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Del juego al grooming: niños y niñas en Venezuela acosados en la red

En Facebook proliferan retos que invitan a las infancias a compartir información personal, algunos con emojis o palabras “sugerentes” con los que se ofrecen o solicitan imágenes explícitas

Crónica Uno

(27-02-2025) “Foto y edad. Se vale enamorar”. “Foto para ver lo que tu ex se perdió”. “Lluvia de Solicitudes Coloca Tú Edad Y El Que Tedelike Lo Agregas”. Estos son algunos desafíos que abundan en grupos populares de la red social Facebook donde participan cientos de niños, niñas y adolescentes. Responden con sus fotos y edades, que van entre los 10 y 17 años. Pero no saben qué o quién está detrás de estos “juegos”.

A primera vista, pareciera tratarse de interacciones inocentes entre menores de edad. Sin embargo, al ver quienes responden a sus comentarios se puede observar perfiles con fotografías o información personal, aparentemente de personas adultas, que buscan un contacto más cercano. Les piden que acepten sus solicitudes de amistad o directamente les proponen hacer videollamadas. En otros casos, los usuarios ofrecen enviar fotos de sus genitales.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) define el grooming como un tipo de acoso y abuso sexual cometido por un adulto hacia un menor de edad a través de tecnologías de información y comunicación. Los groomers o depredadores sexuales buscan ganar la confianza de sus víctimas mediante perfiles falsos, haciéndose pasar por jóvenes para obtener contenido sexual. En el peor de los casos, esto ocurre con fines de trata de personas.

Se trata de un delito silencioso que se extiende en Latinoamérica, y Venezuela no escapa de ello. Expertas consultadas para este trabajo coinciden en que este fenómeno ha moldeado la forma en que los depredadores sexuales captan a sus víctimas, por lo que ninguna red social ha podido liberarse de este flagelo. “Hemos detectado casos en chats de juegos en línea o la plataforma Youtube”, señala Sofía Martínez, directora de la Fundación Habla.

Si bien es un fenómeno prácticamente oculto, ya que suele ocurrir en la mensajería privada de estos canales, algunos espacios públicos en Internet pueden dar pistas de cómo adultos buscan acercarse a menores de edad.

En grupos de Facebook populares entre las infancias proliferan estas publicaciones que les invitan a dejar información personal y les exponen a personas adultas con presuntos fines “amistosos”, así encontró Inocencia en Juego, una investigación periodística en la que participó Crónica Uno, junto a otros cuatro medios latinoamericanos y estadounidenses, y que fue coordinada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP.

Una investigación digital realizada para esta colaboración periodística con la herramienta CrowdTangle, que Meta descontinuó el 14 de agosto de 2024, buscó palabras y frases clave usadas en mensajes para contactar a menores de edad con fines sexuales (como “te lo muestro” o “se vale enamorar”) publicados en grupos abiertos de Facebook entre el 10 de marzo de 2022 y la fecha de cierre de CrowdTangle. En total, la investigación dio con 20.913 publicaciones que coincidían.

Aunque no todos esos mensajes correspondían a personas adultas buscando a menores de edad, sí pudimos identificar a algunos de los perfiles que publicaron más recurrentemente este tipo de contenidos. Por ejemplo, encontramos que en GüiGüe, un pueblo del Municipio Carlos Arvelo, estado Carabobo, se localiza uno de los creadores y administradores de algunos de estos grupos, según la información geográfica de sus varias identidades digitales.

El anzuelo”

Entre las casi 21.000 publicaciones que encontramos, destacaron seis perfiles: “Yostin あ (Niñö)”, “Yostin”, “Yostin Vargas (Influ)”, “Yostin Vargas (El Yôutûbêr)”, “Yostin Vargas (YouTuber)” y “Mari Cruz (Sweetie)”, que estarían vinculados a una misma persona: Yostin Vargas. Estas cuentas, que recopilan casi 98.000 seguidores para febrero de 2025, aparecen varias veces en la lista de publicaciones en grupos de Facebook, identificados en nuestra investigación, que recibieron más comentarios.

Vargas es un joven venezolano mayor de edad, según información en su perfil, además es administrador de cuatro grupos públicos de Facebook donde abundan estos retos.

Según el servicio de ayuda e información del que dispone esta red social, los administradores de los grupos tienen responsabilidades para hacer estos espacios más seguros. Entre sus funciones destacan: eliminar, bloquear, suspender o limitar la actividad de otros usuarios, desactivar comentarios o respuestas de comentarios y eliminar publicaciones.

En 2021 el equipo de Meta –compañía principal a cargo de Facebook, Instagram, WhatsApp, y otros servicios y aplicaciones populares- anunció que empezaría a pedir a los administradores y moderadores de grupos de Facebook, la aprobación temporal de contenido cuando tienen un número importante de miembros que han infringido sus reglas.

Sin embargo, en los grupos administrados por Vargas no sólo abundan comportamientos inapropiados por parte de adultos hacia menores de edad, parte del contenido que proviene de sus perfiles también suscitan estas interacciones. Se trata de publicaciones con patrones descritos más arriba: juegos o frases sobre relaciones sentimentales o sexuales que alientan a sus seguidores, en su mayoría infancias, a dejar información personal como fotografías o edad, tras lo cual otros usuarios, algunos de los cuales parecen ser mayores de edad, envían solicitudes de amistad u ofrecen contenidos explícitos.

Por ejemplo, un hombre de 40 años de edad le dice “hermosa” una niña de 11 años que publicó su foto en una de las publicaciones de Yostin. Mientras que en otra, una niña de 12 años de edad recibe una docena de respuestas de perfiles de hombres que parecen adultos, uno de estos le pide que lo agregue a sus amigos, se trata de un usuario anónimo que está repleto de fotografías sexuales explícitas.

Para profundizar en las políticas de seguridad infantil de Facebook, la alianza envió una serie de preguntas a Meta. A través de un portavoz, la empresa aseguró al equipo de investigación que trabaja “enérgicamente” para combatir el abuso sexual y evitar “el contacto no deseado” entre usuarios menores de edad y adultos mediante restricciones en extensiones de mensajería instantánea como Facebook Messenger.

Con respecto a la moderación de contenido sexual, la empresa enfatizó el uso de políticas que combaten la explotación infantil, incluyendo “compartir o solicitar imágenes de explotación infantil, interacciones inapropiadas con adolescentes y la sexualización explícita de menores”. También resaltaron la utilización de tecnologías para identificar perfiles de adultos que han “mostrado un comportamiento potecialmente sospechoso”. No obstante, el portavoz de Meta advirtió que los depredadores sexuales “cambian constantemente sus tácticas” para eludir estas restricciones.

Sofía Martínez de la Fundación Habla, y quien ha seguido de cerca estos casos desde Venezuela, explica que “el groomer trata siempre de buscar este tipo de redes”. Ha identificado cómo el depredador sexual se hace pasar por otro adolescente a través de identidades falsas y busca un vínculo de confianza por manipulación emocional, por lo que el primer acercamiento no necesariamente será con un explícito interés sexual. En este sentido, se vuelven cruciales nuevas estrategias para detectar comportamientos inapropiados de usuarios de personas adultas hacia niños, niñas y adolescentes, y de quienes propician sus interacciones.

El portavoz de Meta no precisó si existen sanciones a las que se puede ver sometidos administradores y moderadores de grupos que mantienen estos espacios sin mayores filtros.

Los perfiles de Vargas no interactúan con menores de edad que responden a sus publicaciones. Sin embargo, sí encontramos que otro perfil, que pertenece a una adolescente de que dice tener 15 años de edad, con la que Vargas presume una supuesta relación sentimental de más de dos años, sí responde a varios de los comentarios de otras menores de edad en las publicaciones de Vargas.

En una de sus cuentas, Vargas indica que nació en diciembre de 1999, es decir, ahora tendría 24 años de edad. Para corroborarlo, esta alianza indagó en su perfil personal y encontró fotografías que muestran que tendría 17 años en 2016 (que no publicamos porque era menor de edad en ese entonces).

El equipo periodístico contactó a Vargas a través de sus cuentas de Facebook para conocer cuáles son las intenciones detrás de estas publicaciones. Sin embargo, no se obtuvo respuesta.

Desde un colegio de Petare, el barrio más grande del Área Metropolitana de Caracas, 17 adolescentes escuchan la charla que dictan activistas de la Fundación Habla, organización dedicada a la prevención de abuso sexual de niños, niñas y adolescentes. Su directora, Sofía Martínez alerta sobre el ciberacoso digital con intenciones sexuales. Antes de finalizar la actividad, pregunta: “¿alguno de ustedes ha recibido algún mensaje inapropiado?”. Seis niños y diez niñas levantan su mano. Todos han sido víctimas de acoso en entornos digitales.  

No sólo se trata de Facebook. La División de Delitos Informáticos del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Venezuela ha alertado sobre el peligro que representan plataformas digitales con mensajería integrada como redes sociales y video juegos en la proliferación de este fenómeno. 

Si bien no hay cifras oficiales sobre cuál es la magnitud delito en el país, cada mes, Fundación Habla, la Red por los Derechos Humanos de Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna) y SoftwareLibre reciben, al menos, dos casos de grooming cada una, aseguran activistas asociadas. 

“Es complicado manejar este tipo de casos. En primer lugar, porque cuando los groomers cometen estas acciones muchas veces buscan que no se pueda hacer un rastreo del IP, por ejemplo, o del equipo que manejan. En segundo lugar, no existe una regulación para estos delitos”, asegura Sofía Martínez de la Fundación Habla. 

La Ley de Delitos Informáticos de Venezuela data del año 2000, por lo que las expertas la consideran obsoleta. Además de este mecanismo, Venezuela cuenta con la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente que tipifica diversas formas de violencia y abuso que pudieran darse en entornos digitales. Sin embargo, no menciona específicamente el grooming. También está la Ley Orgánica Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para los casos de niñas y adolescentes, que podría brindarle un abordaje psicológico, señala la abogada de Cecodap y la Redhnna, Gloriana Farias.

El grooming, además, contempla varios delitos que no se registran en la legislación, indica Narissa Aguilera, directora de la asociación Software Libre. Entre ellos, duplicación de identidad o uso de una identidad falsa. “No existe una ley que aborde la identidad digital. Tampoco está definido el uso de los datos personales (…) A medida que evolucionan las tecnología lo tienen que hacer también las leyes”.  

Desde las tres organizaciones, la recomendación es siempre la misma: hacer la denuncia, preferiblemente en el Cicpc. Aseguran que, de todos los órganos de seguridad en el país, ha sido el que más ha prestado asesoría y apoyo en estos casos.

El equipo periodístico envió una solicitud de información y entrevista a la División de Delitos Informáticos del Cicpc. El departamento de prensa de la institución se comunicó con el equipo para conocer detalles sobre los medios involucrados en la alianza, y así remitir la solicitud al Ministerio Público. Sin embargo, para la fecha de publicación de este reportaje no se ha obtenido respuesta.

Prevención y detección temprana

En un mundo de globalización tecnológica, proteger a los niños, niñas y adolescentes del grooming implica un desafío complejo. Ni siquiera una ley actualizada será suficiente para erradicar el problema, aseguran las expertas. Para ellas, un escenario ideal incluiría la implementación de políticas públicas que promuevan campañas de prevención en medios de comunicación y en centros educativos, donde la educación digital sea parte del currículum educativo. Sin embargo, en un país donde apenas se habla del tema, parece una meta lejana. En este contexto, la prevención desde el hogares esencial y padres, madres y representantes juegan un papel fundamental.

Isomar Paredes, psicóloga de Cecodap –organización de derechos humanos que previene la violencia y promueve el buen trato a la niñez y adolescencia en familias, escuelas y comunidades– explica que la detección temprana de este fenómeno es crucial. Sobre todo porque implica un deterioro importante de la salud mental de la víctima. “Es un delito sexual que usa la tecnología como vehículo para cometerlo, pero no deja de ser un delito sexual. Por lo tanto, los indicadores para identificar este tipo de abuso son similares”, señala.

Cambios en el comportamiento como tristeza, ansiedad, irritabilidad y aislamiento, alteración de la rutina diaria y dependencia de dispositivos móviles o el cierre repentino de las redes sociales son algunas señales de alarma que deben atenderse.

Además de prestar atención a estos síntomas, Paredes también recomienda mantener espacios de comunicación y diálogo para demostrar confianza y seguridad, generar normas para el uso de la tecnología y mantener los dispositivos en espacios compartidos por la familia para monitorear la actividad del menor.

Cuando un niño, niña o adolescente es víctima de este delito, es probable que el agresor haya realizado amenazas, advierte Paredes. Por lo tanto, recomienda no revictimizar, juzgar ni culpar al menor. La psicóloga recuerda que el grooming es un proceso de manipulación y engaño, y que la víctima nunca tuvo la intención de ser parte del abuso.

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