Fuente original: El Diario. – El organismo destacó el liderazgo de la opositora venezolana “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”
El Comité Noruego del Nobel anunció este viernes 10 de octubre que María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, ganó el Premio Nobel de la Paz 2025.
La distinción se le otorgó “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”, indicó el organismo con sede en Oslo.
Con este galardón, Machado se conviertió en la segunda venezolana de nacimiento en recibir un Premio Nobel (el primero fue Baruj Benacerraf en 1980, quien se naturalizó estadounidense) y la primera en hacerlo como líder política desde Venezuela.
“María Corina Machado cumple con los tres criterios establecidos en el testamento de Alfred Nobel para la selección de un laureado con el Premio de la Paz. Ha unido a la oposición de su país. Nunca ha vacilado en resistir la militarización de la sociedad venezolana. Ha sido constante en su apoyo a una transición pacífica hacia la democracia”, detalló el Comité Noruego del Nobel en un comunicado.
Comunicado íntegro traducido al español:
Anuncio, Premio Nobel de la Paz 2025
10 de octubre de 2025
El Premio Nobel de la Paz 2025 se concede a una valiente y comprometida defensora de la paz: a una mujer que mantiene la llama de la democracia encendida en medio de una oscuridad creciente.
El Comité Noruego del Nobel ha decidido otorgar el Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado.
Recibe el Premio Nobel de la Paz por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia.
Como líder del movimiento democrático en Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en tiempos recientes.
La señora Machado ha sido una figura clave y unificadora en una oposición política que alguna vez estuvo profundamente dividida, una oposición que encontró un terreno común en la demanda de elecciones libres y un gobierno representativo. Esto es precisamente lo que está en el corazón de la democracia: nuestra disposición compartida a defender los principios del gobierno popular, incluso cuando no estamos de acuerdo. En un momento en que la democracia está amenazada, es más importante que nunca defender este terreno común.
Venezuela ha pasado de ser un país relativamente democrático y próspero a un estado brutal y autoritario que ahora enfrenta una crisis humanitaria y económica. La mayoría de los venezolanos vive en pobreza extrema, mientras que unos pocos en la cima se enriquecen. La maquinaria violenta del Estado se dirige contra los propios ciudadanos. Casi 8 millones de personas han abandonado el país. La oposición ha sido sistemáticamente reprimida mediante fraude electoral, procesos legales y encarcelamiento.
El régimen autoritario venezolano hace que el trabajo político sea extremadamente difícil. Como fundadora de Súmate, una organización dedicada al desarrollo democrático, la señora Machado defendió elecciones libres y justas hace más de 20 años. Como ella misma dijo: “Fue una elección de actas sobre balas”. En cargos políticos y en su servicio a organizaciones desde entonces, la señora Machado ha defendido la independencia judicial, los derechos humanos y la representación popular. Ha pasado años trabajando por la libertad del pueblo venezolano.
De cara a las elecciones de 2024, la señora Machado fue la candidata presidencial de la oposición, pero el régimen bloqueó su candidatura. Posteriormente respaldó al representante de otro partido, Edmundo González Urrutia, en la elección. Cientos de miles de voluntarios se movilizaron a través de divisiones políticas, fueron capacitados como observadores electorales para garantizar una elección transparente y justa. A pesar del riesgo de acoso, arresto y tortura, los ciudadanos de todo el país vigilaron los centros de votación, asegurándose de que los resultados finales fueran documentados antes de que el régimen pudiera destruir actas y mentir sobre el resultado.
Los esfuerzos de la oposición colectiva, tanto antes como durante la elección, fueron innovadores y valientes, pacíficos y democráticos. La oposición recibió apoyo internacional cuando sus líderes publicaron los conteos de votos recopilados de los distritos electorales del país, demostrando que la oposición había ganado por un margen claro. Pero el régimen se negó a aceptar el resultado electoral y se aferró al poder.
La democracia es una condición previa para la paz duradera. Sin embargo, vivimos en un mundo donde la democracia está en retroceso, donde cada vez más regímenes autoritarios desafían las normas y recurren a la violencia. El control rígido del poder por parte del régimen venezolano y su represión de la población no son únicos en el mundo. Vemos las mismas tendencias a nivel global: abuso del estado de derecho por quienes están en control, medios libres silenciados, críticos encarcelados y sociedades empujadas hacia el autoritarismo y la militarización. En 2024 se celebraron más elecciones que nunca, pero cada vez menos son libres y justas.
En su larga historia, el Comité Noruego del Nobel ha honrado a mujeres y hombres valientes que se han enfrentado a la represión, que han llevado la esperanza de la libertad en celdas de prisión, en las calles y en plazas públicas, y que han demostrado con sus acciones que la resistencia pacífica puede cambiar el mundo. En el último año, la señora Machado ha tenido que vivir escondida. A pesar de graves amenazas contra su vida, ha permanecido en el país, una elección que ha inspirado a millones de personas.
Cuando los autoritarios toman el poder, es crucial reconocer a los valientes defensores de la libertad que se levantan y resisten. La democracia depende de personas que se niegan a permanecer en silencio, que se atreven a dar un paso adelante a pesar del grave riesgo, y que nos recuerdan que la libertad nunca debe darse por sentada, sino que siempre debe ser defendida—con palabras, con coraje y con determinación.
María Corina Machado cumple con los tres criterios establecidos en el testamento de Alfred Nobel para la selección de un laureado con el Premio de la Paz. Ha unido a la oposición de su país. Nunca ha vacilado en resistir la militarización de la sociedad venezolana. Ha sido constante en su apoyo a una transición pacífica hacia la democracia.
María Corina Machado ha demostrado que las herramientas de la democracia son también herramientas de la paz. Encarnan la esperanza de un futuro diferente, donde se protejan los derechos fundamentales de los ciudadanos.