Cuando alguien sabe que su abusador está negando un hecho que realmente sucedió, para evitar repercusiones, puede tratarse de gaslighting. En El Diario conversamos con la psicóloga clínica Claudia Marchionna para conocer cómo funciona y detectar las señales de este tipo de manipulación.
Entre la estabilidad emocional y el maltrato psicológico existe una brecha que permite diferenciar cuando una persona es abusada y violentada por su pareja, un familiar, amigo o conocido.
El gaslighting es una forma de manipulación que se desarrolla en las relaciones abusivas, en las que el acosador hace que la víctima cuestione su forma de pensar y de la realidad. Como parte de las consecuencias más graves, los afectados se preguntan si están perdiendo la razón.
Durante los últimos meses, las denuncias de acoso y abuso sexual en Venezuela han dado inicio a un estado de alarma en la población. A su vez, ha desencadenado una ola de testimonios por parte de mujeres -menores de edad cuando sufrieron abusos- que desconocían la gravedad de lo que les sucedió.
“Producto” de la imaginación
Claudia Marchionna, psicóloga clínica, explicó para El Diario que el gaslighting (o“hacer luz de gas”) es producto de la alteración de la percepción de la realidad en una persona.
“Una de las características es hacer creer a la víctima que todo es producto de su imaginación. Por otra parte, este tipo de manipulación suele afectar las creencias y los pensamientos; que agregado a esto, es una conducta típica de personas con rasgos narcisistas y psicopáticos que pueden manejar fácilmente los sentimientos de los demás”, detalló la experta.
¿Qué efectos tiene?
El gaslighting es uno de los tipos de abuso emocional más sutiles que se relaciona directamente con el abuso sexual. La psicóloga detalla que al ser una forma de manipulación provoca que la persona maltratada dude de su percepción o de su juicio.
“Es el caso típico de abuso sexual, en el que el abusador intenta convencer a la víctima de que está equivocada y que la situación no es como ella la piensa. Por consiguiente, la víctima comienza a tener síntomas como ansiedad, confusión, baja autoestima, entre otros”, señaló Claudia.
Ante este contexto, la gran mayoría de los testimonios de abuso sexual de mujeres en las redes sociales describían el modus operandi de sus victimarios y cómo ellas previamente no reconocían lo que les había sucedido. La especialista describe que otras consecuencias pueden ser la alteración de la memoria y los recuerdos; sentimientos de culpa –que en algunos casos pueden llevar al suicido-, y relaciones interpersonales debilitadas.
Otros efectos en la víctima pueden variar desde una confusión leve, estrés emocional, ansiedad, trastornos depresivos, trastornos postraumáticos hasta la alteración en la percepción de sí mismo.
¿Cómo funciona el gaslight?
Cuando el abusador comienza a engañar, la persona afectada suele cuestionarse sus recuerdos o situaciones, por lo que termina confundida y con interrogantes. Otra manera de operar esta táctica es a través de mentiras. La especialista señaló que las personas que se dedican al gaslighting son mentirosas habituales y patológicas.
Puede tratarse de gaslighting si una persona de tu entorno está negando un hecho que tú sabes que sucedió, y que ese hecho puede traer repercusiones a esa persona; si busca controlar tus relaciones sociales, tus sentimientos, tu interacción con los demás; y si la otra persona suele culpar a un tercero de sus propios actos”, expresó la psicóloga.
Por su parte, los manipuladores también difunden rumores sobre la víctima e incluso pueden fingir estar preocupados por ella mientras les dicen sutilmente a los demás que parece emocionalmente inestable o trastornada. Esta táctica puede ser extremadamente efectiva y muchas personas se ponen del lado del abusador o acosador sin conocer la historia completa.
«Estás inventando cosas”, “eso nunca sucedió», son frases comunes utilizadas por un abusador emocional, además de minimizar los pensamientos de la víctima que también generan sentimientos de culpa.
Maneras de reconocerlo
La experta expone que cuando una persona es sometida al gaslighting puede causar ansiedad y depresión. También se ha relacionado con ataques de pánico y crisis nerviosas. Por esta razón, es importante reconocer cuando se está experimentando este tipo de abuso.
1. Dudas de sobre los sentimientos y la realidad
2. Cuestionamiento sobre la forma de pensar
3. Vulnerabilidad y baja autoestima
4. Sentimientos de soledad e inestabilidad emocional
5. Interrogantes sobre la personalidad: estoy loco o equivocado
6. Confusión de la víctima por el comportamiento de su pareja, amigo/a, familiar, jefe, compañero de trabajo
7. Preocupación a ser “demasiado sensible”
¿Cómo detenerlo?
“Es importante tener una red de apoyo y estar informados sobre el abuso sexual y sus tipos. No importa si eres hombre o mujer. El abuso sexual o psicológico no pertenece a un género en particular. Otro de los consejos, es que, si una persona comienza a sentir que un amigo, familiar, pareja, compañero de trabajo o jefe presenta alguna de estas características, acuda a terapia y se aleje de ese contexto”, aconsejó Marchionna.
A su vez, recalcó que para los padres es importante enseñar educación sexual a los niños. “Tengan 3, 5 o 10 años, cada uno de ellos debe conocer sobre el cuerpo y lo que implica el cuidado del suyo; que sepa que si le sucede algo raro puede comentarlo a sus representantes. Todo esto contribuye a evitar el gaslighting y el abuso sexual o psicológico”, dijo.
El origen del término
El término “luz de gas” proviene de la obra estadounidense de Patrick Hamilton, conocida como Angel Street (1938) y luego titulada para la película con el nombre de Gas Light (1944) por Alfred Hitchcock.
En esta película de suspenso, un marido manipulador intenta hacer que su esposa piense que está perdiendo la cabeza haciendo cambios sutiles en su entorno, incluido el atenuar lenta y constantemente la luz de una lámpara de gas. De hecho, no solo interrumpe su entorno y la hace creer que perdió la razón sino que abusa y ejerce control sobre ella aislándola de su familiares y amigos.
En consecuencia, la esposa se cuestiona constantemente a sí misma, sus sentimientos, sus percepciones y recuerdos. Además, se siente neurótica, hipersensible y fuera de control. Debido a que esta película era una descripción precisa de las acciones controladoras y tóxicas que usan las personas manipuladoras, los psicólogos y consejeros con el tiempo comenzaron a etiquetar este tipo de comportamiento emocionalmente abusivo como gaslighting.