Francisco González/Internacionalista/Líder emergente de MonitorDescaVe e Investigador de Caleidoscopio Humano
(30-01-2025) Cada 30 de enero, diversos países del mundo celebran el Día Escolar de la Paz, Convivencia y no Violencia, lo que constituye un espacio idóneo para reflexionar sobre la importancia de la coexistencia en las escuelas.
La violencia nunca debe ser la respuesta a los conflictos; sin embargo, está presente con frecuencia en nuestro día a día. La escuela y el liceo, ese espacio donde los niños, niñas y adolescentes se forman para el futuro, es también el lugar donde se ponen en práctica los valores que se aprenden inicialmente en casa, como el respeto, la empatía y la tolerancia.
A pesar del fomento constante de estas prácticas, es común ver escenarios de violencia en escuelas y liceos. La misma se presenta en formas diversas, como el acoso escolar, las disputas físicas y las agresiones verbales, que no solo dañan a las víctimas, sino que, además, de no ser corregidas a tiempo, pueden convertir la experiencia de ir a estudiar en un proceso hostil y traumático.
Es indispensable que la educación básica no se enfoque solamente en las asignaturas tradicionales que el Estado propone, sino que aborde temas relacionados con la comunicación asertiva, la resolución pacífica de conflictos y la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
Las escuelas y liceos deben ser espacios seguros para todos y todas, por lo que, además del fomento de valores, es indispensable velar por la no discriminación. Las infancias LGBTQI+, racializadas, extranjeras o con discapacidad deben sentir sus instituciones educativas como espacios seguros, donde el aprendizaje sea de provecho.
Las instituciones educativas deben también ser espacios donde los y las jóvenes puedan reflexionar sobre los grandes desafíos que enfrenta la humanidad. Es importante fomentar debates en temas como la justicia social, la igualdad de género y la sostenibilidad ambiental, para así desarrollar una conciencia crítica y un compromiso con la construcción de un mundo más justo y equitativo.
En conclusión, la escuela es el lugar ideal para poner en práctica los valores. Es impostergable fomentar una cultura de respeto, empatía y colaboración, pues los estudiantes hoy son los profesionales de mañana, garantes de la estabilidad y del desarrollo de la nación.
