Mientras algunas usuarias cuentan historias hilarantes acerca de sus citas, otras cuentan sus historias que dejan ver señales de abuso, acoso y de actitudes violentas en relaciones con hombres que terminaron siendo agresores.
(31-07-2022). La cultura patriarcal se ha encargado de establecer que cuando nos referimos a alguien como “un 10” estamos hablando de alguien con muchas cualidades. Sin embargo, la tendencia de TikTok que comenzó como broma, ahora es usado para viralizar casos sobre violencia de género.
Mientras algunas usuarias cuentan en TikTok historias hilarantes acerca de sus citas, otras cuentan sus historias que dejan ver señales de abuso, acoso y de actitudes violentas en relaciones con hombres que terminaron siendo agresores.
Una mujer, a quien llamaremos Karla por seguridad, evidenció a su agresor en redes sociales con el objetivo de advertir a otras sobre la violencia que él ejerce hacia las mujeres con las que relaciona. En su testimonio compartió que el sujeto intentó forzarla a tener relaciones sexuales y a hacer cosas que ella no quería.
Otros testimonios en TikTok
Después de la denuncia de Karla, surgieron otros testimonios en contra de él, donde también se le acusó de violencia sexual, manipulación y agresiones físicas. El sujeto se creía “un 10”, pero su comportamiento violento e intentos de abuso sexual, lo convirtieron en un violador, de acuerdo con los testimonios.
Esta tendencia de calificar a una persona como un “10” se ha convertido en una ventana para compartir experiencias que quizás en algún momento parecían normales, pero en realidad esconden machismo y abuso. Aunque ha sido una oportunidad para visibilizar la violencia, hay algunas mujeres que aún no saben cómo nombrar esas agresiones.
La actual novia del agresor de Karla, también fue partícipe de esta tendencia, pero no para denunciar. La chica realizó una publicación en TikTok en la que relató su experiencia siendo pareja del sujeto, en la cual enaltecía y romantizaba actitudes diciendo que todo lo que él hacía por ella: “era un 10 pero terminó siendo un millón”.
Amiga, date cuenta, no estás sola
Cuando una mujer está en una relación violenta durante mucho tiempo, es aún más complicado que ella pueda identificar la violencia, ya que existe el vínculo traumático. Por ello, es de suma importancia tener redes de apoyo con otras mujeres, contactar a refugios o a colectivas feministas que puedan apoyar a esa mujer a que no tenga miedo.
El vínculo traumático es la interacción de dependencia que una víctima de violencia genera con su agresor a pesar de los maltratos. Suele ser difícil desvincularse porque cuando se llega a un grado de violencia física generalmente la víctima ya no tiene redes de apoyo o recursos cognitivos y emocionales que la respalden para llevar una vida como persona independiente, explica la psicóloga feminista Bárbara Sánchez.
En la publicación de la actual pareja del agresor, muchas de las mujeres que se habían relacionado con él, comenzaron a comentar que ella no estaba segura en esa relación, que “¿cómo va a ser un 10 si es un violador?”, entre otras. Pero se eliminaron los comentarios donde lo acusaban y sólo quedaron aquellos que la felicitaban o le decían lo afortunada que era por estar con un hombre como él.
En una relación violenta, el bombardeo de amor se muestra cuando el agresor hace lo que siempre quisiste que hiciera, te presenta a sus amigos, te presume, te regala flores, es detallista.
“De hecho el discurso del agresor (me he dado cuenta) siempre va orientado a este romanticismo heteronormado sobre ‘tengo que sacrificar todo por amor’ o una especie de ‘vinculación a nivel espiritual’, como si su amor (agresor y víctima) fuera único” comenta la psicóloga respecto a la experiencia que ha tenido con sus consultantes sobrevivientes de violencia.
La publicación de la novia actual del agresor, se compartió cientos de veces y con ello, se dieron a conocer otras historias que contaban brevemente las agresiones que vivieron otras mujeres con él. Una de ellas contó que en una ocasión tuvo que meterse a separar al sujeto de su amiga, pues él la estaba ahorcando.
Otro de los testimonios, relata que el sujeto también intentó asfixiarla, además de agredir a otra de sus amigas. En otra de las denuncias, la chica confirma lo que otras han dicho sobre él y sus agresiones.
Las mujeres salvan vidas
La violencia escala, a su vez el vínculo se sigue reafirmando; la psicóloga Bárbara Sánchez menciona que esto se puede explicar haciendo un análisis de las fases en las que un maltratador va generando el vínculo afectivo con la víctima.
“Por ejemplo, la manipula para sustraerla de su círculo de apoyo hasta aislarla totalmente. Cuando eso sucede, el maltratador adopta el papel del único vínculo que tiene la víctima para apoyarse. También está el círculo de la violencia en donde hay fases de tensión, agresión y reconciliación «luna de miel»… En esta última fase es donde a pesar del maltrato previo, se vincula la víctima al agresor ya que aparentemente todo está bien y las emociones son intensas”.
Karla pudo alejarse de su agresor una vez que conoció a mujeres feministas y comenzó a empaparse del tema, “porque así pude nombrar las violencias de este sujeto”.
Cuando Karla se percató del alcance de las denuncias, comprendió que no era la única a la que el hombre agredió, sino que era muchas más. Se percató de que el miedo a que él hiciera algo con cada una, fue lo que las desmotivaba a compartir sus denuncias, pero al ver que otras también habían pasado por lo mismo, se atrevieron a romper el silencio.
“Cuando supe de todas las chicas a las que lastimó fue horrible porque fueron muchísimas y todas decían lo mismo que tenían miedo de que las buscara. Pase de sentir miedo de que me buscara a sentir mucho coraje por todas nosotras y todas a la que puede seguir lastimando. Pero también me sentí muy acompañada, me sentí respaldada”, expresó Karla.