“La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran”, Paul Valéry
Por Francisco González/Caleidoscopio Humano
(10-04-2022) El 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov renuncia a la presidencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), luego de meses de intensas protestas debido al colapso del modelo económico de la nación.
Aquel diciembre, formalmente, dejó de existir la URSS, que para el momento había sufrido la separación de varias de sus repúblicas, entre ellas Ucrania, cuya independencia fue declarada en julio de ese año.
La URSS, máxima representante del modelo comunista en el mundo, compartió con los Estados Unidos de América la denominación de superpotencia, esto debido a su poderío político, económico, cultural y militar que la llevó a consagrarse como ganadora de la II Guerra Mundial, junto al bando americano.
La desintegración del bloque soviético en quince nuevos Estados fraccionó el mencionado poderío, dejando a Estados Unidos como única superpotencia en el mundo, denominación que mantienen en la actualidad.
Rusia, hoy encabezada por Vladimir Putin, asumió los compromisos de la disuelta Unión Soviética a nivel internacional. La Rusia post-soviética nació como un Estado débil, con enormes aires de grandeza, y el permanente anhelo de recuperar la posición que alguna vez tuvo.
El proceso de desintegración soviético trajo consecuencias que los nuevos Estados aún enfrentan hoy en día. En especial problemas relativos a la delimitación de fronteras.
Lo anterior es uno de los motores que empujó a Rusia a ir a la guerra contra Georgia en 2008, y es también una de las causas de la actual guerra contra Ucrania.
Para entender el conflicto ruso-ucraniano es necesario estudiar los mapas de ambos Estados. Rusia, a pesar de ser la nación más grande del mundo, concentra cerca del 80% de su población al oeste, en territorios que comparten fronteras con ex naciones soviéticas.
Ucrania, por su parte, se subdivide en 24 óblasts (entidades federales). Tres de estos, Crimea, Donetsk, y Lugansk, concentran altos porcentajes de población rusa (o ucraniana pro-rusa).
Putin, interesado en extender su control hacia el oeste, donde están sus principales aliados comerciales, se ha dedicado, desde principios de siglo, a apoyar a grupos separatistas en los mencionados óblasts.
Desde 2014, Rusia ha aumentado progresivamente su presencia militar en Crimea, apoyando su declaración de independencia, e impidiendo que Ucrania ejerza soberanía sobre el territorio. En consecuencia, el Estado ucraniano pierde el control sobre este territorio, que ostenta una posición estratégica para el comercio marítimo en el Mar Negro.
Pocos meses después, en el marco de tensiones entre el gobierno ucraniano y los separatistas pro-rusos, inicia la Guerra del Donbás, en territorio de los óblasts de Donetsk y Lugansk. Putin insiste en hacer respetar el deseo de esos pueblos de pertenecer a Rusia, y Ucrania insiste en hacer respetar su soberanía, su independencia y su libertad.
La tensión entre ambos países llegó a un punto de quiebre cuando, el 24 de febrero de 2022, Putin ordenó el despliegue de sus tropas en territorio ucraniano, bajo el pretexto de desmilitarizar y desnazificar al país.
Esta acción militar rusa generó la reacción del ejército ucraniano, que junto a civiles armados por el Estado, se han dedicado a defender su país del agente invasor.
La guerra ruso-ucraniana, en poco más de un mes, ha dejado un saldo de -al menos- treinta mil militares muertos, y cerca de mil quinientos civiles asesinados.
Rusia exige el reconocimiento de Crimea como territorio ruso, y el reconocimiento de Donetsk y Lugansk como Estados independientes. Ucrania, en oposición a estas exigencias, ha decidido continuar la guerra.
Reglas de la guerra
Ahora bien, tal y como lo afirma el Comité Internacional de la Cruz Roja: “incluso en la guerra hay reglas”. Las mismas están tipificadas en cuatro instrumentos del derecho internacional conocidos como los Convenios de Ginebra (1864, 1906, 1929 y 1949), de los cuales emana una serie de protocolos que buscan definir ciertas condiciones a respetar durante conflictos armados.
La Unión Soviética firmó y ratificó los Convenios de Ginebra en 1954, por lo que Rusia está sujeta a estos instrumentos.
El IV Convenio de Ginebra, relativo a la Protección de Personas Civiles en Tiempos de Guerra, prohíbe en su Artículo 3, Sección A, la “violencia contra la vida de las personas, en particular el asesinato de todo tipo, la mutilación, los tratos crueles y la tortura”.
Rusia, en su paso por territorio de Ucrania, ha cometido atrocidades en contra de los beligerantes ucranianos, entre los que destacan el uso de explosivos termobáricos y el ataque al Hospital de Mariúpol.
Mariúpol no ha sido la única ciudad ucraniana que Rusia ha atacado. A la lista se une Bucha, comunidad en el este del país que está en medio del trayecto hacia Kiev, la capital y que, junto a ciudades como Irpín, habían sido frentes sólidos contra la invasión rusa.
Allí, testigos afirman que el ejército ruso asesinó al menos veinte civiles desarmados, disparándoles en la sien. Algunos de los cadáveres encontrados en las calles de Bucha tenían ambas manos atadas en la espalda.
Días más tarde, imágenes satelitales revelaron fosas comunes excavadas en la ciudad, donde se estima hay entre ciento cincuenta y trescientos cadáveres.
Estos hechos constituyen evidencias de que Rusia ha violado el derecho de la guerra, y en su afán de hacerse con el poder de Ucrania para demostrar su superioridad, ha asesinado civiles inocentes, violando su derecho a la vida.
El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, afirmó que hay una base para pensar que Rusia ha cometido crímenes de guerra en Ucrania. Sin embargo, tras retirarse de la Corte en 2016, Rusia deja sin efecto las decisiones de esta y, además, puede permitirse la no extradición de soldados rusos que la Corte condene por crímenes comprobados.
El sueño de grandeza de Putin, aunado a sus aspiraciones imperiales heredadas de la Unión Soviética, han llevado a la nación a iniciar un conflicto que se les ha ido de las manos. Las consecuencias para la economía rusa ya causan estragos en la población.
Ucrania pasará a la historia como bastión de la fuerza, el coraje y la independencia. Rusia, como la representación de la barbarie y el triunfo de la violencia sobre la paz.
La guerra entre Rusia y Ucrania ha sido un duro golpe para el pueblo ucraniano, para la comunidad europea y para todos los defensores de la democracia, la libertad y la paz en el mundo.
Fuentes:
Anuario Mexicano de Derecho Internacional. https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-internacional/article/view/115/170
BBC. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60986092
El Mundo. https://www.elmundo.es/internacional/2022/04/04/624b2df921efa070358b45a1.html
Estatuto de Roma. https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/other/sp_-_crimenes_de_guerra_cuadro_comparativo.pdf