El déficit de generación eléctrica oscila entre 1500 y 1800 MW en siete estados de esta porción del territorio nacional, y los racionamientos no resuelven los serios problemas del sistema, señala el ingeniero José Aguilar. “Solo están tratando de evitar el colapso”. Esta deficiencia ya alcanzó a Caracas.
(29-03-2022). Hace una semana en el estado Zulia no hay municipio que no esté sometido a diario al creciente racionamiento eléctrico hasta por 12 horas. Lo mismo ocurre en Mérida. Y en el Área Metropolitana de Caracas tampoco hay sector que por horas no padezca el corte del servicio o un “bajón”.
A pesar de que Venezuela vive una severa crisis eléctrica desde hace más de una década, la falta de electricidad se ha agravado en la última semana en la región occidental que componen los estados Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Lara y Portuguesa.
Hay una importante deficiencia de generación que induce a limitaciones en la operación de la red de transmisión para cubrir el requerimiento que podría llegar a más de 4500 megavatios (MW) en esa región, señaló el ingeniero José Aguilar, especialista y consultor en el tema eléctrico.
“Estos estados tienen 6234 MW instalados, de los cuales 1150 son hidroeléctricos y 5075 MW son térmicos. El requerimiento de demanda máxima en estos puede estar en cerca de 4500 MW, aproximadamente, en las próximas seis semanas. Pero solo hay cerca de 1000 MW disponibles, si acaso, y eso si no falla más nada”. Y esta deficiencia, acota, tiene “entrampado” al Sistema Eléctrico Nacional.
Advirtió que llevar a esta región hidroelectricidad del agua del embalse de Guri, el más grande en volumen y extensión, solo es posible si las plantas regionales ofrecieran capacidad suficiente, pero no la que tienen actualmente. “Y por eso se están violando los límites de operación, lo cual es altamente riesgoso”.
El deficitario servicio es previsible en esta época del año. “Ha ocurrido todos los años”, dijo. Y se está extendiendo a la región central, y a la capital venezolana concretamente, ocasionada por una falta de mantenimiento generalizada que abarca toda la cadena de generación eléctrica. “Es un sistema interconectado, los apagones ya se sienten de costa a costa, y Caracas no se salva”.
Menos electricidad en la región occidental
Desde el 18 de marzo, el ministro para la Energía Eléctrica, Néstor Reverol, anunció racionamientos eléctricos en los estados occidentales. Ese día informó sobre realización de trabajos en la subestación Lagunillas, cerca del lago de Maracaibo, para evitar que el sistema colapse, luego de “ataques vandálicos” que no precisó. En un mes se daría funcionalidad a equipos de la Planta Termozulia 1 y 7, a la que ofreció incorporar 300 MW. Mientras, abril próximo, el último mes del periodo de sequía, amenaza con agravar la falta de generación.
El viernes pasado, Reverol también informó que “la escasez de agua” en el embalse de Uribante, el cual sirve de fuente a la Central Hidroeléctrica Leonardo Ruiz Pineda, en Táchira, obligaba a aplicar racionamiento eléctrico en Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas y sectores del Alto Apure. Y anunció trabajos en la Subestación San Rafael de Onoto, en Portuguesa.
Estos trabajos son vistos por Aguilar con escepticismo y califica de excusas los alegatos oficiales de sabotaje. “Lo que se evidencia es la incompetencia ante lo predecible y ¿cómo es posible que no los puedan prevenir?”.
Y agregó: “La transmisión del sistema que se está forzando en este momento, a riesgo de apagones multiestados, no da para cubrir el déficit, por lo tanto, algún sector será racionado. Si fuerzan la transmisión, será cuesta arriba cumplir los cronogramas que se anunciaron”.
Fallas que electrizan en los estados
En Zulia, el estado con mayor potencial petrolero pero venido a menos, las unidades de generación de Planta Termozulia son insuficientes, han fallado y otras no están en servicio, señala Aguilar. Y considera “show mediático” el anuncio oficial.
“¿Qué le pasó a las unidades TZ 2 (171 MW) TZ 3 (170MW), TZ 8 (180 MW), TZ 10 (85 MW) TZ11 (85MW)? ¿Acaso también sufrieron ‘ataques’? ¿Y qué hace trabajando en Sidor, Guayana, una unidad de 85 MW quemando gas, donde no se necesita? ¿Por qué no la paraliza, la enfría, se la lleva a Maracaibo y la coloca en TZ 10 o TZ 11 que son unidades gemelas? La verdad es que han dejado perder esas unidades y no se han querido arreglar”.
A la zona de los Andes Eléctricos, es decir, Apure, Barinas, Portuguesa, Táchira, Mérida, Trujillo, se le instaló 1826 MW, pero funcionan apenas entre 150 y 160 MW.
En Mérida, por ejemplo, no han reparado la Planta Don Luis Zambrano que ofrece entre 480 MW y 500 MW. Y en este, como otros estados andinos de terreno montañoso, la transmisión es débil. “Se le han colocado unos 1159 MW hidroeléctricos, pero solo están activos en la noche hasta 500 MW, porque no hay agua, entre otros problemas que no son atendidos”.
Embalses en niveles mínimos
Aguilar se refirió a los embalses y plantas hidroeléctricas que surten los estados andinos: Uribante Caparo y la San Agatón, con 300 MW; el Camburito Caparo y La Vueltosa, con 514 MW, entre otras que producen un total de 1159 MW. Son embalses montañosos diseñados para apoyar en las horas pico, con duración de seis a ocho horas. El objetivo es permitir que ríos de esas cuencas andinas se recuperen durante el día para poder contar con su potencia completa en horas pico. No son tan caudalosos como el Caroní y sus afluentes en Guayana.
Sin embargo, están “sobreexplotados y llevados a sus niveles mínimos”, según Aguilar. En el caso de las plantas de San Agatón y La Vueltosa, que combinados dan 814 MW, están en niveles mínimos operativos. Ya no pueden producir su máxima capacidad. Ofrecen de 240 a 260 MW por cuatro o cinco horas, indicó.
Se espera que la llegada del invierno de mayo a noviembre recargue los embalses. Pero será complicado en La Vueltosa. Desde 2007 reporta fugas, aunque el problema se conoció en 2019. “No las han reparado. Y si algo llega a pasar no dudemos que será atribuido a un ‘ataque desalmado y terrorista de la derecha’, o sabe Dios qué inventarán”.
Si a estos factores se les suma la “poca confiabilidad en las líneas de transmisión y en las subestaciones de la red de distribución, que se encuentran desatendidas, son inevitables los severos racionamientos”, apuntó.
Crece “la cola” eléctrica
El ingeniero, que junto con un equipo evalúa el comportamiento del sistema eléctrico, explicó la extensión de la crisis por las regiones del país en los últimos tiempos.
La “cola” del sistema, a la que se reducían tradicionalmente los estados Táchira, Mérida y Trujillo, se unieron ahora Zulia, Lara, Portuguesa, Barinas y Apure. “Este mal está creciendo desde el occidente hasta el centro del territorio nacional. Y ya es tan grande la cola por los MW —que representa un consumo de casi más de la tercera parte del consumo nacional—, que la manera abusiva e irresponsable de operar por encima de los límites seguros, hace tambalear a la región central, pues estamos interconectados”.
La inobservancia y la incapacidad en las operaciones constituyen, para Aguilar, las causas de las recurrentes interrupciones, que Aguilar no duda que sean racionamientos.
“Están tratando de controlar y evitar un colapso del sistema con los racionamientos. Pero están tratando de empujar electricidad desde el Guri a través de la transmisión, y no han entendido que están violando los límites de operación. Si no quisiéramos tener ese cuadro de bajones y oscilaciones, el deber ser sería racionar más, pero eso son palabras mayores”, dijo Aguilar.