Personas mayores agotan su salud por ir a cargar agua en Cotiza

30/11/2022 Fuente: Crónica.Uno – La ONG Convite documentó que 86 % de personas mayores sufren de interrupciones en el servicio de agua. Entre 70 % y 80 % padece de osteoporosis e hipertensión.


Caracas. A sus 80 años de edad, Gregoria* ya no puede alzar una pimpina de agua. De tanto cargar agua terminó con un lumbago, sin contar que tiene dolores en las rodillas y en los riñones.

Para conseguir agua no le queda de otra que hacer trueques de dos papas rellenas por cinco pimpinas, que le duran más de tres días siempre y cuando no lave. 

En San José de Cotiza, donde vive desde hace más de ocho años, no hay servicio de agua continua. Según los vecinos, puede que llegue una vez a la semana, cada 15 días, o cuando se acuerden de ellos. 

En consecuencia, en el lugar se habilitaron varias tomas de agua que provienen directamente de El Ávila. Sin embargo, Gregoria ya no está para esos trotes y lo poco que gana en su emprendimiento de empanadas y papas rellenas le sirve para su sustento y el traslado de agua.

“La calle del geriátrico” es conocida de esta forma porque parte de los vecinos son adultos mayores agotados por la escasez del agua.| Foto: Wincarlys Ramos

El informe Evaluación sobre las Condiciones de Vida y Salud de las Personas Mayores en Venezuela 2022, de Convite, documentó que 86 % de los adultos mayores sufren de interrupciones en el servicio de agua. 

En las calles de Los Cujicitos, en Cotiza, es normal ver a vecinos cargando agua en los llenaderos, igual que pagándoles a los carretilleros de la zona. Estos últimos pueden cobrar de $1 a $3 dólares por trasladar agua, aunque todo depende de la cantidad y la distancia del recorrido. 

“La calle del geriátrico”

Noris es diabética, tiene 60 años de edad y también vive en San José, Cotiza. Le han dado dos infartos, una trombosis, es hipertensa y tiene la cervical dañada. Aun así, con collarín y todos sus padecimientos, no se ha salvado de llevar tobos de agua hasta su casa

La calle por donde vive Noris la conocen como “la calle del geriátrico”, pues gran parte de los vecinos son adultos mayores que “están agotando la salud” por la escasez del agua. Y, en más de una ocasión, a pacientes que recibían quimioterapias les tocó ir a las tomas de agua. 

Toma de agua en Los Cujicitos, Cotiza | Foto: Wincarlys Ramos

Entre 70 % y 80 % de los adultos mayores sufren de dos o tres padecimientos, como la osteoporosis e hipertensión, que requieren medicación de por vida, según Luis Francisco Cabezas, director de la organización sin fines de lucro Convite. 

Que esta población no cuente con servicio de agua continua es un impedimento para la higiene personal y el aseo de espacios como los baños, que si no tienen agua pueden ser un foco para infecciones urinarias, de acuerdo con la geriatra Ysamary Mujica. Además, resaltó que el agua estancada o turbia puede ocasionar problemas gastrointestinales y afecciones dermatológicas. 

Convite, en su informe de 2022, documentó que 163 de los encuestados indicaron tener diarrea aguda; otros 201 padecen de estreñimiento y 317 gastritis.

Un sistema improvisado 

Noris vive con su esposo y sus dos hijas. Ambas trabajan, pero una de ellas tiene quistes en los ovarios. Fue operada, pero se volvieron a reproducir. Ni Noris ni su esposo dejan que cargue agua porque puede tener hemorragias continuas.

La psicóloga Victoria Tirro alegó que los adultos mayores tienen más recursos emocionales para enfrentar las dificultades a diferencia de los adultos jóvenes, a propósito de todas las experiencias y los años vividos, lo que hace que se muestren resilientes frente a ciertas circunstancias. A su juicio, a una persona mayor le impacta más cómo están sus familiares que cómo están ellos mismos. 

No obstante, de acuerdo con la doctora Mujica, un adulto mayor, así sea sano, está un poco limitado porque ya no tiene la misma destreza que tiene un adulto joven. Además de que esta situación puede traerle preocupaciones y ansiedad.

Cargar recipientes de agua es riesgoso porque pueden caerse por el peso y por tropezar con algo. Una caída puede traer múltiples problemas: fisuras, fracturas y limitaciones para la marcha, según la doctora Mujica. 

A raíz del problema en Los Cujicitos, los vecinos de la segunda calle tuvieron que organizarse y pagar $800, entre 80 familias, para instalar un sistema que les sirve para “medio resolver” la situación. En la misma zona hay un preescolar que se beneficia de este sistema.

Foto: Wincarlys Ramos

A lo largo de la calle hay un tubo delgado que distribuye agua desde El Ávila y con ello los residentes pueden instalar sus mangueras hasta sus casas por una hora u hora y media. Este sistema funciona de lunes a lunes. Sin embargo, Noris resaltó que para llenar un tanque puede tardar hasta una semana porque el agua sale con poca presión.  

Disfrutar la vejez

A sus 74 años de edad, Juan Aular no imaginó que le tocaría vivir cargando agua. Lo que yo nunca pensé. Lo que nunca hice de joven ahora lo estoy haciendo de viejo. Uno debería estar tranquilo después de jubilado. Esa era la idea, para uno disfrutar la vejez, manifestó.

Vive en el sector Caraballo de Cotiza con su esposa e hijos. Sus hijos trabajan y a él le corresponde ir por agua la mayoría de las veces. Dice que está cansado de la situación y que sus piernas ya no le dan para caminar con mucho peso. Ya van más de cinco años cargando agua todos los días. 

Foto: Wincarlys Ramos

De acuerdo con Noris, ocasionalmente recibían cisternas provenientes de la Cota Mil, pero estas no se daban abasto para toda la comunidad. “Y eso era después de haber hecho mil gestiones y cumplir con unos operativos que consistían en ir a limpiar por la Cota Mil. Pero ya la gente se molestó porque mandan esa agua sucia. Le dicen Panelada. Y más nunca se fueron a barrer. La mayoría mujeres y mujeres mayores”, confesó Noris. 

En 2010, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución que establece que el acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho humano. Además, la ONU en el objetivo de desarrollo sostenible número seis, se plantea que para 2030 se garantice la disponibilidad gestión sostenible del agua y el saneamiento. 

Servicios públicos de calidad para los adultos mayores 

Luis Francisco Cabezas precisó que el Estado debe garantizar que haya regularidad en el servicio y la calidad del agua. Sugirió que urge una inversión en todas las infraestructuras de los servicios públicos. 

“Lo que estamos viendo realmente es que se han arreglado, pero a los dos días explotan. Y eso se debe fundamentalmente a los nulos protocolos preventivos de atención a todo lo que es el sistema de agua y electricidad. Y si no se hacen, vemos lo que tenemos en el país. Un país colapsado en servicios públicos”, resaltó Cabezas. 

Los expertos coinciden en que el adulto mayor, así como el resto de la población, deben tener acceso a los servicios de primera necesidad: agua, luz, estar bien alimentado, supervisado y acompañado por familiares con sanidad mental para prevenir cualquier síntoma de depresión, soledad y abandono.

“Hay mucho por trabajar en personas mayores, sobre todo en Venezuela que está aprendiendo a envejecer. Pero considero que el primer paso es educar a la población, y a la familia sobre lo qué es envejecer con calidad”, puntualizó la psicóloga Victoria Tirro. 

(*) Por medida de seguridad de la fuente se modificaron los nombres. 

Leer también: Informe «Sin agua no hay vida»

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