Desde mi propia experiencia: Lo difícil de tener un bebé prematuro en Venezuela

17/11/2022 Por Nataly Carvajal / Caleidoscopio Humano


Cada 17 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño Prematuro, con la finalidad de concienciar y mejorar la situación de los bebes y sus familias. La Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2020) informa que cerca de 30 millones de bebes nacen de manera prematura, de los cuales 1,2 millones corresponden a las Américas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define que los bebes prematuros son aquellos que nacen antes de las 37 semanas de gestación. Niños que llegan al mundo sin haber completado su desarrollo dentro del útero materno. Esta situación los hace más vulnerables en comparación con los bebes que llegan a término.

Los niños prematuros tienen mayores obstáculos para su desarrollo

Es importante destacar que no todos los bebes que nacen prematuros presentan riesgos de sufrir inconvenientes, pero sí un gran número de ellos mueren por complicaciones derivadas al no recibir atención oportuna y de calidad. Asimismo, también hay un significativo número de bebes prematuros que sobreviven, pero quedan con secuelas para toda la vida.

Un niño prematuro debe enfrentar mayores desafíos en aspectos como mantener su temperatura corporal, respirar y alimentarse. También se incrementan las vulnerabilidades. 

Los niños, al nacer antes de las 37 semanas y con bajo peso, son más propensos a sufrir de alteraciones en sus funciones, muchos deben ir a terapia por retrasos en su desarrollo psicomotor y cognitivo, otros se ven afectados en su visión y otras patologías o condiciones. Es primordial brindar atención temprana y oportuna a estos bebes.

Es preciso enfatizar la responsabilidad que tienen los Estados en el fortaleciendo de los sistemas de salud para garantizar atención básica, tomando en cuenta que, estos bebes requieren cuidados maternales especiales y de calidad que son indispensables para su mejor desarrollo.

Por otro lado, se han implementado enfoques que contribuyen a disminuir la morbilidad neonatal, este es el método de madre canguro.

Esta técnica surgió con la preocupación del pediatra colombiano Edgar Rey, por la falta de incubadoras y el fuerte impacto que le genera a los bebes separarse de la madre. El Método Mamá Canguro (MMC) se apoya en tres pilares fundamentales que son: posición canguro, lactancia materna y seguimiento ambulatorio.

En este sentido, organizaciones como la UNICEF apoyan para que se brinde una atención temprana e integral a los niños prematuros y sus familias y para que a los niños les sea prestado el más alto nivel de servicios en salud que sean de calidad.

Dentro de la misma idea, la OMS tiene como objetivo poner fin a las muertes neonatales y fetales prevenibles para 2030, para ello se requiere la agilización en lograr una cobertura sanitaria global, prestando total atención a la madre durante la gestación para proteger sus vidas.

Venezuela y la atención hacia los niños prematuros

Unicef Venezuela, en 2017, reveló que uno de cada cuatro niños que fallece antes de sus primeros cinco años de vida ha sido a causa de las complicaciones derivadas de un parto prematuro. Asimismo, en 2018 el país se ubicaba en el puesto 90 del ranking mundial de mortalidad neonatal.

La Emergencia Humanitaria Compleja que vive Venezuela ha impactado significativamente el sistema de salud, contexto que deja en mayor vulnerabilidad a los niños prematuros. Ya para el año 2016 medios de comunicación reportaban muertes de recién nacidos por falta de medicamentos y el colapso del sistema de salud.

Desde luego, la precariedad del sistema sanitario trajo consigo el desabastecimiento de antibióticos y otros medicamentos vitales para la atención oportuna de los niños. A ello se le sumó el colapso del sistema eléctrico nacional con apagones que afectaron los centros hospitalarios.

En Anzoátegui, durante 2016, se conoció la muerte de varios neonatos tras las fallas eléctricas. En marzo de 2017, médicos reportaban, de manera extraoficial, la muerte de más de 4 mil neonatos en todo el país durante el año 2016.

Si bien la escasez de medicamentos ha disminuido en comparación con años anteriores, lo que sí es evidente es el bajo poder adquisitivo que tienen los hogares venezolanos para costear tratamientos médicos, sobre todo si se trata de un bebe prematuro.

Desde mi propia experiencia

No es fácil ser mamá de un bebé prematuro en ninguna parte del mundo, pero serlo en Venezuela supone más retos.

Mi bebé nació en el año 2017, tenía 32 semanas de gestación, fue un año convulso, sobre todo en mi ciudad, Mérida. El diagnóstico que presenté fue placenta previa centro oclusiva total, estuve hospitalizada desde la semana 29 hasta que, el 21 de julio, los médicos decidieron realizar una cesárea.

En inicio uno de los primeros obstáculos fue buscar todos los insumos médicos. Recordamos que para ese momento el desabastecimiento era la norma, -aunque ahora no ha cambiado mucho-, porque si bien hay más insumos que ese año, muchos no tienen el poder adquisitivo para comprarlos.

Fue muy difícil para toda la familia. El pronóstico no era el más alentador. El día que se presentó la emergencia no había incubadoras neonatales disponibles y tampoco respiradores artificiales para poder atender a mi bebé, si al nacer requería alguno de estos equipos.

Minutos antes de la cesárea, mi esposo tuvo que salir de emergencia a comprar un tubo endotraqueal neonatal. Necesario para poder intubar al niño si al nacer no respiraba. Hasta que no lo consiguiera no me podían llevar al quirófano por la cirugía. Encontrarlo llevó tiempo para recorrer varias farmacias.

Recordamos que en medio de todo lo que sucedía, pedíamos a Dios un milagro, bueno, varios. El primero, que un niño en P28 (Retén Patológico de la Unidad de Neonatología) se recuperara pronto, para que mi hijo pudiese utilizar esa incubadora o que el bebé que tenía el respirador se recuperaba por si mi bebe necesitaba asistencia para poder respirar.

Pero el milagro que con más insistencia esperábamos, era que, a pesar de su poco tiempo de gestación, nuestro bebé naciera en óptimas condiciones para no requerir de cuidados especiales. Nos escucharon. El niño nació y solo estuvo unos días con cuidados especiales.

Luego vino un largo proceso de terapia ocupacional porque todo el estrés generado por ser un embarazo de alto riesgo, le produjo hipersensibilidad, irritabilidad e hipertonía, un aumento anormal del tono muscular. Esto requirió de terapias que ayudaron en su desarrollo psicomotor. 

Hoy es un niño sano y alegre que ha superado bastantes desafíos. Sé que mi bebé lo logró, pero también sé que muchos no sobrevivieron y la crisis del sistema de salud venezolano tiene mucho que ver en eso. El Estado es responsable.

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