Fuente original: Crónica Uno. – Yeison se encontraba con una amiga, en el sector La Alcabala, cuando funcionarios de la Policía del estado Miranda le dispararon. Su madre, Yohana, asegura que él no tenía antecedentes penales ni se enfrentó a los efectivos.
Caracas. “¿Dónde está el arma? ¿Dónde están las pruebas?”, le pregunta la madre de Yeison a los funcionarios de la Policía del estado Miranda, quienes le dicen que su hijo falleció tras un enfrentamiento durante un operativo llevado a cabo en el barrio La Alcabala, de Petare.
La madre del joven, de 26 años de edad, quien murió la noche del sábado, 7 de junio, insiste en que no les cree a los funcionarios porque un testigo aseguró que Yeison no estaba armado.
“Nos contó que en el momento en que comenzaron los tiros ellos estaban en un callejón conversando. Cuando escuchan los disparos intentan correr como todos los que estaban, pero cuando la policía los vio les dio a ellos”,
Yohana, madre de Yeison, recuerda que cuando iniciaron las detonaciones ella se encontraba en casa junto con su otro hijo.
“Eso fue como a las 8:00 p. m. Nos asomamos a la ventana vimos a la gente toda alarmada corriendo y en ese momento recibimos la llamada de un amigo de mi hijo y nos dijo que habían herido a Yeison”, cuenta.
Inicialmente fueron hasta el Hospital Ana Francisca Pérez de León, en Petare, ya que pensaban que él se encontraba ahí. Dos horas después, a las 10:00 p.m., lo hallaron en el Hospital Dr. Domingo Luciani, en El Llanito, a donde llegó sin signos vitales.
Sin justicia
Yohana esperaba afuera de la morgue de Bello Monte el informe que indicaría cuántos disparos recibió su hijo. “A mi esposo le dijeron que fueron seis. Pero la muchacha que estaba con mi hijo me dijo que solo fue uno”.
A su juicio la muerte de Yeison hace parte de los “ajusticiamientos” que los cuerpos policiales llevan a cabo en los barrios de la ciudad.
“Siempre dicen que son enfrentamientos. Pero no. Mi hijo ni siquiera tenía antecedentes penales”.
Condena que las personas que viven en sectores populares deban pasar por ese tipo de situaciones, en las que la denuncia queda como última opción y donde su palabra pierde valor por el hecho de vivir “en un barrio”. Por temor pidió que no se publicara el apellido de la víctima ni el de ella.
Desde hace tres años, Yeison trabajaba en un colegio de Educación Especial en donde enseñaba electricidad a adolescentes. Aunque no estaba en sus planes cercanos, quería estudiar veterinaria por su amor a los animales, en especial a las serpientes.
Más vulnerables
La ONG Provea afirmó que la violencia institucional policial y militar mantuvo en 2024 a los jóvenes de sectores populares como sus principales víctimas, durante el 2024, en su informe publicado el 30 de abril.
«El deliberado uso excesivo de la letalidad, que las más altas autoridades nacionales y estadales se han esforzado en normalizar, se traduce en graves violaciones al derecho a la vida, que pudiesen constituir crímenes de lesa humanidad»,
El monitoreo de la ONG encontró que durante 2024 hubo un total de 522 personas asesinadas en distintas circunstancias en todo el territorio nacional.