Aunque en julio, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el índice disminuyó poco más de un punto porcentual con relación a junio, sigue siendo un valor muy alto
Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano
(07-08-2023) Aunque desde el gobierno se insiste en que “Venezuela se arregló”, la realidad dice todo lo contrario.
La inflación, aunque menor a la registrada en años anteriores, sigue siendo la más alta del mundo.
En el último informe entregado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) correspondiente al mes de julio, el índice de aumento de los bienes y servicios en el país, se ubicó en 7,2 %, un 1,3 % menos que el de junio.
El monitoreo realizado por el OVF también estableció la inflación acumulada (2023) y la anualizada (julio 2022 a julio 2023) en 115 % y 439 %, de manera respectiva.
En cuanto a los rubros que mayor incremento registraron, fueron: Servicios de comunicación 32,1 %, educación 10,4 %, restaurantes y hoteles 8,8 %, vestido y calzado 7,9 %, equipamiento del hogar 7,9 %, transporte 7,8 % y esparcimiento 7,8 %.
En el caso del rubro de bebidas alcohólicas y tabaco, estas aumentaron 7,6 % durante julio, mientras que, la salud 7,5 %, los bienes y servicios diversos 7,4 %, alquiler de vivienda 7,4 %, alimentos y bebidas no alcohólicas 4 % y los servicios 3,9 %.
Venezuela a la cabeza
Aunque los niveles inflacionarios actuales, no se parecen en nada a los registrados por el país, en años anteriores, siguen siendo muy elevados.
Tanto así, que Venezuela sigue ocupando, de acuerdo al Ranking Mundial de Inflación del World of Statistics de junio, el primer lugar de los países con mayor inflación del mundo.
A Venezuela la escolta el Líbano, con 260 % de inflación anual, y Siria, un país en guerra desde hace más de 10 años, donde los productos, bienes y servicios, aumentaron 139 % en el último año.
Argentina, por su parte, ocupa la cuarta posición con una inflación anualizada de 114 % y Ucrania, otro país que atraviesa un conflicto armado desde febrero de 2022, aparece en el puesto 10 con 15,3 %.
Estos datos dan cuenta de la difícil situación que se sigue viviendo en Venezuela a nivel económico y social, pues, los ciudadanos no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación, salud y educación, como lo establece la constitución nacional.
Cada vez alcanza menos
En medio de la crisis, muchos venezolanos han tenido que optar por escoger entre comer o comprar medicinas.
Es el caso de Ylbia, una persona mayor que ha visto cómo su dinero no le alcanza, ni siquiera, para pagar el pan que consume cada semana.
Ella vive sola, en un espacio deportivo que la alcaldía de su comunidad le habilitó, es colombiana, pero ha vivido la gran parte de su vida en Mérida.
Todos los jueves busca el pan que consumirá durante los próximos días.
“Ya con esto que llevo hoy, debo lo de seis semanas. Y creo que ya no pediré más (…) cuando me llegue la pensión, no podré pagar y, además, tengo que comprar un tratamiento que me sale muy costoso”, dijo en su última visita al panadero.
Aunque a veces recibe apoyo de sus vecinos en cuanto a comida, para esta persona mayor es imposible poder cubrir sus necesidades más básicas.
Muestra de ello es que vive en un lugar no apto, por la imposibilidad de adquirir una vivienda propia o pagar un alquiler mensual.
Esta realidad es la que, desde hace años, viven millones de personas mayores que, en medio de la Emergencia Humanitaria Compleja y la crisis de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), han visto mermar no solo sus energías, también el fruto de años de trabajo y dedicación para contribuir al desarrollo del país.
