Detenidos

«Yo no puedo aceptar algo que no hice»: adolescente de 15 años detenido en protesta postelectoral

El adolescente está recluido en el Servicio de Protección al Niño, Niña y Adolescente de Miranda (Sepinami) en Los Teques y en las audiencias de presentación del 3 de agosto y del 27 de septiembre se declaró inocente. A su familia le dijo que pretendieron obligarlo a que aceptara los hechos para que le redujeran la pena

El Pitazo

(19-10-2024) Cuando lo detuvieron el 30 de julio, 2 días después de la elección presidencial del 28 de julio, salía de la casa de su abuela rumbo a la suya. Funcionarios de Polimiranda lo arrestaron porque vestía parecido a un manifestante que buscaban y lo confundieron. Ahora cumple un aislamiento de 25 días en el Servicio de Protección al Niño, Niña y Adolescente de Miranda (Sepinami), situado en Los Teques.

Al joven, que cumplirá 16 años el 18 de octubre, lo pretendieron obligar a asumir los cargos de terrorismo e incitación al odio con la promesa de reducirle la pena, pero se negó: “Yo no puedo aceptar algo que no hice”. 

Estas fueron las palabras del joven durante su primera audiencia de presentación el 3 de agosto y replicadas el 27 de septiembre en la segunda, que se hizo vía telemática. Ese día debían presentar a su abuela paterna como testigo, quien daría fe de que durante las manifestaciones el joven estaba en su casa, pero el juez no permitió que ella declarara

Desde su detención, su familia lo ha visto llorar y sentir miedo de que no sean suficientes las pruebas y los testigos que demuestran que él no protestaba y mucho menos causaba destrozos en la ciudad de Los Teques, donde fue aprehendido.

Al adolescente lo llevaron del sector El Cabotaje y el argumento que usaron es que vestía similar a otro joven que aparecía en fotos que tenían los funcionarios de Polimiranda. Cuando su familia fue a buscarlo al comando donde estaba detenido, los policías le explicaron lo mismo a su mamá y le mostraron las imágenes. 

“El de la foto vestía camisa y zapatos blancos, mi hijo también. Vestían parecido, pero no eran la misma persona y aunque les dimos todos los argumentos, ellos insistieron en que sí era”, detalló su madre Ninoska Caraballo a El Pitazo.

Seguro de su inocencia

Desde que está preso, el quinceañero les repite constantemente a sus padres y a su abuela que él no es terrorista ni delincuente y tiene fe en que pronto volverá a su casa porque es inocente. “Pensamos que el 27 de septiembre lo iban a dejar en libertad, ya que el defensor público tenía pruebas, además del testimonio de su abuela, quien daría fe de que él estaba en casa, pero el caso lo pasaron a juicio”, relató la madre.

El adolescente fue detenido a un kilómetro de la redoma La Matica, en la carretera Panamericana, lugar donde se desarrollaron varias protestas postelectorales y la noche antes de su detención se había quedado a dormir junto a sus padres en la casa de su abuela paterna, ubicada en esa comunidad.

El joven estudia quinto año de bachillerato en un parasistema, decisión que tomó junto a sus progenitores el año escolar anterior, cansado de perder clases en su liceo debido a que la crisis en el área educativa los obligó a asistir a las aulas solo dos veces por semana. 

Además de cumplir con el bachillerato, trabajaba de ayudante en una ferretería, es por ello que el 30 de julio se fue más temprano que sus padres, de la casa de su abuela a la suya, porque al día siguiente debía trabajar. 

Para llegar al centro de Los Teques, le tocó atravesar la protesta porque es el acceso principal. No dejó de impresionarse al ver a la gente en la calle y en especial a un hombre que tenía una actitud violenta, que obligaba a las personas que transitaban por el lugar a unirse a la manifestación y también a causar destrozos en la ciudad, contó en su declaración en la audiencia.

Minutos después, fue detenido y trasladado a un comando situado en Quebrada Honda, a 40 minutos de distancia de Los Teques. 

El hombre, del que hizo mención en su declaración, fue detenido por organismos policiales y confesó que actuó de forma particular para destruir cámaras de seguridad. También aseguró que amedrentó a varios transeúntes para que se unieran a los disturbios. Es decir, que su relato coincidió con la declaración del joven.

El aislamiento

El joven está recluido junto a otro adolescente de 15 años, también detenido en el mismo contexto y que padece autismo. Fueron encerrados en el Sepinami; antes de ingresarlos les hicieron una evaluación médica, en la que registraron peso, estatura y estado de salud de ambos. 

“Mi hijo no fue torturado ni maltratado, por eso le doy gracias a Dios, ya que he conocido casos de otras madres como yo que sufren por la prisión y por los tratos crueles a sus hijos”, precisó la madre, quien aseguró que el adolescente recibe alimento a diario.

Durante el periodo de aislamiento, no ha podido ver a su familia; sin embargo, sus padres visitan el centro de reclusión casi a diario para conocer su estado. Este proceso de aislamiento es obligatorio para que adolescentes que cometieron delitos se acostumbren a la reclusión. La situación consterna a sus allegados, quienes aseguran que un día antes de las elecciones presidenciales él era un niño más, que estudiaba, tenía un empleo y muchos sueños por cumplir. 

En el último balance presentado por el Foro Penal, se contabilizaron 1.916 detenidos en todo el país por las protestas postelectorales. La semana pasada, el presidente de esta ONG, Alfredo Romero, se reunió con familiares a las afueras de la cárcel Yare III y aseguró que allí se encuentran 250 detenidos, entre ellos 4 mujeres ubicadas en un anexo. 

Detalló el abogado que cada semana llegan al lugar parientes de varios estados del país para intentar ver a sus seres queridos, cuyas edades oscilan entre 18 y 25 años. 

¡Suscríbete a nuestro boletín!

Noticias relacionadas