Desde la declaratoria de emergencia nacional y cuarentena por COVID-19 en marzo de 2020, en el estado Táchira ha aumentado la tala de árboles en parques nacionales y urbanismos, según indica el director regional del Instituto Nacional de Parques (Inparques), Richard Zambrano, quien aclara que todo no es para crear leña. La mayoría de casos son para tomar terrenos
El Táchira es el quinto estado en Venezuela con más reportes de tala de árboles maderables de parques nacionales, según el Instituto Nacional de Parques (Inparques). El uso de la madera no es solo para cocinar con leña, práctica que se ha incrementado por la falta de gas doméstico, sino también para la explotación de la tierra y venta del material.
Según el director regional de Inparques, Richard Zambrano, el uso de leña para cocinar es usado como excusa, pues están tumbando árboles maderables de hasta 100 años de vida.
“Una vez talan los árboles, estos espacios los convierten en potreros, los convierten en patios productivos pero de ciclos cortos; es como una manera de tenencia de tierra. Tratamos de explicarle a la gente y la gente siempre está a la defensiva; no entienden que un parque nacional no es un capricho de un gobierno, no es un capricho de un país, es una necesidad ecológica”, expresa.
Zambrano precisa que los otros cuatro estados de Venezuela con más deforestación en parques nacionales son Amazonas, Apure, Lara y Barinas.
Destaca que en el Parque Nacional Tapo Caparo, en el Parque Nacional Chorro El Indio, el Parque Nacional El Tamá y en río Negro se están llevando a cabo las talas de árboles de mayor extensión. En el caso de río Negro, municipio Fernández Feo, talan árboles en la orilla del afluente hídrico. Teme que con la temporada de lluvias crezca el caudal y suba hasta el puente, que está ubicado un metro más arriba del caserío.
En la zona han talado unas dos hectáreas distribuidas entre la entrada a la Z, por la Troncal 5, hasta el cerro La Guacamaya, vía a Santa Ana, municipio Córdoba, y aunque Inparques compró fincas para generar una recuperación natural, estas están siendo invadidas. “Incluso a la orilla del río le quitaron todo el cañaveral para sembrar maíz, yuca; la gente no entiende que es un muro de contención a la hora de la crecida de un río”, agrega.
No entienden que un parque nacional no es un capricho de un gobierno, no es un capricho de un país, es una necesidad ecológica
Richard Zambrano, director de Inparques Táchira
Para intentar frenar la situación enviarán una comisión para hacer una caracterización de espacios y un censo de los habitantes, pues tienen un expediente de hace años y no saben si se trata de personas que viven ahí desde tiempo atrás o si hay un desconocimiento de la normativa en nuevos propietarios.
Por los lados del Parque Nacional Tapo Caparo, ubicado en Abejales, municipio Libertador, un grupo de invasores se ha dedicado a quemar la vegetación y talar árboles. “Hace un año hubo un incendio forestal ocasionado por los mismos invasores, que siguen en la zona porque no pudimos dar con el causante real, y esas zonas que fueron quemadas las pusieron a producir. Generan un incendio para producir, pero debemos saber dónde producir, porque quitamos cinco hectáreas de árboles que nos dan una vida de oxígeno para sembrar maíz que nos durará un mes”, resalta el director regional de Inparques.
Parque Nacional Chorro El Indio
En el Parque Nacional Chorro El Indio se está llevando a cabo desde abril de 2020 una deforestación para trabajar las tierras. Juan Pablo Patiño, vecino de la comunidad de Loma de Pío, explica que la deforestación generó un deslave en el kilómetro 2,3 de la vía, lo que puede ocasionar un deslizamiento de montaña al no contar esta con las raíces de los árboles que la sostenían, pues son suelos arcillosos. “En ese sector se ve cómo hay lavado de la tierra y cómo árboles de raíces grandes han empezado a caer y a afectar la zona”.
Teme que más de 2.500 familias que viven desde La Acevita hasta Macanillo queden incomunicadas de ocurrir un deslizamiento de tierra de magnitud.
Zambrano indica que hace aproximadamente siete meses fue dictada una medida de protección por el juez agrario, pero la tala, aunque ha disminuido, se mantiene. “Alrededor de 40 hectáreas fueron taladas. En algunos puntos no visibles siguen talas que estamos intentando controlar. Lamentablemente el Parque Nacional Chorro El Indio tiene muchas entradas y salidas; es difícil controlar”, acota.
Destaca que el impacto de la tala en el estado Táchira es amplio porque además de los daños en los parques nacionales, la vegetación de las principales avenidas, urbanismos y plazas está siendo talada. “Desde que llegó la pandemia todo esto ha aumentado; recuerden que la pandemia a muchos nos creó ocio”.
La gente sabe y todas las autoridades saben que los grupos al margen, irregulares en nuestro país, hacen vida por estos terrenos en la ciudad universitaria, específicamente en el sector La Vega de Rubio
Kenny Ramírez, dirigente estudiantil Upel
Cuatro municipios afectados
En varias instancias: Ministerio Público, Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, Guardería Ambiental, Inparques y Guardia Nacional, reposa la denuncia de la tala de 120 especies arbóreas y el retiro de vegetación de cuatro hectáreas de la unidad de producción La Osa, ubicada en la aldea Bermúdez, municipio Libertad del estado Táchira. La situación afecta a 400.000 habitantes de cinco municipios del Táchira: Libertad, Independencia, San Cristóbal y Junín, pertenecientes a las comunidades de Pericos, Mamonales, El Pueblito, El Porvenir, Vega del Cedro, Palma de Seda, Berlín, Puente de Oro, Santa Anita, Arismedi, El Valle, Santa Cruz, La Victoria y Alineaderos, entre otros.
Un vocero de las mesas técnicas de agua, que prefirió omitir su nombre por temor a represalias, declaró a El Pitazo que el ecocidio se presenta desde el año 2009 en las cabeceras de los nacientes de La Espinosa, Caño Jesús, Caña Grande y La Cristalina, y lo comete un invasor que tumba árboles maderables de vieja data para sembrar pasto y crear potreros.
Aunque las autoridades antes mencionadas, el alcalde y los concejales del municipio Libertad han realizado inspecciones, reuniones y levantado actas, no se ha paralizado la destrucción.
El vocero de las mesas técnicas asegura que esto ha generado problemas con el servicio de agua potable, con el que cuentan solo de once de la noche a tres de la mañana. “Si los organismos no aplican las leyes, pues dentro de un año no tendremos agua”, acota.
El Pitazo accedió a oficios levantados por el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (Minec), uno de ellos de fecha 18 de febrero de 2020, en el cual anexan informe de inspección y la solicitud de procedimiento sancionatorio con orden de proceder N| 076-20 en contra del infractor.
El documento detalla que existe una afectación de la zona protectora de las nacientes de la quebrada La Osa; reitera la tala de 120 individuos arbóreos pertenecientes a especies diversas donde denota la sección de tocón, fuste o tronco, roza de vegetación mediana y baja en una superficie de cuatro hectáreas, y el establecimiento de 400 plantas de la especie Coffea arabica (café).
Indica que la fuente de agua que alimenta nacientes de la quebrada La Osa se ubica a 80 metros y surte a la parroquia Manuel Felipe Rugeles.
Desde que llegó la pandemia todo esto ha aumentado; recuerden que la pandemia a muchos nos creó ocio
Richard Zambrano, director regional de Inparques
UPEL denuncia deforestación de sus espacios
Terrenos del Instituto Pedagógico Rural Gervasio Rubio (Upel) ubicado en el municipio Junín del estado Táchira, decretados patrimonio cultural de la localidad hace 67 años, están siendo deforestados por la Alcaldía, según denunciaron sus autoridades en febrero de 2021.
El presidente del centro de estudiantes, Kenny Ramírez, relata que aproximadamente 30 personas de la Alcaldía tumbaron árboles de más de 50 años sin permiso de ningún organismo y sin informar sobre su aprovechamiento, “alegando que se le cedieron los terrenos a la municipalidad, cuando es algo totalmente falso… Es un espacio bastante grande; contamos con más de 20 hectáreas de parque”.
El Pitazo intentó comunicarse vía telefónica con el alcalde de Junín, Ángel Márquez, para conocer su versión sobre este hecho, pero no fue posible obtener una respuesta.
En ese sector se ve cómo hay lavado de la tierra y cómo árboles de raíces grandes han empezado a caer y a afectar la zona
Juan Pablo Patiño, habitante de Chorro El Indio
Sanciones
Sobre las sanciones por la tala indiscriminada de árboles, el director de Inparques Táchira, Richard Zambrano, explica que inicialmente envían equipos de avanzada a hacer una inspección; citan a la persona vinculada; generan un acta con compromisos del pisatario, que asume reforestar con una cantidad de árboles acordada en un plazo específico. Le hacen seguimiento y si incurre en otro causal levantan un procedimiento administrativo, que pasa a órdenes de Fiscalía, por delito ambiental.
Si tienen maquinaria en la zona, realizan el decomiso en conjunto con el Ministerio Público y la Guardería Ambiental. Desde el mes de septiembre de 2020, cuando Zambrano asumió la dirección del instituto, no se han realizado detenciones.
Inparques Táchira cuenta con 97 guardaparques, 48 técnicos y personal de investigación. Esperan subir la cuota a 200 guardaparques para poder enfrentar el incremento de la tala.
Si los organismos no aplican las leyes, pues dentro de un año no tendremos agua
Dice un vocero de mesas técnicas de agua