Caleidoscopio Humano, como parte del proyecto MonitorDescaVe, realizó el conversatorio “Los DESCA y la Comunidad LGBTQI+ venezolana” donde se visibilizó una realidad que el Estado ha intentado ocultar
Emmanuel Rivas/Caleidoscopio Humano
(28-02-2023) En Venezuela cada día se vulneran los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), afectado de manera diferenciada a las personas de la comunidad LGBTIQ+ quienes, ya tienen que lidiar con violaciones a sus derechos de identidad y reconocimiento por parte del Estado.
Sobre este tema, Francisco González, investigador de Caleidoscopio Humano y líder emergente de MonitorDescaVe, conversó con los activistas Prissila Solorzano, Liohan Delgado y Yendri Velázquez en un encuentro online titulado “Los DESCA y la Comunidad LGBTQI+ venezolana”, organizado por Caleidoscopio Humano como parte de las actividades de incidencia del proyecto MonitorDescaVe.
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González inició destacando que «los seres humanos, al momento de nacer, ya contamos con los derechos humanos, por lo tanto, son inherentes a la persona e irrenunciables”, agregando, además, que los artículos 23, 24, 25, 26 y 27 de la Declaración Universal de los DDHH, hace referencia a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), los cuales, son necesarios para tener una vida digna, correspondiendo al Estado garantizarlos.
Ante la ausencia de garantía a estos derechos, las personas LGBTIQ+ deben levantar su voz de protesta desde todos los espacios para exigir respeto a situaciones que los deja sin oportunidades de formación, laborales e, incluso, de acceso a la salud.
En este sentido, Liohan Delgado señaló que, como activistas, deben hacer presencia en todas las trincheras desde donde puedan batallar por sus derechos, y que, una de ellas, es a través de conversaciones transversales en redes de apoyo, conversatorios y otros lugares afines para hablar sobre estos temas.
«Es importante tener una visión interseccional y saber cómo se encuentra el estado de estos derechos en otras ciudades del país y no solo en la capital (…) desde mi trinchera he tratado de extender las manos a mis hermanes, llevarles comida, agua, lo que necesiten en la medida que pueda hacerlo, para tratar de amortiguar el efecto de estas vulneraciones, sin embargo, no es algo que yo sola pueda hacer», señaló.
Por su parte, para la activista Prissila Solorzano, no es fácil hablar del respeto a los DESCA en el contexto venezolano, asegurando que “si a las personas heterosexuales hoy en día se les dificulta acceder a estos derechos, para las personas trans es mucho peor».
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«El tema de la educación, el no contar ni siquiera con un documento de identidad que nos identifique realmente y que nos respalde, que al momento de querer avanzar como cualquier otro ciudadano se nos cierran las puertas, es lo que vivimos cada día en Venezuela», destacó Solorzano quien también forma parte del equipo de Caleidoscopio Humano.
Sin espacios para el activismo
Las vulnerabilidades a las que están sometidas las personas LGBTIQ+ en Venezuela, se ha instaurado como una política de Estado. Esto quedó demostrado cuando la Asamblea Nacional, con el propósito de silenciar la voz de los activistas, aseguró que se iniciaría el proceso de cambio de nombre a varias personas trans. Esto nunca ocurrió y los señalamientos, el hostigamiento y la falta de garantías, siguen a la orden del día en el país.
Yendri Velázquez, miembro del Observatorio de Violencia LGBTIQ+, destacó que “las personas LGBTIQ+, no tenemos espacios para hablar sobre los DESCA, violentados cada día, y vemos como la política institucionalizada de la violencia, ataca nuestros derechos, recordemos que los derechos son interdependientes y al vulnerar a uno se vulneran todos».
«La indiferencia del Estado, tienen impactos diferenciados dentro de la comunidad LGBTIQ+, es importante decirlo, porque no es un tema aparte, todos vivimos la misma Emergencia Humanitaria Compleja», destacó.
Estigmatización y exclusión educativa y laboral
Los derechos a la educación, el trabajo y la salud, son los más vulnerados para las personas LGBTIQ+. Muestra de ello es lo señalado por Prissila Solorzano quien, aunque cuenta con dos títulos universitarios, no ha podido ejercerlos por ser una persona trans.
«El estigma hacia las mujeres trans era tan grande, que éramos consideradas prostitutas enfermas. Cuando yo quería acceder a un empleo específico relacionado con lo que estudié, nunca me llamaban (…) en una oportunidad intenté ingresar a trabajar en el canal de televisión Televen, donde me rechazaron y me dijeron que debía cambiar de aspecto», apuntó Solorzano.
En el caso de Liohan Delgado, la discriminación se hizo presente desde las instituciones educativas, señalando que ha sido difícil estudiar algo que le guste en las instituciones públicas venezolanas, por eso he optado por elegir educación gratis y en plataformas fuera del país y después, es difícil como persona trans acceder a un trabajo que te permita una estabilidad económica».
«El acoso escolar, en especial en la educación primaria, es un tema del que poco se habla y que afecta a la población LGBTIQ+. Se deben crear políticas que eduquen desde los primeros años y desde la igualdad y el respeto para todos por igual”, señaló Yendri Velázquez antes de finalizar la actividad.
Las vulneraciones a los DESCA de las personas LGBTIQ+ se extienden también al derecho a una vivienda, a gozar de espacios culturales y a oportunidades para desarrollarse plenamente en el país que, hasta el día de hoy, les niega la posibilidad de soñar con la inclusión, el respeto y con una vida digna.
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