Por Francisco González/Caleidoscopio Humano
(01-12-2022) Cada 1 de diciembre, las Naciones Unidas, a través de ONUSIDA, celebra el Día Mundial contra el SIDA. Con esta efeméride, se busca promover el acceso al tratamiento a pacientes con VIH, incentivar el aumento de la disponibilidad, calidad e idoneidad de servicios de tratamiento a personas con SIDA y reformar las leyes que abordan estos temas, para luchar contra el estigma que los mismos representan.
Si bien la pandemia causada por el VIH no está cerca de alcanzar los números que ostentaba en sus inicios –hacia finales del siglo pasado–, aún sigue afectando a personas en todo el mundo, sin distinción de sexo, raza u orientación sexual, teniendo como principales afectadas a las comunidades más vulnerables en térmicos económicos.
Naciones Unidas considera que la lucha contra el VIH ha decaído tras el surgimiento de la pandemia contra la COVID-19, puesto que los esfuerzos médicos se centraron en la lucha contra el coronavirus. Además, los recursos también fueron desviados hacia la atención a pacientes COVID, por lo que el VIH y otras pandemias quedaron relegadas a un segundo puesto.
La lucha contra el VIH abarca un proceso multidisciplinario. En primer lugar, conviene partir de la educación sexual en todas sus etapas, puesto que la mejor manera de combatir el VIH es prevenir su contagio.
En segundo lugar, se debe garantizar el acceso a los servicios básicos relacionados con la detección, tratamiento y preservativos. Que los anteriores elementos estén al alcance de la población contribuirá de manera positiva en la lucha contra la pandemia del VIH.
El VIH en Venezuela es un enemigo silencioso, que con frecuencia queda opacado por “problemas mayores”, relacionados a las dificultades que enfrentan los venezolanos para satisfacer sus necesidades básicas, en el marco de la compleja crisis que atraviesa el país.
Para la agencia ONUSIDA Venezuela, el papel que han jugado las asociaciones civiles en este problema es indispensable. A través de estas se ha logrado importar tratamiento para VIH, reactivos para pruebas de detección del virus y subsidios económicos para demás costos relativos al tratamiento. En este proceso, asociaciones como Acción Solidaria han desempeñado un rol protagónico.
En el año 2021 se documentó que había en el país un total de 57.314 pacientes con VIH en Venezuela que estaban recibiendo terapia antiretroviral. Ese mismo año, un informe publicado por ONUSIDA afirmó que hubo 6.062 casos nuevos de VIH en el territorio nacional.
Actualmente, Acción Solidaria y ONUSIDA Venezuela estiman que existen alrededor de cien mil personas con VIH en Venezuela. Sobre ese total, se sabe que cerca de sesenta mil reciben tratamiento antirretroviral. Se estima que unas diez mil saben que viven con el virus, pero no se tratan y las últimas treinta mil no saben que están contagiadas.
En el caso venezolano, las más afectadas por el VIH son las mujeres trans, quienes representan el 36 % de los casos, seguidas por los hombres cis, mayoritariamente homosexuales, con un 22 % y luego las mujeres que ejercen el trabajo sexual con un 4 %.
Hasta 2019, la situación era incluso peor, puesto que el Estado no recibía donativos de tratamiento por ser considerado como un país de ingreso medio-alto. Sin embargo, desde el año 2020 el Fondo Mundial ha enviado tratamiento antirretroviral a Venezuela entendiendo el contexto de crisis que se vive en el país.
Sin lugar a dudas, acceder al tratamiento adecuado para el VIH, sin ayuda del Estado, o en ausencia de asociaciones civiles, se vuelve cuesta arriba para los venezolanos, cuyo salario mínimo mensual no alcanza los $15 dólares americanos, que deben ser destinados a pago de transporte, alimentos y educación.
Fuentes:
- ONUSIDA.
- UNAIDS.
- Crónica Uno.
- Voz de América.