Violencia Obstétrica

La violencia obstétrica: un tipo de maltrato normalizado en la sociedad

A propósito del Día Mundial de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, en Crónica Uno enseñamos algunas formas para reconocer la violencia obstétrica, un tipo de maltrato que se da en los centros de salud pública o privada

Crónica Uno

(29-11-2024) Mientras esperaba dilatar los 10 centímetros necesarios para poder parir a su bebé, Silvana* tuvo que esperar en una camilla acostada, desde las 5:00 p. m., en la Maternidad Santa Ana, en San Bernardino.

Por tratarse de su segundo embarazo, a las pocas horas, pudo llegar a la dilatación necesaria. Sin embargo, ninguna persona del personal de salud la atendió.

“La doctora ni pendiente, estaba sentada en una silla chateando y yo pidiéndole que por favor me atendiera. Ella solo respondía que yo debía seguir en siete (centímetros). En ese momento eran las 10:00 p. m.”, recuerda sobre la respuesta de la doctora, quien le insistía que el parto sería en la madrugada.

Silvana no aguantó más y empezó a pujar en la sala de espera. En ese momento una enfermera empezó a gritar que la paciente estaba en trabajo de parto.

“Cuando la doctora se paró, la agarré del brazo, casi se lo parto. Ahí mismo tuve a mi hija, en esa camilla sin sábanas, ni nada”, recuerda.

Violencia obstétrica
Fotografía referencial

Afirma que luego la doctora se puso nerviosa debido a que el parto fue en un lugar inadecuado.

“Después de eso fue que me pasaron al área de obstetricia y me hicieron la limpieza y demás”,dice sobre la que considera una “experiencia horrible” por el descuido del personal, protagonizado por la médico que estaba de turno.

Silvana sabía que lo que vivía se trataba de violencia obstétrica, pero nunca se quejó por ello.

De acuerdo con un informe publicado en octubre de 2024 por la Red de Mujeres Constructoras de Paz, 53 % de las mujeres con hijos sufrieron algún tipo de violencia obstétrica en Venezuela.

La cifra aumenta a 60% en mujeres de estratos bajos.

A propósito del Día Mundial de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, en Crónica Uno enseñamos algunas formas para reconocer la violencia obstétrica, un tipo de maltrato, que en muchos contextos es normalizado.

Este tipo de violencia puede ser física o psicológica.

Violencia física

Más allá de tener a su hija en un lugar inadecuado, Silvana mantiene en su cuerpo las marcas que le dejó la episiotomía que le hicieron de forma brusca e inadecuada.

Este procedimiento, que consiste en una incisión en la zona del perineo para facilitar la abertura del canal vaginal y que el bebé pueda salir más fácil, en el caso de Silvana fue hecho en el lugar equivocado.

«A mi me hicieron la incisión más arriba, desde los labios vaginales, así que a mi me quedó eso así todo feo y dividido»,describe sobre el corte que fue hecho en su vulva y que, pese a cicatrizar, dejó una deformidad en la zona.

El entorno

Aunque es más común o evidente en centros de salud pública, la violencia obstétrica puede ocurrir en cualquier tipo de entorno.

«No hay un contexto que determine mayor o menor violencia», asegura una vocera del Observatorio de Violencia Obstétrica, quien prefirió no identificarse por medidas de seguridad.

Pone como ejemplo la Maternidad Santa Ana, que durante la pandemia de COVID-19 contó con insumos y servicios básicos por un plan de atención gubernamental.

Foto referencial: Manuel Díaz

«Tuvimos unas situaciones complejas porque evidenciamos situaciones y comenzamos a hablar de procedimientos y prácticas obsoletas que se siguen haciendo. Por esa razón nos corrieron de allí”, indica.

El informe de la Red de Mujeres Constructoras de Paz encontró que 24 % de las mujeres de estratos bajos reportó que la regañaron o gritaron durante el parto. 15 % recibió humillaciones y palabras ofensivas, mientras que 22 % fue obligada a permanecer en posiciones incómodas.

Esto será incómodo

Luciana* tuvo a su bebé en una clínica privada ubicada en San Bernardino. Por acuerdos previos con el obstetra que tuvo el control de todo su embarazo y su médico neurólogo, la mejor opción era que su hijo naciera por cesárea.

Recuerda que su experiencia general fue buena. Sin embargo, pasó por algunas situaciones que la incomodaron, pero hizo caso omiso de ellas porque ya había escuchado que “era normal”.

“Me empezaron a hacer presión en el abdomen para que el bebé saliera más rápido. Me dijeron que sería incómodo y que sentiría una presión. Después de bajarlo, usaron fórceps”,asegura.

Una enfermera le habló “un poco fuerte” al momento de dar las indicaciones sobre la posición que debía adoptar para poner la epidural, una inyección en la espalda que adormece la mitad inferior del cuerpo.

“También me insistieron en que pagar a una anestesia que, durante los días de hospitalización, me adormecería la zona de la herida por la cesárea porque si no, me dolería mucho”.

En su momento, no lo sabía, pero años después, Luciana supo que muchos episodios vividos en la clínica, se trataron de violencia obstétrica.

Esto también es violencia obstétrica:

  • El maltrato verbal: uso de frases respectivas o gritos.
  • Minimizar el dolor de la paciente.
  • No solicitar el consentimiento informado, un documento que autoriza, o no, que el personal médico pueda hacer intervenciones de riesgo a la paciente.
  • No poner anestesia al hacer la sutura de la episiotomía, un procedimiento común que se realiza en la zona del perineo para ampliar el canal de parto.
  • Hacer la maniobra de Kristeller, en la que se hace presión en el abdomen de la paciente para inducir la salida del bebé.
  • Acelerar el proceso de parto con inyecciones anestésicas para inducir más rápido el proceso de parto, debido a que existen recomendaciones naturales que pueden llevarse a cabo.
Cortesía del Observatorio de Violencia Gineobstétrica.

Sanciones insuficientes

La vocera del Observatorio de Violencia Ginecobstétrica manifiesta que como casi todos los delitos que están estipulados en la Ley Sobre el Derecho a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, hay mucho desconocimiento y poca sensibilización sobre el personal médico y prejuicios y preconceptos sobre lo que es la violencia.

La reforma de la ley tiene 22 delitos que separan la violencia ginecológica de la obstétrica.

“Sin embargo hay delitos como la violencia psicológica que por la subjetividad y porque requiere de un nivel de aproximación profesional para poder hacer una evaluación inadecuada del delito que se comete pasa desapercibido, se menosprecia y naturaliza”, dice.

Sobre las sanciones, la ley contempla una mínima sanción que se traduce en el pago de unidades tributarias, que, a juicio de la experta “son risibles” tratándose de vidas de personas.

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