unidas, que ha pedido a los donantes internacionales casi 800 millones de dólares para financiar estos programas de ayuda humanitaria en el país.

El requerimiento, basado en un aumento de las necesidades percibidas, plantea una realidad paralela a la de la recuperación económica que pregona el Gobierno.

Si, por un lado, el crecimiento de Venezuela en 2022 es, según el Ejecutivo, el más grande de Latinoamérica, ningún país de la región necesita tanto dinero para ayudar a su población más pobre.

Esa brecha se debe, a juicio de Javier Manrique, a la continuidad de las necesidades de los más vulnerables -como niños, comunidades indígenas, personas con discapacidad y ancianos-, a quienes la mejora económica no ha alcanzado.

«La ayuda humanitaria en Venezuela tiene que continuar ya que, específicamente para estos grupos vulnerables los elementos determinantes de la vulnerabilidad que tienen no han desaparecido, no hay una recuperación económica, no hay mayores ingresos», dijo a EFE el médico, coordinador humanitario de la ONG Convite.

La organización, que apoya a adultos mayores en casi todo el país, subraya que 70% de esta población percibe únicamente una pensión de 23 dólares mensuales, con lo que no pueden cubrir sus gastos de salud ni de alimentación, toda vez que se requieren cerca de 400 dólares para costear los gastos mínimos.

Trabajo humanitario

Mientras la idea de la recuperación retumba en un país lleno de conciertos internacionales y nuevas empresas, «siguen existiendo necesidades» y «es más importante que nunca que la comunidad internacional continúe mostrando solidaridad con el pueblo venezolano», así lo advirtió este mes el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, tras una visita a Venezuela.

Irianny es prueba de que las necesidades no han desaparecido. La maestra no niega que algunas familias hoy están mejor que hace unos años pero, remarca, en su caso esa mejora la ha conseguido gracias a la ayuda humanitaria.

Mi vida «podría decir que se ha visto mejorada con la ayuda que recibo a través de estos organismos (ONG), que es la que me ha permitido mejorar la situación tanto económica como de salud que percibe mi familia», dijo.

En vista de esta realidad, el directivo de Convite insistió, hay que visibilizar las carencias e «indicadores dramáticos», con una pobreza extrema estimada en más de 70% por organizaciones no gubernamentales, para obtener financiamiento internacional que permita seguir apoyando a quienes más lo necesitan.

«El hecho de que una persona con todos los derechos inherentes a sus condiciones de ser humano tenga que escoger entre el medicamento y comer, yo creo que es ya demostración suficiente del nivel de sufrimiento que están enfrentando», subrayó Manrique.

Tanto el médico como Naciones Unidas y el Gobierno coinciden en la importancia de conectar la ayuda humanitaria con el desarrollo de capacidades, un vínculo que, aseguran, podría apalancar la incipiente recuperación económica para garantizar que nadie, especialmente los más necesitados, se quede atrás.

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