15/11/2022 Fuente: Crónica.Uno – El Observatorio de Universidades en la Enobus 2022 detalló que la frustración, la tristeza y desesperanza son las emociones más recurrentes para cuatro de cada 10 alumnos.
Rotcelin Houtman, de 26 años, se graduó hace un año de médico en la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos, confesó que nunca se había detenido a pensar en su salud mental en los primeros años de carrera.
Los problemas comenzaron al terminar su sexto año, cuando inició su carga hospitalaria, la cual describe como llena de responsabilidad y de mucho estrés, cosa que le acarreó un cuadro de ansiedad.
La psicóloga del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), María Fernanda Villa, contó que reciben una cifra alta de casos de universitarios con ansiedad.
Villa añadió que los estudiantes a menudo reportan el sentimiento de no poder manejar sus emociones y que estas son muy intensas, tanto que desbordan. La depresión es otro de los trastornos más comunes entre los jóvenes.
El CADH es un centro de asesoramiento psicológico creado en 1967. Se dedica a la formación integral de la comunidad ucabista y externas a promover el bienestar psicológico y la calidad de vida. En 2022 han atendido alrededor de 180 personas de manera individual.
Al terminar su carga académica, en su primer trimestre de graduada, Rotcelin Houtman comenzó a presentar ansiedad y además un cuadro depresivo que le hizo considerar retirarse de la Medicina.
No era normal sentir taquicardia, y mucho menos sufrir ataques de pánico, pero no reparó en ello cuando aún estudiaba:
“Pensar que no ibas a ser suficiente, o que no querías que te ridiculizaran frente a tus compañeros cuando pasaste toda la noche estudiando”, confesó Rotcelin.
Carlos Meléndez, sociólogo y director del Observatorio de Universidades, expresó que en el área de la salud, la situación psicológica se agrava: 68 % tienen dos o más síntomas de depresión, más grave aún, 12 % ha tenido ideación suicida.
“Venía arrastrando una carga emocional muy grande, en este tiempo fui más consciente de mi salud mental y busqué a un psicólogo”, dijo Houtman, otro estudiante del área.
Asimismo, mencionó que la Medicina no tiene que ser tan sacrificada como la venden en los primeros años de carrera. El médico sí tiene vida, también sale y se divierte, no solo cumple un rol de servicio.
“Hay que encontrar el equilibrio entre ser médico y tener una vida privada”, consideró Rotcelin.
Trabajar y estudiar
Andrea*, de 24 años de edad, estudia en una universidad privada y sufre de ansiedad desde que comenzó a trabajar y a estudiar. La principal causa de su trastorno es el precio de la matrícula y la incertidumbre de no saber si podrá pagarla.
“Muchas veces llegué a pensar que no me iba a poder graduar”, dijo.
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Andrea está en su último semestre y apenas tiene tiempo de pensar en su bienestar psicológico, pues cuenta con dos trabajos: es redactora y además es community manager de una cuenta en Instagram. Aunado a eso tiene toda la carga académica y la tesis de grado que requiere dedicación.
Meléndez explicó que hay estudiantes que solo se dedican a estudiar, pero ese grupo se hace cada vez más pequeño porque en mayor medida los jóvenes estudian y trabajan. “Más de 60 % de los estudiantes universitarios en Venezuela estudian y trabajan, según nuestra última medición en el 2021”.
Andrea no recibe ayuda psicológica en este momento porque sus ingresos no le permiten costear una terapia, que cuesta entre 20 y 40 dólares.
Gestión de tiempo
A Camila*, de 23 años de edad, lo que más le ha costado luego de la pandemia de COVID-19 es gestionar su tiempo. Entre el trabajo y la universidad le queda muy poco tiempo para descansar.
Este también es el caso de Sinaí Infante, de 24 años de edad, quien es estudiante de la UCAB. Cuidar su bienestar psicológico con tantas responsabilidades es complicado, porque cuando hay tantos compromisos y todos tienen la misma importancia hay momentos de mucho estrés.
“Muchas veces me he sentido colapsada y demasiado atareada, sin poder delegar mis responsabilidades”.
La psicóloga Villa mencionó que es fundamental aprender a organizar el tiempo, con herramientas de planificación. Hizo énfasis en que hay actividades que son imprescindibles y los estudiantes deben tomarse muy en serio como: dormir ocho horas diarias, o seis en casos extremos, y tener un momento libre en los que se desconecten de la tecnología.
Villa planteó que los espacios en los que los universitarios no están en clases o con sus estudios deben ser aprovechados de manera productiva.
“Es importante la dispersión porque el cerebro necesita la creatividad y estar haciendo alguna actividad que a ellos les guste”, dijo.
Administrar emociones
María*, de 24 años de edad, ya está en sus últimos semestres y en todo este tiempo no se había detenido a pensar en cómo equilibrar sus emociones y canalizar el estrés que le está jugando en su contra.
El Observatorio de Universidades en la Enobus 2022 detalló que la frustración, la tristeza y desesperanza son las emociones más recurrentes para cuatro de cada 10 alumnos.
Meléndez, por su parte, agregó que el tema de la salud mental es una variable importante, desde el 2018 ya se había identificado que más de 40 % de los estudiantes aspiraba dejar sus estudios, por toda la frustración alrededor de la utilidad de los estudios superiores en un país con las condiciones que tiene actualmente Venezuela.
También mencionó que en el 2021 ya había un incremento de 60 % de los estudiantes que desertaban. En julio de 2022, 66 % de los estudiantes de pregrado aseguraron que habían visto renunciar a sus estudios entre uno y nueve compañeros.
¿Cómo saber si se necesita ayuda?
Hay síntomas importantes que pueden determinar la necesidad de atender la salud psicológica. Algunas alertas son: la falta de apetito, el descontrol en el horario de sueño y en las rutinas productivas, además de la apatía.
“Es importante estar en contacto con las emociones, son ellas las que te dan la información necesaria sobre ti mismo”, puntualizó Villa.
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