Guantánamo

«Guantánamo es como una tumba»

Ahmed Adnan Ahjam es un joven sirio que trata de rehacer su vida en Uruguay tras pasar 12 años en la cárcel más controvertida de EE.UU.

BBC

(15-01-2022) Cuando a Ahmed Adnan Ahjam le mencionan Guantánamo, lo primero que lamenta es que todavía haya presos allí. «Tuve suerte que salí», dice.

Se refiere a los 39 detenidos que siguen en esa cárcel militar establecida por Estados Unidos hace 20 años para sospechosos de terrorismo, sobre la que se han denunciado abusos y torturas.

Ahjam, de origen sirio, fue enviado a Guantánamo en junio de 2002 luego de ser arrestado por fuerzas de seguridad de Pakistán y entregado a EE.UU.

Pasó 12 años y seis meses encerrado allí, hasta que fue trasladado a Uruguay con el visto bueno de una comisión intergubernamental en Washington que revisó su caso.

Llegó al país sudamericano junto con otros cinco exreclusos de Guantánamo en diciembre de 2014, tras un acuerdo bilateral.

Pero hoy con 44 años de edad, Ahjam aún intenta rehacer su vida en Montevideo y mide sus palabras en español para referirse a la cárcel más controvertida de EE.UU.

«Si vamos a hablar no paramos por días, porque es una vida ahí. Pero puedo decirte: Guantánamo es como una tumba. El que tiene suerte, sale otra vez a caminar en la Tierra», dice Ahjam en una entrevista con BBC Mundo.

«Símbolo de la injusticia»

Cárcel de Guantánamo
En 20 años han pasado 780 detenidos por la cárcel de Guantánamo

Por esa cárcel ubicada en una base naval de EE.UU. al sureste de Cuba han pasado unos 780 detenidos en estas dos décadas.

Los primeros 20 llegaron en un avión militar el 11 de enero de 2002. La polémica surgió de inmediato al difundirse una foto de ellos arrodillados, enmascarados y maniatados, vistiendo uniformes naranja.

Habían pasado cuatro meses de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU. y el gobierno de George W. Bush eligió ese sitio para enviar presos de su «guerra contra el terrorismo» sin regirse por protecciones del derecho doméstico o la Convención de Ginebra.

La mayoría de los detenidos que pasaron por Guantánamo nunca fueron acusados formalmente ni sometidos a juicio.

Cinco de los 12 presos que han recibido cargos están acusados de participar en el plan de los ataques del 11 de septiembre de 2001, incluido su presunto autor intelectual Khalid Sheik Mohammed.

Pero su juicio tampoco ha comenzado.

Uno de los únicos dos sentenciados hasta ahora en Guantánamo, Majid Kahn, denunció diversos abusos, desde enemas hasta encadenamientos durante días o amenazas de sus interrogadores.

«Cuanto más cooperaba y les contaba, más me torturaban», sostuvo Khan ante un jurado militar en octubre, al declararse culpable de ayudar al grupo fundamentalista islámico al Qaeda.

Siete de los oficiales de alto rango que integraron ese jurado criticaron la presunta tortura que recibió, calificándola como «una mancha en la fibra moral de Estados Unidos».

Guantánamo «se ha convertido en el símbolo de la injusticia, del racismo, de la islamofobia, de graves violaciones a los derechos humanos que incluyen la tortura y las detenciones indefinidas», dice Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, a BBC Mundo.

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