Jóvenes

Jóvenes venezolanos, de la Batalla de La Victoria a la batalla por sus derechos

Por Francisco González/ Internacionalista, líder emergente de MonitorDescaVe e investigador de Caleidoscopio Humano

(12-02-2024) Cada 12 de febrero, Venezuela celebra el «Día de la Juventud», en conmemoración a los jóvenes venezolanos que, liderados por José Félix Rivas, participaron en la llamada «Batalla de la Victoria» en 1814.

En un país tradicionalmente joven como Venezuela, la juventud ha desempeñado un papel protagónico en los procesos de cambio político-sociales, como ocurrió, en 1928, con la llamada «Generación del 28», cuando un grupo de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), contrarios al gobierno de Juan Vicente Gómez, organizaron un movimiento de protesta contra su gestión.

La Emergencia Humanitaria Compleja que aqueja al país desde hace cerca de una década se ha enmarcado en una crisis de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), que ha destruido sistemáticamente el poder adquisitivo de los venezolanos, diezmado sus oportunidades de desarrollo y hecho difícil su vida cotidiana.

En medio de la crisis, la juventud venezolana se ha visto expuesta a una disminución abrupta de las oportunidades de estudio y trabajo a las que tienen acceso. Entre 2021 y 2023, al menos dos millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes abandonaron el sistema educativo nacional.

Esta realidad responde, fundamentalmente, a la incapacidad de las familias venezolanas de costear los precios de uniformes, útiles y traslados hasta los planteles educativos. El espiral de pobreza no solo afecta al estudiantado, sino también a los docentes, hecho comprobable en que, desde la declaratoria de emergencia, cerca de un cuarto de millón de docentes han abandonado la profesión para dedicarse a actividades económicamente más rentables.

Los pocos jóvenes que logran paliar las adversidades y egresar del colegio en Venezuela, se enfrentan a una realidad incluso más compleja.

Por un lado, las universidades públicas venezolanas están atravesando una grave crisis de infraestructura, déficit de profesores y cierre técnico de algunas carreras, ante el insuficiente presupuesto que el Estado les asigna.

Por otro lado, la oferta del mercado laboral se ha visto reducida frente al cierre de pequeñas, medianas y grandes empresas que no pudieron soportar la crisis.

Las ofertas laborales que hay ofrecen, en su mayoría, salarios de entre ochenta (80) y ciento cincuenta (150) dólares, bajo condiciones como seis días de trabajo por semana en jornada de hasta doce horas diarias.

La escalada de adversidades que hoy enfrenta la juventud en Venezuela es la razón principal detrás del hecho de que la diáspora del país, hoy por sobre los ocho millones de migrantes, esté conformada en más de un 55 % de jóvenes.

En un país donde las oportunidades son cada vez más escasas, los jóvenes se convierten en una población especialmente vulnerable.

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