“Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás” Nelson Mandela
Francisco González/Caleidoscopio Humano
(18-07-2022) El 18 de julio de 1918, en Mvezo –Sur África-, nació Rolihlahla Mandela. Hijo del líder de una tribu thembu, de etnia xhosa, Rolihlahla tuvo una niñez apegada a la cultura y tradiciones de su pueblo, como la de cualquier niño de esta región. A los 7 años, para poder asistir a la escuela, fue bautizado en la Iglesia Metodista del pueblo bajo el nombre Nelson.
Meses después, el fallecimiento de su padre dejaría al pequeño Nelson bajo la custodia de su primo Jongintaba, otro importante líder de tribu, de quien aprendió el sentido de la justicia, la importancia de la equidad y el valor del compromiso.
Siendo aún un adolescente, comenzó a formar parte del consejo tribal, donde se interesó por la política. Por ello, antes de cumplir los veinte años comenzó a cursar estudios superiores en el instituto para negros Ford Hare.
A sus 23 años, Mandela se enteró de que Jongintaba había arreglado para él un matrimonio, por lo que tomó la decisión de abandonar la aldea y huir a Johannesburgo, donde se instaló, comenzó a trabajar, se casó y culminó sus estudios en derecho.
Durante su juventud destacó por su activismo político en la Liga de la Juventud del Congreso Nacional Africano, donde quienes compartieron con él alababan su liderazgo nato, su elocuente discurso y su amor por la justicia, la libertad y la independencia.
La vida no era sencilla para Mandela, ni para las personas negras en Sur África. La herencia racista de los colonizadores se mantenía viva a través de la minoría blanca que ostentaba el poder político y ejercía desde el mismo discriminación contra los negros, a quienes consideraban seres inferiores.
La situación llegó a un punto crítico cuando, en 1948, Daniel Malan del Partido Nacional llega al poder. Con él, se hizo oficial una nueva manera de organizar a la sociedad surafricana, que consistió en una distribución geográfica de la población según la raza de cada individuo.
Esta distribución, conocida como apartheid, pronto se convertiría en prohibiciones de acceso a lugares públicos, a la segregación en el transporte, e incluso a la limitación a utilizar servicios públicos solo por ser negro.
Nelson Mandela pronto se convertiría en el líder de facto del movimiento contra el gobierno, lo que lo llevó a organizar protestas civiles en todo el territorio nacional, bajo la premisa del humanismo internacionalista.
El gobierno surafricano reprimió por años las protestas de la sociedad, llevando a prisión a más de diez mil personas. En lugar de flexibilizar las medidas, para 1956 se decide crear siete reservas –bantustanes- independientes del gobierno, donde se envió a la población negra.
Esto se hizo con el fin de alejarlos de los centros poblados blancos, y en el proceso, condenarlos a la pobreza, al hambre y a la soledad. En este contexto, Mandela inicia una gira por África, en búsqueda de apoyo, recursos, e instrucciones militares que pudieran contribuir a la causa.
Al volver, Mandela fue puesto en prisión, por sabotaje, traición a la patria y conspiración. A pesar de los esfuerzos de los abogados de su caso, se le dio cadena perpetua. Aún desde prisión, Mandela se consolidó como el rostro de la lucha y fue nombrado presidente del ilegalizado Congreso Nacional Africano.
Su esposa, Winnie Madikizela, luchó incansablemente durante décadas por la libertad de Mandela, apoyada por el Congreso que él presidía y por el pueblo surafricano que lo veía como líder.
27 años después, la presión llevó al entonces presidente Frederik de Clrek a legalizar el Congreso Nacional Africano y a poner a Nelson Mandela en libertad.
Este fue el primer paso para construir uno de los procesos de transición política más exitosos de la historia reciente del mundo, donde no solo se dio un cambio democrático de gobierno, sino que se transformó para siempre la historia de la nación.
Tras décadas de racismo, discriminación, segregación y discursos de odio, Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sur África y comenzó así un proceso de instauración de un nuevo modelo político, una democracia plural, multirracial y justa.
Cada 18 de julio, las Naciones Unidas celebra el Día Internacional de Nelson Mandela, en conmemoración de su lucha y el valor del pueblo surafricano.
Fuentes:
- Biografías y vidas.
- BBC News.
- Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos.
- Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
- Naciones Unidas.