(15-09-2023) La desinformación es un fenómeno que afecta la calidad y la existencia de la democracia y a la confianza de la ciudadanía en las instituciones y los medios de comunicación. En el contexto de las campañas electorales, el uso de la desinformación o fake news se incrementa considerablemente para confundir a las personas, ganar la voluntad del voto o desprestigiar a los oponentes con historias construidas para manchar o suprimir su imagen.
La información falsa o no verificada puede generar confusión, desconfianza y percepciones erradas sobre los candidatos, las propuestas, los procesos y los resultados electorales. Esto puede afectar al debate público, a la formación de la opinión y a la participación de los ciudadanos.
Suele ser creada y difundida deliberadamente por actores políticos o externos con el fin de influir en el electorado, favorecer o perjudicar a ciertos candidatos, desestabilizar el proceso electoral o interferir en la soberanía nacional.
Tienden a construirse en formatos para lograr la viralización, es decir, usan estrategias para que sean consumidas rápidamente, sean creíbles con hechos o datos manipulados o sacados de contexto y afecte la emoción del público recurriendo a la ira o indignación para lograr que ese impulso por compartirlas masivamente.
Según las Naciones Unidas, la desinformación es un arma silenciosa que puede derivar en problemáticas sociales y culturales como la intolerancia, la propagación de discursos de odio, estigmatización, la discriminación, la violencia a gran escala y la toma de decisiones sin información veraz.
Es importante que los actores políticos, los periodistas y los ciudadanos cuenten con herramientas para detectar, verificar y contrarrestar la información falsa o engañosa que circula por internet, especialmente en las redes sociales.
Algunas de las consecuencias negativas de consumir y compartir información falsa o no verificada en redes sociales sobre campañas políticas:
• Desinformación masiva: La información falsa o no verificada puede generar confusión, desconfianza y percepciones erradas sobre los candidatos, las propuestas, los procesos y los resultados electorales. Esto puede afectar al debate público, a la formación de la opinión y a la participación de los ciudadanos.
• Manipulación política: La información falsa o no verificada puede ser creada y difundida deliberadamente por actores políticos o externos con el fin de influir en el electorado, favorecer o perjudicar a ciertos candidatos, desestabilizar el proceso electoral o interferir en la soberanía nacional. Se ha comprobado que la manipulación de la opinión pública mediante las fake news ha traído situaciones en las que se elige a un representante que no necesariamente ganó por la vía de la información veraz y certera
• Riesgo para la seguridad: Los fake news pueden provocar reacciones violentas, disturbios, ataques o amenazas contra los candidatos, los partidos, los medios de comunicación, los periodistas, las instituciones o los ciudadanos. También puede ser utilizada para cometer fraudes, estafas, secuestros o tráfico de personas.
A continuación, se presentan cinco herramientas que pueden ayudar a combatir la desinformación en las campañas electorales:
- Verificación de datos: Consiste en comprobar la veracidad, el contexto y la fuente de las informaciones que se difunden en internet, utilizando métodos rigurosos y transparentes. Existen varias iniciativas y plataformas que realizan este trabajo, como FactCheck.org o el portal venezolano Espaja.com, que ofrecen servicios gratuitos de verificación de datos a los usuarios. También hay herramientas digitales que facilitan la verificación de datos, como InVid-WeVerify, que permite analizar imágenes y vídeos, o Google Reverse Image Search, que permite buscar el origen de una imagen.
- Seguimiento de Fact checkers: Son periodistas especializados en verificar la veracidad de las noticias y desempeñan un papel fundamental en la lucha contra las noticias falsas, especialmente en épocas de alto tráfico de información como contiendas electorales, denuncias o casos de investigación polémicos que tienen adeptos y detractores. Seguir sus cuentas en redes sociales o iniciativas para combatir las fake news puede ser beneficioso para determinar de manera más rápida si se está frente a una noticia falta.
- Educación mediática: Consiste en fomentar el pensamiento crítico y el consumo responsable de los medios de comunicación e internet entre las personas, especialmente entre los más jóvenes. La educación mediática implica desarrollar habilidades para identificar, analizar y evaluar las informaciones que se reciben, así como saber cuándo no compartir una información de dudosa procedencia. Existen varios recursos educativos que promueven la educación mediática, como el proyecto EducaInternet, que ofrece materiales didácticos para docentes y familias.
- Transparencia política: Consiste en exigir a los actores políticos que rindan cuentas de sus acciones, sus propuestas y sus fuentes de financiación, así como que respeten las normas éticas y legales que regulan las campañas electorales. La transparencia política implica también que los actores políticos se comprometan a no difundir ni apoyar la desinformación, y que rectifiquen cuando se demuestre que han incurrido en ella. Existen varias iniciativas y plataformas que promueven la transparencia política, como la ong transparencia Venezuela, que informa sobre la actuación de actores políticos y el uso de los recursos públicos.
- Colaboración profesional: Consiste en establecer alianzas entre los diferentes actores involucrados en la producción y difusión de información, como los medios de comunicación, periodistas independientes, las organizaciones sociales, las instituciones académicas y las autoridades públicas, para compartir recursos, conocimientos y buenas prácticas para combatir la desinformación. La colaboración profesional implica también crear redes de alerta y coordinación para detectar y denunciar los casos de desinformación que puedan afectar al proceso electoral. Existen varios ejemplos de colaboración profesional contra la desinformación, como el proyecto Comprobado, que reúne a más de 20 medios españoles para verificar las informaciones electorales, o el proyecto Electionland, que reúne a más de 100 medios estadounidenses para monitorear los problemas que puedan afectar al voto.
- Participación ciudadana: Consiste en involucrar a la ciudadanía en el proceso electoral, no solo como votantes, sino también como creadores y difusores de información. La participación ciudadana implica también fomentar el diálogo constructivo y el respeto a la diversidad de opiniones entre los ciudadanos, evitando caer en la polarización y el odio. Existen varias formas de participar activamente en el proceso electoral, como informarse sobre las propuestas de los candidatos, contrastar las informaciones que se reciben, denunciar los casos de desinformación, difundir informaciones verificadas y animar a otros ciudadanos a votar.
Para garantizar unas elecciones libres, justas y transparentes es determinante que se apliquen estos consejos que ayudarán a combatir el aluvión de información falsa que aparece cuando un país está en vísperas de una contienda electoral, así mismo la ciudadanía debe convertirse en parte activa para que las mentiras, noticias falsas o manipuladas no se reproduzcan y causen confusión al electorado.