Cáncer

Enfermedades crónicas se agravaron en Venezuela en dos años de pandemia

Foto: Cortesía

Efecto Cocuyo

(22-03-2022) A partir del 13 de marzo de 2020, día de inicio de la pandemia en Venezuela, el precario sistema de salud público nacional concentró recursos y personal en un foco principal: el COVID-19. En dos años, los esfuerzos de centros médicos se dirigieron, en su mayoría, a miles de pacientes diagnosticados con coronavirus, mientras que otras enfermedades parecieron pasar a segundo plano para el Estado.

La situación fue advertida por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) en noviembre de 2021, cuando apuntó que las necesidades de la población con patologías crónicas no estaban siendo atendidas adecuadamente en el país.

«Estas condiciones, que ya existían previamente, se han agravado desde el inicio de la pandemia, debido, entre otras razones, a que algunas áreas de atención fueron cerradas temporalmente», señaló Ocha, en su informe mensual.

Organizaciones no gubernamentales dedicadas a la salud y los derechos humanos denuncian que el cáncer, la diabetes, la hemofilia y la insuficiencia renal se han agudizado en el territorio nacional en solo 730 días. Especialistas concuerdan con que es complejo establecer si fallecieron más hombres y mujeres por coronavirus o por otras enfermedades, debido a que desde hace siete años no se publica el boletín anual epidemiológico en el país.

Además, Global Change Data Lab, perteneciente al ​Programa Oxford Martin sobre Desarrollo Global, señala que en algunas naciones, como Venezuela,​ el número de muertes por COVID-19 confirmadas es mucho más bajo que el número real. «Esto se debe a las pruebas limitadas y los desafíos en la atribución de la causa de la muerte», establecen investigadores en la página oficial del proyecto. 

De acuerdo con la cuenta del gobierno, hasta el 14 de marzo la república sumaba 518.460 casos y 5.659 decesos desde el inicio de la pandemia.

El cáncer no se detiene

En 2017 hubo 26.510 muertes por cáncer en el país, según datos de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV). En 2019 se registraron 28.300 y para 2021 la cifra se incrementó a 30.100. Así mismo, la incidencia aumentó un 7% en tan solo dos años y se estima que hay 74.352 nuevos pacientes diagnosticados anualmente. 

El doctor Cono Gumina, presidente de la organización, afirmó que todo el sistema oncológico venezolano está actualmente concentrado en la capital, lo que dificulta que los habitantes del interior puedan acceder a tratamientos. Entre 2020 y 2021 las restricciones decretadas a raíz de la pandemia impidieron, en distintas oportunidades, la movilización de pacientes de un estado a otro.

“Además hay una disminución de las terapias de alto costo oncológico y una baja disponibilidad de servicios de radioterapias en el país. Hace un año solo quedaba un servicio en el área de Centro Occidente y uno que estaba ubicado en el Hospital Militar de Caracas”, indicó el doctor Enrique López Loyo, médico patólogo y presidente de la Academia Nacional de Medicina.

En mayo de 2021, Belmar Franceschi, directora de la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam), afirmó a Efecto Cocuyo que decidieron abrir consultas oncológicas y de medicina interna en Caracas para suplir las necesidades de miles de pacientes que no ubicaban centros públicos a los cuáles acudir.

«Con el tema de la pandemia se ha prestado más atención al virus, pero se han olvidado los servicios de salud a la mujer. Las venezolanas hoy en día no encuentran como atenderse para diagnosticar enfermedades que en algunos casos podrían ser mortales. El cáncer uterino, por ejemplo», apuntó Franceschi. Actualmente, la red de Plafam sigue ofreciendo la atención a las pacientes. 

La falta de diagnóstico temprano

«El diagnóstico del cáncer en una fase tardía y la imposibilidad de recibir tratamiento condenan a muchas personas a sufrimientos innecesarios y a una muerte precoz», afirma el doctor Etienne Krug, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles, Discapacidad, Violencia y Prevención de Lesiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

En Venezuela, resultó complicado diagnosticarse temprano en un hospital o una consulta pública durante los primeros años de pandemia: centros médicos se organizaron para atender por días a los pacientes frente a la falta de especialistas, materiales y máquinas. Algunos suspendieron servicios por varios meses. 

«Yo me enteré que tenía cáncer cuando fui a una consulta ginecológica, en septiembre de 2020. Reuní 30 dólares en tres meses y fui a hacerme control porque me dolía mucho el vientre. El ginecólogo en Petare atendía solo lunes y miércoles, porque vive en Guarenas y, por la falta de gasolina y las alcabalas en semana radical, se le hacía difícil subir. Yo no voy al médico seguido, porque es carísimo y en los sitios públicos no tienes la seguridad de que te van a atender. Si no es por esa vez, me hubiese tardado más en enterarme», comentó Luisa Carvajal, de 42 años, diagnosticada con cáncer de útero. 

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