Esta situación de crisis humanitaria es susceptible de cambios, si España llega a considerar que la situación en Venezuela cambió favorablemente, es probable que no renueven los permisos.
(11-11-2021). La directora de Políticas y Campañas de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Paloma Favieres, aseguró que unos 90.396 venezolanos han sido acogidos en el país ibérico por razones humanitarias desde el año 2019. Esto se debe a que España entendió que el caso de los migrantes procedentes de nuestra nación no se ajustan a los parámetros para reconocerlos como beneficiarios de protección o refugiados.
Desde que la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) instó a todos los países en 2018 a otorgar protección a los migrantes venezolanos debido a la crisis humanitaria que se vive en nuestro territorio y que les impide regresar. En ese sentido, Favieres explicó que España antes de ese año denegaba las solicitudes de protección internacional de los venezolanos.
Lo que se hace es que, partiendo del principio que en Venezuela lo que hay es una crisis humanitaria, se le da a los beneficiados un permiso de residencia y de trabajo por un año, el cual puede ser prorrogable para que quienes estén afectados no queden en un limbo jurídico.
Según los datos ofrecidos por la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior de España, hasta el 30 de septiembre de 2021 se ha concedido la protección a 10.230 venezolanos por razones humanitarias; en 2020, unos 44.931 de nuestros nacionales fueron beneficiados y en 2019 se otorgaron 33.235 permisos de este tipo.
En 2020 sólo se concedió el estatuto de refugiado (máxima protección internacional) a cinco ciudadanos venezolanos y no hubo ningún caso de protección internacional subsidiaria (un grado menor de protección).
Si bien es cierto que la mayoría de los venezolanos que piden asilo en España responden a un perfil de crisis humanitaria, Paloma Favieres advierte del riesgo que tiene aplicar esta fórmula y no analizar cada expediente de forma individual.
“No son todos, pero entre ellos también hay personas refugiadas”, subraya la portavoz de CEAR, que señala que algunos perfiles sí se ajustan a los criterios exigidos para recibir protección, como la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad u opiniones políticas o el riesgo que pueden correr si regresan a sus países.
Esta situación de crisis humanitaria es susceptible de cambios y si España llega a considerar que la situación en Venezuela cambió favorablemente, es probable que no renueven los permisos de residencia y de trabajo.
Por su parte, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, considera que América Latina es actualmente un “área complicada” respecto a la situación de los desplazados en la región debido a que la cuestión venezolana se suma a los problemas que se han registrado en Centroamérica, Haití y Nicaragua, por lo que afirma que la solución a este flagelo no es fácil y que es necesario a ir a la raíz del problema.
A su juicio, es necesario hacer un enfoque regional al tema de los desplazados y no abordarlo por país.