10/08/2023- Crónica.Uno – Como cada año durante la temporada de lluvias, varias comunidades del municipio Linares Alcántara quedan inundadas de aguas servidas, aguas de lluvia y aguas del lago de Valencia. Vecinos alertan sobre casos de dengue hemorrágico.
Maracay. “Yo no tengo a dónde ir con mis dos niños. Hasta cuándo vamos a vivir con esa pudrición dentro de nuestras casas. Esto no es justo”. Es el grito airado de una de las residentes de la comunidad de Paraparal II, en el municipio Linares Alcántara, que llevan casi dos semanas con las viviendas y calles anegadas de aguas negras, aguas de lluvia y aguas del Lago de Valencia.
Algunos representantes de la alcaldía debieron acudir a Paraparal II y Esperanza Bolivariana, ante el reclamo de más de 300 familias afectadas por las inundaciones.
Los perjudicados protestaron por el abandono y desatención oficial, frente a la grave crisis de insalubridad en la que viven, particularmente durante la época de lluvias.
Con pancartas en mano y sumergidos casi hasta las rodillas, exigieron la inmediata reubicación de las familias afectadas por el constante represamiento de agua, que acaba no solo con sus viviendas y enseres, sino también con su salud y calidad de vida.
En el año 2011, el gobierno regional instaló una especie de compuerta en las cercanías del lago de Valencia, para evitar las inundaciones en sectores como La Lagunita y Francisco de Miranda, muy cercanos a Paraparal. Esa compuerta y unas cinco bombas de achique, apenas pueden contener la gran cantidad de agua represada que finalmente va a confluir en Paraparal.
De allí que el pasado jueves, los vecinos de Paraparal se negaron a que se abriera la compuerta, pues las anegaciones que ya padecen serían mayores.
Nosotros somos la poceta del municipio. Aquí paran todas las aguas servidas y del lago de Valencia. Ya estamos cansados”, gritaban los afectados.
Una década a la espera
Paraparal fue declarado refugio a cielo abierto durante el gobierno de Tareck El Aissami. Para entonces, a los habitantes de la comunidad se les pidió que se mantuvieran en la zona mientras el gobierno regional concretaba nuevas viviendas.
El entonces gobernador prometió en 2013: “Vamos a decretar este espacio como un refugio a cielo abierto, de manera tal que sus habitantes salgan de acá directo hacia una vivienda digna. Este es el resultado de las políticas de la Cuarta República, cuando no les importaba permitir la construcción de viviendas a orillas de lagunas con tal de vender y lucrarse. Gracias a Dios, llegó la revolución, para ofrecer una solución real a todas estas familias”.
Como paliativo, los gobiernos subsiguientes han resuelto el problema con la instalación de unas cinco bombas de achique que, además de resultar insuficientes, muchas veces permanecen apagadas debido a la escasez de combustible.
Ya han transcurrido 10 años y las familias de Paraparal siguen viviendo en las mismas condiciones de abandono gubernamental e insalubridad.
De hecho, en algunos videos que los afectados han hecho circular por redes sociales, algunos vecinos aseguran que en la zona ya se ha registrado un caso de dengue hemorrágico, producto de la crisis ambiental y de contaminación que deviene con el represamiento de las aguas en calles, avenidas y dentro de las viviendas.