Lo ocurrido en Venezuela con Michelle Artiles debe verse desde el movimiento como la oportunidad de reflexionar sobre el activismo LGBTIQ. Acciones que se hacen desde la coherencia con nuestras banderas de luchas, pero también entendiendo lo que estamos deconstruyendo
Gabriela Buada Blondell – Caleidoscopio Humano
Michelle Artiles es una activista trans que se dio a conocer desde el momento que explotó la ola del “Yo te creo” en Venezuela. Sí, esos meses terribles donde muchas mujeres descubrieron que fueron abusadas, que el poder siempre existe desde que el género es visto con lentes de oportunidades desiguales. Ese abril fatídico que cerró la boca de muchas víctimas a partir de un suicidio icónico de un perpetrador que aceptó lo que era, pero con el más grande de los egos.
Esta activista trans, feminista que se hizo llamar así y se dio a conocer por su formación en distintas plataformas de los derechos de mujeres y de las personas de la comunidad LGBTIQ, por su agresividad en las redes sociales al defender los derechos de estas personas, pero también los de las mujeres fue noticia por mas de tres días con denuncias en su contra de otras personas también activistas.
Muchas de estas denuncias fueron fuertemente cuestionadas por opinadores de Twitter, o la red social X. Quienes se unían para hacer más fuerte la etiqueta o la tendencia decían “eso se sabía”. De allí se destapó la más cruel de las narrativas que afirmaba que el movimiento LGBTIQ era una cuna de abusadores y que todo lo que olía diversidad era maquiavélico o demoniaco.
Lo cierto fue, que una vez más, todo se centró en la abusadora, en las ONG y movimientos sociales de los que fue parte y no en los testimonios de las víctimas. Lo que sentían y lo que necesitaron en ese momento del mismo movimiento que se vio quebrantado y en un silencio sin reparo.
Poco se tardó el fiscal de twitter, quien anunció una investigación contra Artiles. Dirigiéndose hacia ella por su nombre de pila y además aseverando que se “hacía pasar por activista para violar y drogar a sus víctimas”. Por cierto, todavía no se sabe nada de esa investigación.
Las víctimas que deben ser todo
En este caso al menos tres personas coincidieron en que fueron manipuladas, enamoradas y hasta engañadas ya que afirmaron que Michelle siempre actuó teniendo pareja sentimental.
Una historia horrible se dio a conocer en medio de estas olas de denuncias parecidas al mismo “Yo Te Creo”. Una madre que contó que hubo abuso sexual contra su hija cuando la activista no había transicionado y que al denunciar en la casa de estudio no le hicieron caso. También, decía que Michelle se burlaba de ella constantemente porque no ocurrió nada.
Historias contadas en hilos de twitter, la red social donde existe más activismo a favor de las personas trans pero también mucho odio. Por un momento se confundía si las denuncias eran en contra de una persona o del todo el movimiento LGBTIQ.
Caleidoscopio Humano es una organización que va mucho más allá a ser una organización feminista o LGBTIQ. Es un espacio de periodistas, creativos y profesionales de las áreas sociales que han tenido larga data en organizaciones de la sociedad civil venezolana y que han visto desde primera fila como la crisis de violaciones de derechos dejó más invisible a estos grupos de personas. Además, de capacitar a muchas personas que están hoy en el activismo en vocería, liderazgo y derechos humanos trata de visibilizar esas realidades que son contadas de forma incorrecta y hasta despectiva.
Lo ocurrido en Venezuela con Michelle Artiles debe verse desde el movimiento como la oportunidad de reflexionar sobre el activismo LGBTIQ. Acciones que se hacen desde la coherencia con nuestras banderas de luchas, pero también entendiendo lo que estamos deconstruyendo porque quienes alzamos estas voces debemos hacernos preguntas que van desde si existe de verdad la necesidad de asumir el activismo combativo contra incluso quienes están en tu misma causa, o por el contrario debemos unirnos para la incidencia real que es la documentación, denuncia y difusión de lo que hoy sigue siendo retraso inminente. Porque la cruda realidad es que nos quedamos atrás en materia de derechos civiles y políticos, DESCA y hasta en la vida en dignidad.
Sigamos trabajando para que muchas de estas personas alcen sus voces, vivan como Tú, como yo simplemente como cualquier persona con derechos.
Fotos tomadas por el equipo de la organización y Sergio González de Provea