Nueva Zelanda es el país que ha alcanzado la mejor puntuación, con un 85/100. Mientras que Sudán obtuvo la calificación más baja, con tan solo un 5/100
(19-11-2021). El 62 % de los países del mundo presentan un riesgo alto o crítico de corrupción en las áreas de defensa y seguridad. Esto según revela el Índice de Integridad de la Defensa del Gobierno 2020 (GDI, por sus siglas en inglés) elaborado por la ONG Transparencia Internacional (TI).
El GDI evalúa la existencia, eficacia y aplicación de los controles institucionales en cinco áreas clave de riesgo de corrupción en defensa (financiera, operativa, de personal, política y de adquisiciones).
Además, proporciona datos sobre el desempeño de los gobiernos en una variedad de temas de corrupción, que incluyen las operaciones militares y la compraventa de armas, precisó TI, con sede en Berlín.
Más de 80 países evaluados
Este informe evalúa a 86 países y les otorga una calificación que se enmarca en una escala con un rango de puntuaciones que van desde la categoría A, de muy bajo riesgo de corrupción, a la categoría F, de riesgo crítico de corrupción.
El 62 % de los países en todas las regiones del mundo han obtenido una calificación de 49/100 o menor. Lo que indica que se encuentran dentro de los rangos que van de riesgo alto a riesgo crítico de corrupción en el sector de la defensa.
Entre los países con riesgo de corrupción de alto a crítico se encuentran todas las naciones de América Latina evaluadas, a excepción de Brasil y Colombia. Destacando especialmente los casos de Venezuela y México.
Nueva Zelanda es el país que ha alcanzado la mejor puntuación, con un 85/100. Mientras que Sudán, donde recientemente los militares se han hecho con el poder a través de un golpe de Estado, ha obtenido la calificación más baja, con tan solo un 5/100.
Según se desprende de este informe, los países que obtienen bajas puntuaciones en este índice tienen controles débiles o inexistentes contra la corrupción en el sector de la defensa y es más probable que experimenten conflictos, inestabilidad y abusos de los Derechos Humanos.
La Directora del Programa de Defensa y Seguridad de Transparencia Internacional, Natalie Hogg, denunció en un encuentro virtual con medios que la corrupción en este sector «socaba las fuerzas de defensa». En el peor de los casos «tiene el potencial de exacerbar el conflicto en lugar de responder a él de manera efectiva».
Por ello, Hogg instó a los gobiernos a fortalecer sus salvaguardias contra la corrupción y a «quitar el velo del secreto que con tanta frecuencia impide una supervisión significativa del sector de la defensa».
«Es fundamental que incorporen la lucha contra la corrupción en el centro de todas las operaciones militares para detener la corrupción y su impacto devastador en la población civil de todo el mundo.», añadió.
Operaciones militares y comercios de armas
Dos áreas que preocupan especialmente a TI son la implicación de estos resultados en las operaciones militares y la corrupción en la compraventa de armas.
Prácticamente todos los países obtienen malos resultados en los controles de la corrupción en operaciones militares.
81 estados presentan un riesgo de alto a crítico de corrupción en sus operaciones militares. Lo que, para TI, plantea serias dudas para los países que enfrentan amenazas internas, donde la falta de salvaguardias anticorrupción significa que es mucho más probable que las tropas contribuyan al conflicto a que lo sofoquen.
En cuanto a la corrupción en el comercio de armas, el GDI muestra que el 86 % de las exportaciones mundiales de armas entre 2016 y 2020 provienen de países con un riesgo de corrupción de moderado a muy alto en sus sectores de defensa mientras que el 49 % de las importaciones mundiales de armas se destinan a naciones que enfrentan un riesgo de alto a crítico de corrupción en la defensa.
Estos países no permiten que los legisladores, los auditores o la sociedad civil examinen las transacciones de armas, ni proporcionan datos significativos sobre cómo eligen a qué empresas comprar o si hay terceros involucrados. Lo que, para TI, deja la puerta abierta al soborno, al derroche de dinero público y a que las armas lleguen a manos de bandas criminales o grupos insurgentes.
Con información de EFE