(08-01-2025) El incremento de las denuncias de violaciones a la libertad de expresión afectó al mundo del deporte. Atletas, por temor a represalias, autocensuran sus opiniones, limitando la capacidad de usar sus plataformas para abordar temas sociales importantes.
Igual situación viven las personas entrenadoras y dirigentes deportivos, quienes también enfrentan presiones para alinearse con las posturas oficiales, lo que restringe el debate dentro de las organizaciones deportivas. Además, la exposición constante de las federaciones al control gubernamental pone en riesgo la autonomía y transparencia de la gestión deportiva a diferentes niveles, lo que a su vez dificulta la denuncia de irregularidades.
Las restricciones afectan directamente la cobertura mediática del deporte. Los medios de comunicación, sometidos a la censura estatal, limitan la información que llega al público, lo que impide un debate informado sobre las problemáticas que afectan al deporte venezolano.
Esto a su vez genera un clima de desconfianza y desinterés, lo que perjudica a los y las atletas y a las organizaciones deportivas. En última instancia, estas restricciones limitan la capacidad del deporte para cumplir su función social, que es promover la salud, la unión y el desarrollo de las personas y de la sociedad en su conjunto.
4 de agosto de 2021. Transmisión de la Televisora Venezolana Social (TVES). Entrevista a Alfredo Loyo, técnico del Instituto Nacional de Deportes (IND) sobre la situación de atletas venezolanos para los Juegos Olímpicos de Tokio2.
Restricciones a la prensa
En Venezuela las y los periodistas deportivos se enfrentan a crecientes obstáculos para ejercer su profesión de manera libre e independiente, aún cuando se trata en principio de fuentes “no sensibles”. Tanto autoridades como personal de seguridad imponen restricciones arbitrarias a la cobertura de eventos deportivos, exigiendo permisos previos sobrevenidos o vetando a medios o comunicadores considerados críticos.
Estas acciones vulneran el derecho a la libertad de expresión y el acceso a la información, creando un ambiente hostil para el periodismo. La imposición de estas medidas no solo afecta a periodistas, sino también a las personas aficionadas, quienes se ven privadas de una cobertura informativa plural. Este tipo de acciones, aunque aisladas, se han registrado de forma paulatina y creciente a medida que se agudiza la crisis estructural en el país.
- La coordinadora del polideportivo “Máximo Viloria” de Barquisimeto, estado Lara, impidió el 5 de abril de 2023 que el ciudadano Víctor Andrés Rodríguez hiciera una cobertura periodística en las instalaciones deportivas para el medio La Prensa de Lara. Rodríguez era estudiante de octavo semestre de Comunicación Social de la Universidad Fermín Toro y explicó que llevaba cinco años trabajando dando cobertura a la fuente de deportes.3
- El presidente del Portuguesa Fútbol Club, Generoso Mazzocca, señaló en un encuentro con los periodistas, realizado el 19 de noviembre de 20144, que estaba dispuesto a vetar a los medios de comunicación que criticaran al equipo o a la directiva sin presenciar las ruedas de prensa. “Con responsabilidad digo que nos reservaremos el derecho de admisión a medios y periodistas que hablen mal del club”, expresó Mazzocca durante la rueda de prensa efectuada en las instalaciones del Hotel Eco Inn en la ciudad de Araure. Al mismo tiempo, Mazzocca invitó a los periodistas de la región a “arrimar para un mismo lado o si no que agarren su camino”.
- El 10 de septiembre de 2024 se jugó en la ciudad de Maturín el partido de la eliminatoria mundialista entre Venezuela y Uruguay. En dicha oportunidad se les indicó a los medios de comunicación presentes en el estadio que tenían prohibido realizar grabaciones o entrevistas a fanáticos dentro del recinto deportivo5. Estas actividades solo estaban autorizadas en las zonas externas al perímetro de seguridad. Las restricciones afectaron particularmente a los medios radiales, a quienes se les negó el acceso a las cabinas de transmisión, posibilidad que sí tuvieron en los encuentros anteriores contra Paraguay, Chile y Ecuador. En consecuencia, las emisoras autorizadas para transmitir el partido debieron realizar sus transmisiones desde las gradas, soportando las interferencias del ruido ambiente.
Jugadores bajo presión
La censura a deportistas en Venezuela es una práctica registrada cuyo objetivo es silenciar críticas al gobierno o el abordaje de temas sociales o políticos de relevancia. A pesar de que no siempre se hace pública, esta censura se ejerce a través de presiones internas en equipos y federaciones, coartando la libertad de expresión de los y las atletas. Los/as deportistas son ciudadanos que tienen el derecho a expresar sus opiniones, pero el miedo a represalias o a perder oportunidades laborales los inhibe.
Esta situación no solo es una violación a los derechos humanos, sino que también empaña la imagen del deporte y priva a la sociedad de escuchar voces críticas y diversas.
- Tras la elección presidencial del 28 de julio del 2024, el periodista Daniel Nohra denunció en su cuenta de X que desde la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), por órdenes de su presidente Jorge Giménez, se presionó y llamó a los jugadores de la selección nacional para que borraran los mensajes publicados en sus redes sociales apoyando las manifestaciones antigubernamentales tras la falta de transparencia evidenciada en el proceso electoral6. Los jugadores de La Vinotinto hicieron llamados, principalmente a través de sus cuentas personales de Instagram, en los que señalaron los abusos policiales y la actuación del Estado en el control de las manifestaciones, y se refirieron a los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral, cuestionados por gran parte de la población.
Fanaticada censurada
Las restricciones al derecho a la libertad de expresión han tenido un impacto significativo en las audiencias y asistentes a recintos deportivos. Manifestaciones pacíficas, pancartas con mensajes políticos o el simple hecho de corear consignas contrarias al gobierno han sido reprimidas violentamente en estadios y otros espacios deportivos.
Esta situación ha generado un ambiente de autocensura y temor entre aficionados, limitando su derecho a expresarse libremente en un espacio que tradicionalmente ha sido considerado como una válvula de escape y un lugar de encuentro social.
- El 7 de noviembre de 2013, durante un juego de béisbol entre las Águilas del Zulia y los Leones del Caracas, cuatro jóvenes desplegaron una pancarta para protestar por las violaciones a la libertad de expresión. El personal de seguridad VIP del estadio les quitó la pancarta, prometiendo devolvérsela al final del partido, y los escoltaron hacia la salida, donde los esperaban funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Estos últimos se llevaron la pancarta y prohibieron a los jóvenes el acceso al estadio, a pesar de tener boletos7. Los activistas denunciaron que la PNB les indicó que debían recuperar su pancarta en el Helicoide, una sede de la policía política venezolana, al día siguiente.
- El 11 de noviembre de 2015 durante un juego Caracas vs. Magallanes, los escoltas de Daniela Cabello, hija del diputado Diosdado Cabello, quien entonces presidía la Asamblea Nacional, sacaron por la fuerza a un grupo de estudiantes que se encontraban elevando cantos y pancartas en contra de la intervención estatal de las universidades públicas autónomas, en el Estadio Universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV)8. Los estudiantes desplegaron una pancarta donde se leía: “No a la intervención”, en referencia a las amenazas que denunciaron los gremios profesorales.
- Durante un partido de la selección femenina de fútbol de Venezuela, celebrado el 8 de abril de 2024 en el Estadio Nacional Brígido Iriarte de Caracas, se llevó a cabo una inspección inusual de las pancartas que portaban los y las asistentes. El personal de seguridad justificó esta medida argumentando la necesidad de verificar que no existieran mensajes adversos al gobierno de Nicolás Maduro. Un espectador informó que esta revisión se produjo en el primer control de acceso del estadio.9
En los juegos de la eliminatoria al mundial 2026 de la FIFA que se realizaron luego del 28 de julio de 2024 en el Estadio Monumental de Maturín, se constató la implementación de medidas de seguridad adicionales para evitar cualquier manifestación política durante los eventos deportivos. De acuerdo al testimonio de fanáticos10, se ha incrementado la presencia de agentes de policía encubiertos para prevenir protestas en el recinto. Asimismo, se prohibió expresamente el ingreso de banderas, pancartas y otros elementos similares. Como medida de seguridad inusual, se restringió el ingreso de personas que porten más de una prenda superior, con el fin de evitar la ocultación de mensajes o símbolos prohibidos.
Durante los partidos, a pesar de que el juego se desarrolla con normalidad, los asistentes reportan una palpable tensión en el estadio. Esta situación se atribuye a la presencia excesiva de personal de seguridad, tanto uniformados como civiles, especialmente en las zonas VIP. La identificación de funcionarios de cuerpos como la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y la Casa Militar ha generado una sensación de vigilancia constante entre las/os espectadores. Muchos asistentes consideran que las medidas de seguridad implementadas son desproporcionadas y generan incomodidad.
Democracia lejana
Las restricciones a la libertad de expresión en el contexto deportivo representan una grave violación a los derechos humanos fundamentales y tienen profundas implicaciones políticas. Al limitar el derecho de los y las deportistas, periodistas y aficionados/as a expresar sus opiniones y a criticar a las autoridades, se deterioran los valores de una sociedad democrática.
Políticamente, estas restricciones tienen consecuencias negativas en el mediano plazo. Al silenciar las voces disidentes, se fortalece el autoritarismo y se debilita el Estado de derecho. La censura en el deporte es solo un elemento de la política de represión presente en otros ámbitos de la vida pública.
El deporte es un espacio público donde se expresan las pasiones, las identidades y las aspiraciones de las personas. Al restringir la libertad de expresión en este ámbito, se limita la capacidad de la sociedad para construir un futuro más justo y equitativo.
Es fundamental que la comunidad internacional y los organismos deportivos condenen estas prácticas y trabajen para garantizar que todos los actores involucrados en el mundo del deporte puedan ejercer sus derechos ciudadanos sin temor a represalias.