Informe “Sin agua no hay vida” documenta la gravedad del servicio de agua potable en Venezuela

Caleidoscopio Humano reunió a líderes emergentes del proyecto MonitorDescaVe para presentar y analizar los testimonios visibilizados en el informe “Sin agua no hay vida” que dan cuenta de la gravedad del servicio de agua potable en Venezuela***


Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano

31/10/2022. – Para los años 50, Venezuela había logrado desarrollar uno de los servicios de agua potable más sólidos de toda la región. El país contaba con una infraestructura de calidad que permitió grandes avances, garantizando así, estándares en salud pública.

Sin embargo, en la actualidad, el país presenta un panorama bastante adverso. Más del 80% de la población venezolana no cuenta con agua potable de forma continua, viéndose obligados a consumirla de fuentes contaminadas, de camiones, cisterna o a comprar bidones de manera regular.

El agua potable es considerada un derecho humano por el impacto que tiene sobre el desarrollo y calidad de vida de las personas. Por esta razón, Caleidoscopio Humano, presentó el informe “Sin agua no hay vida”. Un documento enmarcado en el proyecto MonitorDescaVe que visibiliza la grave situación del agua potable en Venezuela.

En este informe, Caleidoscopio Humano documentó a través de su equipo de investigación, la realidad que se vive en varios estados del país y de cómo las mujeres son afectadas de manera diferenciada por la escasez de agua.

A través de un encuentro virtual, un grupo de líderes emergentes de MonitorDescaVe, discutieron el impacto que tiene la falta de agua en Venezuela y de cómo esto afecta de manera negativa en otros derechos como la salud, la educación y la alimentación.

“No disponer de agua suficiente, salubre y accesible incide en la cotidianidad y el desarrollo de todas las personas y afecta, de forma diferenciada, a mujeres y niñas, quienes por lo general son quienes llevan el agua para abastecer sus hogares (…) Además, no contar con servicio regular de agua potable en sus hogares les impide llevar una adecuada salud menstrual. Esto profundiza las desigualdades de género y, a su vez, la feminización de la pobreza”, destaca el informe.

Francisco González, investigador de Caleidoscopio Humano y egresado del diplomado de MonitorDescaVe, estuvo a cargo de la moderación del espacio.

González destacó que «el derecho a tener agua potable está reconocido por la Organización de Naciones Unidas (ONU), además, es un eslabón esencial para el ejercicio de la vida. Las fuentes de agua potable no deben estar a más de 1 Km de distancia y su costo no puede ser mayor al 3 % de tus ingresos», agregó, además, que el 70 % de la población califica el servicio de agua potable en Venezuela como negativo.

Sin agua no hay educación Por su parte, Sofía Marquina, directora de alianzas de la organización Koyobo, en su intervención destacó cómo la falta de agua influye de manera directa con el derecho a la educación, denunciando que muchas instituciones educativas se ven obligadas a suspender las actividades académicas ante la falta del líquido. 

"El Artículo 102 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, contempla la educación gratuita y obligatoria y el 103 establece el derecho a una educación de calidad e integral. Si hablamos de educación de calidad, al vulnerar el derecho al agua, se vulnera también la educación", dijo.

Ante la falta de agua, Marquina denunció el mal estado de los baños en las escuelas y las complicaciones que esto acarrea. «Los baños de las escuelas, están en condiciones precarias, no existen mínimos estándares de higiene y eso pone en riesgo la salud de los escolares».

De igual forma, en los hogares la ausencia de agua impide que los padres puedan lavar de manera periódica los uniformes. «Sin agua de calidad, no hay educación de calidad. No es lo mismo una familia que tiene agua todos los días por tubería y puede llevar a sus hijos con uniformes limpios y bien hidratados; a una familia donde el agua llega una o dos veces al mes».

Sin agua se profundizan las brechas Otra de las invitadas a la presentación del informe de Caleidoscopio Humano fue Nataly Carvajal, quien estuvo al frente del informe desde la coordinación de investigación de la organización.

Carvajal hizo hincapié en cómo la falta de agua afecta, de manera diferenciada en mujeres y niñas, quienes, en medio del período menstrual y la escasez de agua, están expuestas, no solo a enfermedades e infecciones, también al rezago, la discriminación y la pobreza.

"Cuando hablamos de mujeres y del acceso al agua, este tiene un mayor impacto, La escasez de agua, genera pobreza menstrual. Además, está el hecho de que las tareas del hogar -hechas en su mayoría por mujeres- no son remuneradas. El tiempo que se invierte en esas tareas, además del acarreo de agua, resta productividad en las mujeres, profundizando la desigualdad de género y acentuando la pobreza", dijo Carvajal.

Además de las afecciones en la salud de las mujeres que viven pobreza menstrual, deben también enfrentar las limitaciones en el acceso a atención hospitalaria, pues, los centros médicos no escapan a la escasez de agua.

«Si hay agua, hay cirugías, si hay agua se evita la propagación de enfermedades dérmicas como la escabiosis, si hay agua, se está garantizando el derecho a la salud», finalizó.

El Estado, único responsable Para Grecia Mata, coordinadora general del Proyecto de la Costa, el Estado venezolano es el responsable directo de la escasez de agua en el país.

“Los sistemas de distribución están obsoletos e inutilizados, además, no se aprovechan las bondades de ser un país con una extensa costa. Las plantas desalinizadoras no funcionan y tampoco hay políticas públicas que lleven a mejorar esta situación”, apunta.

Grecia denunció que hay comunidades del estado La Guaira donde no reciben agua desde la tragedia de Vargas en el año 1999. “Son 22 años sin acceso a agua potable”.

“Debemos exigir y generar opciones y alternativas que propicien políticas públicas de planificación. En Vargas, se construyeron urbanizaciones no planificadas que han profundizado el colapso del servicio”, finalizó la líder emergente de MonitorDescaVe.

En este mismo sentido, la activista Adriana Texeira agregó que en La Guaira hay una mala ejecución de los recursos del Estado y eso afecta a quienes vivimos en el estado.

La activista Prissila Solórzano también cuestionó el accionar del gobierno venezolano frente a las fallas en el suministro de agua, señalando que “al Estado no le importa la calidad del agua que están consumiendo los venezolanos. Puede que nos salvemos del Covid-19, pero a lo mejor no de la contaminación del agua, porque el olor y color del agua que recibimos es terrible”.

Sin agua no hay producción

Desde Cojedes estuvo presente el periodista, activista y líder de MonitorDescaVe, Gonzalo Albano, quien denunció que en el estado llanero la producción agrícola y pecuaria se ha visto afectada frente a la escasez de agua.

“En Cojedes el sistema de distribución de agua está obsoleto. Además, hay una densidad poblacional que no se tomó en consideración a la hora de construir los acueductos. Sumado a esto, las lluvias arrastran sedimentos que generan contaminación, mal olor y turbidez del agua que llega a los hogares».

Albano también denunció que las constantes fallas de electricidad afectan el servicio de agua, “pues muchas comunidades dependen de los sistemas de bombeo, los cuales funcionan con electricidad. Al no haber luz, no hay agua».

El agua, además de un derecho humano, es un servicio público que el Estado está en la obligación de garantizar. Corresponde a los ciudadanos exigir que así sea.

Para descargar el informe, ingresa aquí https://caleidohumano.org/informes/

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